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Tecmovia

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El programa de car-sharing Autolib no puede hacer frente a la demanda de usuarios

A priori podríamos decir que se trata de unan muy buena noticia para el servicio de car-sharing parisino, pero tras una demanda mayor de lo previsto, también se esconde una oferta del servicio reducida por diversos problemas. El mayor problema reside en que las estaciones y vehículos de Autolib han sufrido varias oleadas de vandalismo que han dejado una veintena de unidades fuera de servicio.

Los suscriptores han duplicado las expectativas y la flota Autolib se ha reducido por averías y actos vandálicos

Además, los misterios de la técnica también perjudican al programa diezmando a otras tantas decenas de vehículos por diversos fallos técnicos. Estos quiere decir, que ante una flota de 250 vehículos, nos encontramos con cerca de un 20% del total fuera de servicio. Y si a estos hechos le sumamos que el programa ha superado ampliamente sus expectativas de usuarios, el problema se agrava considerablemente.

En pocas palabras podríamos resumir la situación de Autolib como una crisis originada por la ley de oferta y demanda. Una oferta que no puede cumplir los objetivos de los 6.000 suscriptores con lo que cuenta el programa de Car-Sharing en la actualidad. Estos hechos están generando un gran descontento entre los usuarios ante la imposibilidad de disponer de un vehículo en alguno de los puntos de recogida, motivando bajas del servicio y reclamaciones por falta de cumplimiento por parte de Autolib.

De hecho, el aspecto que mejor identifica la situación está ofrecido por el propio servicio de alquiler de vehículos, ya que mediante la plataforma interactiva vía internet con la que cuenta el servicio, podemos acceder a un mapa donde se registra la disponibilidad de vehículos en todas las estaciones repartidas por la ciudad de París. Como ya se puede adivinar, el programa arroja un número bastante reducido de estos vehículos para poder se utilizados, siendo el extra-radio de la ciudad la única zona donde puede encontrarse alguno de los Bollore Bluecar.

Si nos encontramos a una larga distancia de la recogida de nuestro vehículo eléctrico, el programa pierde uno de sus pilares maestros en cuanto al servicio ofertado. La disponibilidad en cualquier punto de la ciudad era una de las máximas de este servicio de car-sharing, pues gracias a multitud de estaciones repartidas por múltiples sitios, podías aparcar, repostar y recoger otro vehículo a la vuelta ya cargado por completo.

Fuente: AutoblogGreen
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