Control térmico electrónico [Laboratorio Tecmovia]

En pleno auge de multitud de soluciones enfocadas en el incremento y mejora de la eficiencia de los motores, todavÃa existe un factor condicionante de difÃcil control para el diseño de las mecánicas. La temperatura de servicio constante es la condición de trabajo más buscada por los ingenieros y diseñadores de los nuevos vehÃculos. El contar con defecto o exceso de temperatura varÃa el comportamiento de las mecánicas alterando sus consumos, sus emisiones, su rendimiento y sus desgastes internos.
¿Qué nos aporta el control térmico electrónico?
Como su nombre bien indica, un control semicompleto del lÃquido refrigerante a través de su paso por el circuito. Esto es asà olvidando los sistemas básicos de un solo sentido del circuito de refrigeración, para ahora entender que nuevas formas y métodos pueden facilitar el calentamiento prematuro del motor, asà como facilitar la disipación de calor con una mayor efectividad real. La clave en todo momento será preservar la temperatura del lÃquido refrigerante en un margen de entre 85º y 95º.
¿Cómo funciona el sistema?
El sistema como tal tan solo consta de un elemento regulador por el que necesariamente confluyen todos los conductos de refrigeración, asà podemos entender que aunque el encargado de regular el flujo de refrigerante sea un calculador electrónico, el factor de vital importancia reside en el diseño de los diferentes circuitos independientes.
Para su funcionamiento se necesitan diversos sensores de temperatura repartidos alrededor de ciertas zonas crÃticas del motor como pueden ser: termostato, bomba de agua, salida de refrigerante de la culata, entrada de refrigerante al bloque, radiador de agua, radiador de aceite, y asà un largo etcétera según el fabricante y las demandas y prestaciones del propulsor. Con la información recibida a través de los sensores, el sistema es capaz de limitar el caudal del refrigerante asà como la asistencia de la bomba de agua, favoreciendo asà que el calentamiento del lÃquido se lleve a cabo en el menor tiempo posible.
La principal ventaja reside en la reducción de tiempo para las fases de calentamiento, aunque también se favorece que la refrigeración del lÃquido sea lo más eficiente posible para asà evitar derroches de consumo eléctrico para mover los electroventiladores. Tanto el consumo como las emisiones se reducen gracias a combustiones más perfectas a temperatura de servicio.
¿Dónde podemos encontrar estos sistemas de control?
Los vehÃculos hÃbridos y eléctricos han sido los primeros en apostar por este tipo de control sobre la temperatura del refrigerante, recordemos que los sistemas Start/Stop afectan a que el motor pierda con facilidad su temperatura de servicio, momento en el cual el sistema de parada y arranque dejarÃa de funcionar. Por ello, con un control electrónico se reduce el consumo favoreciendo que las pérdidas de temperatura se reduzcan lo mÃnimo posible dentro de un margen de seguridad.
En los vehÃculos eléctricos esta problemática con la temperatura se agrava al tener que mantener bajo un cierto margen sus baterÃas, convertidores y propulsor.
Aún asÃ, la escalada en eficiencia de los fabricantes ha acelerado la inclusión de estos sistemas de control en todos sus nuevos propulsores, ya sea para instalarse en mecánicas convencionales o asociados a tecnologÃas microhÃbridas.
Fuente: GreenCarCongress | Schaeffler
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