29 de enero de 2010
Resulta sorprendente que uno de los protagonistas de la primera década del Siglo XXI sea un automóvil tan esquivo y exclusivo que sería toda una suerte encontrarnos con él por la calle, pero así es. El Bugatti Veyron nació con el objetivo de convertirse en el deportivo de producción más rápido sobre la faz de la Tierra, y lo consiguió superando los 407 km/h.