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¿Subirán de precio los coches eléctricos en Europa por culpa del pasaporte de baterías?

A partir de febrero de 2027, los vehículos eléctricos comercializados en la UE estarán obligados a contar con un «Pasaporte de Baterías». Esta iniciativa, parte de la nueva Regulación de Baterías de la UE, tiene como objetivo proporcionar una visión detallada de los componentes de las baterías y sus cadenas de suministro, desde la extracción de materias primas hasta la producción final. Todo esto está bien. Pero a la vez esto podría conllevar una subida en los precios de los coches eléctricos.

¿Qué es el pasaporte de baterías?

Según lo que se sabe hasta ahora, que podría ir cambiando ligeramente conforme nos acerquemos a la fecha definitiva en la que este elemento entraría en vigor, el pasaporte de baterías es un documento digital vinculado al número de identificación del vehículo VIN y un código QR. Al escanear este código con un dispositivo digital, se revelará información detallada sobre las fuentes y la naturaleza de las materias primas utilizadas en la fabricación de la batería, así como detalles posteriores a la producción, como la capacidad y el estado de la batería.

Este paso innovador se centra en la trazabilidad y la transparencia en la cadena de suministro, un área que ha sido históricamente opaca y sujeta a cambios frecuentes. La batería es uno de los elementos más críticos en un coche eléctrico, pues la gran cantidad de materiales de difícil obtención que se requieren y los costes ecológicos de su producción hacen que se ponga en duda que los coches eléctricos son tan ecológicamente limpios como se quiere vender.

La medida busca abordar la falta de conocimiento sobre la cadena de suministro, donde los proveedores pueden cambiar varias veces al año con el objetivo de reducir costes. Y aquí está la clave, si se limita algo que se realiza con el objetivo de reducir costes, la consecuencia evidente podría ser una inevitable subida en los precios en comparación con otras regiones del mundo donde la normativa no es tan estricta.

Cómo funciona el pasaporte de baterías

En ese pasaporte de baterías estaría trabajando ahora el Consorcio para el Pasaporte de Baterías, con un presupuesto de algo más de 8 millones de euros, que debería estandarizar este pasaporte y explicar todos los aspectos técnicos del mismo. Este consorcio está formado por importantes actores del mundo de la automoción en Europa, como Audi o BMW.

La compañía Circulor, especializada en visibilidad de la cadena de suministro, y parte del Consorcio, desglosa parte del funcionamiento de este pasaporte. Los pasaportes costarán entre 7 y 13 euros por batería y proporcionarán una «copia digital» de cada componente de la batería, desde su origen hasta su uso final. Se incluirán detalles sobre el origen de materiales clave como el cobalto, grafito, litio, mica y níquel.

Este proyecto de tres años propone incluir 90 piezas de información en siete categorías, abarcando desde detalles generales hasta rendimiento y durabilidad.

Para proteger la propiedad intelectual, los fabricantes tendrán acceso completo a la información del pasaporte, mientras que terceros estarán limitados a datos más genéricos.

Beneficios y repercusiones

El pasaporte de baterías no solo ofrece una visión detallada de la cadena de suministro, sino que también tiene implicaciones importantes en la toma de decisiones de compra. Los consumidores tendrán acceso a información sobre la producción y el uso de las baterías, lo que podría influir en sus elecciones de compra. En ocasiones, determinadas versiones de un coche cuentan con una u otra batería o con uno u otros componentes en función de la fábrica en la que se han ensamblado. Y algunos de estos componentes tienen un mejor rendimiento que otros. El tener más información de la batería permitirá a los usuarios saber exactamente qué batería está instalado en su vehículo.

Por otro lado, el proceso de minería de muchos materiales críticos implica un daño al ecosistema que en regiones como China se pasa por alto, pero que en regiones como Europa se quiere regular. Este pasaporte de baterías haría que las baterías que atraviesen las fronteras de la Unión Europea sean aquellas que cumplan con la normativa.

¿Unos coches eléctricos más caros?

Esto ofrece una cara y una cruz. La cara es para los fabricantes de vehículos europeos, que verán cómo marcas chinas tendrán que competir con las reglas de juego locales, y que no podrán beneficiarse de unas condiciones de juego a su favor injustas para los europeos. La cruz llega para los compradores, que verán cómo las marcas chinas no podrán vender en Europa vehículos eléctricos que en su región se venden por 10.000 euros (lo que para alguno significó la posibilidad de una bajada de precio en los eléctricos hasta los 5.000 euros), y que tendrán que encarecer el precio de sus coches para cumplir con las normativas en términos de proveedores.

Así, no solo en Europa comprar estos vehículos será más caro, sino que al reducir la competencia con las marcas europeas estas tampoco entrarán en una guerra de precios que abarate tanto el precio de los coches eléctricos como podría haber sido. Una de cal y una de arena con este pasaporte de baterías que llegaría con casi total seguridad en el 2027.

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