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BMW adapta su tecnología para ayudar a los saltadores olímpicos de Londres 2012

Con motivo de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 BMW ha decidido, como tantas otras marcas, apoyar a diferentes atletas en su fase preparatoria. Es la forma en que lo ha hecho lo que llama hoy nuestra atención, pues han adaptado su tecnología de visión artificial estereoscópica (desarrollada inicialmente como elemento de seguridad activa en sus vehículos) para monitorizar el momento del impulso de los saltadores de longitud.

Logra convertir la imagen del salto en información cuantitativa de velocidad horizontal, velocidad vertical, ángulo de elevación, altura alcanzada…

Con una gorra blanca, una cámara estereoscópica y una buena dósis de software, el sistema adaptado para entrenamiento de atletas olímpicos logra convertir la imagen del salto en información cuantitativa de velocidad horizontal, velocidad vertical, ángulo de elevación, altura alcanzada… que puede ser utilizada durante el entrenamiento para pulir todos los detalles del momento crítico del impulso. No está mal para una marca de coches.

La verdad es que todo deporte tiene bastante de ciencia cuando se lleva al límite. En el caso de saltos y lanzamientos, en los que hay que conjugar una velocidad horizontal con otra vertical y un ángulo de despegue, parece evidente que debe haber un modo óptimo de saltar o lanzar para alcanzar la máxima distancia, pero hasta ahora resultaba imposible obtener información cuantitativa de todos estos parámetros en tiempo real durante el entrenamiento.

Con ayuda de la gorra blanca, la cámara posiciona perfectamente la cabeza del atleta y es capaz de seguir sus movimientos, que son los que traduce inmediatamente a datos. El entrenador puede ver el salto desagregado en información objetiva, de forma que puede guiar al atleta con una base sólida para pulir su técnica.

Es la traducción de esas imágenes a datos lo que lo cambia todo

Hasta ahora, los saltadores básicamente se grababan para visualizar posteriormente sus saltos más o menos a cámara lenta y podían observar sus errores con todo detalle. En este caso, es la traducción de esas imágenes a datos lo que lo cambia todo, al eliminar el factor subjetivo en la valoración de cada salto y centrarse en ángulos y velocidades.

Con estos elementos y 20 años de entrenamiento intensivo, se puede ganar una medalla olímpica.

Fuente: The Wall Street Journal | Translogic
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