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Autobuses sin cinturón, un problema latente

Como dirían algunos medios, “el reciente accidente ha reavivado la polémica sobre…” y en este caso simplemente vuelve a traer a la luz una problemática en materia de seguridad que debería considerarse como importante: la seguridad en los autocares y autobuses.

Hace unos días, un trágico accidente de un autobús en la localidad de Oropesa del Mar se saldó con 8 víctimas mortales y varios heridos entre ellos alguno de cierta gravedad. Las causas oficiales hablan del reventón de una rueda, viajeros y familiares hablan de exceso de velocidad e incumplimiento de los períodos de descanso estipulados. Pero obviando las causas, fueran las que fueran, lo realmente importante es pensar cómo se podrían haber evitado estas muertes y en general los daños a las víctimas.

Las estructuras de los autocares y autobuses han sido creadas para ofrecer una rigidez importante, sobre todo en el complicado apartado de un vuelco. Sus pilares están reforzadas para aguantar lo máximo posible el peso que ofrece la parte inferior de la carrocería en el caso de que el autobús se apoye sobre el techo. Es sencillo ver como en la mayoría de los accidentes la estructura básica del autobús permanece intacta. ¿Cuáles son las principales causas de los daños en los pasajeros? Habitualmente los golpes contra partes del autocar durante el impacto o porque, a partir del mismo, salen disparados hacia fuera.

Parece claro que eludir esta damnificación que sufren los pasajeros pasa por el uso masivo del cinturón de seguridad en todas las plazas de los autocares. Realmente es obligatorio, pues desde el octubre del año 2007 es obligatorio que los autobuses de nueva matriculación cuenten con cinturón en todas sus plazas incluida la del conductor. Lo que ocurre es que los autobuses matriculados con anterioridad a la normativa no pueden incluir cinturones sino fueron previamente homologados para ello.

Autobús

El parque automovilístico de este tipo de transportes, aunque en ligera renovación en los últimos años, todavía sigue siendo muy antiguo. Según los últimos cálculos, los 60.000 autobuses y similares que circulan por nuestro país tienen una media de edad que ronda los 9.4 años. Con este panorama, la mayoría de ellos no cuentan en absoluto con cinturones de seguridad.

Resulta preocupante pensar cuántas vidas se podrían salvar con la existencia del cinturón, sobre todo si nos centramos en la cantidad de autobuses en régimen de transporte escolar. ¿La solución? Se me ocurren dos: cambiar la ley y reformar una gran cantidad de autobuses, para poder adaptar los cinturones. Lento y tan costoso que sería prácticamente anti-económico, o aportar desde el gobierno una serie de medidas para motivar la renovación de este segmento del parque automovilístico. También complicado, cuando hay dinero de por medio siempre es complicado.

Tampoco conviene olvidar otro de los problemas, relacionados en este caso por el conductor. Al margen de las conductas antirreglamentarias al volante, muchos de ellos no cumplen con los descansos obligatorios por ley. En algunos casos por propia decisión y en probablemente otros muchos por presión desde la empresa de transporte. Difícil solución tiene este problema, la más rápida pasa probablemente por aumentar los controles, investigar a las empresas y endurecer los castigos.

Vía: terramotor
Foto: EFE
En Diariomotor: Autocares y autobuses en nuestro país: ligera renovación

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