El Citroën DS5 será lanzado al mercado con el próximo cambio de año convirtiéndose, a partir de ese momento, en el buque insignia tecnológico de la marca. Según las previsiones de Citroën, el 20% de las ventas se las llevará la versión HYbrid4.
Es verdad que este tipo de predicciones no comprometen a la marca, pero esta proyección de ventas constituye toda una declaración de intenciones por parte de nuestros amigos franceses.
Analizando un poco la gama de motorizaciones disponibles y los precios previstos vemos, además, que el híbrido se va hasta los 40.000€, lo que supondrá un desembolso de 6.000€ más que sus hermanos diésel de 160 CV ó gasolina de 200 CV. El híbrido incluye, además, una previsible penalización en el maletero, especialmente importante en un monovolumen.
Teniendo en cuenta la abultada diferencia de precio, se hace difícil imaginar cómo podría amortizarse en consumos, por más que el híbrido homologue 3,8 l/100km frente a los 6,1 l/100km de su hermano diésel más potente.
Haciendo unos números rápidos, esto supone un ahorro de 3 €/100km (con el gasoil a 1,30€/l) e implica realizar la friolera de 200.000 km para amortizar la diferencia, sin contar los costes financieros de poner todo ese dinero el primer día, en lugar de repartirlo en consumos durante años.
Y sin embargo, sí me creo que se puedan vender un 20% de híbridos (163 CV diésel + 37 CV eléctrico = 200 CV con tracción integral) aunque con los datos de partida no tenga demasiado sentido económico. La razón es que esa es la versión más atractiva emocionalmente, la más atractiva en movimiento (arranque «mágico» y silencioso) y, en definitiva, la más cool de la gama.
Solemos hacer algunos números para justificar que nos compramos el coche que nos gusta pero, en general, los hacemos después de tomar la decisión y sólo para argumentarla. Nos gusta pensar que lo hacemos al revés…
…pero yo creo que no.
Fuente: Autobloggreen
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