Cuando digo próximo no me refiero a la siguiente generación sino al obligado lavado de cara que sufrirá el Hyundai i10 y que veremos, como tantas otras novedades, en el Salón de París de finales de mes. Las fotos espía que tenemos para poder adelantar sus formas son bastante clarificadoras. Ni camuflajes ni ángulos muertos, lo más importantes detalles están a la vista.
Al ver la cara del que supuestamente, a falta de la confirmación oficial pertinente, será el próximo i10 me ha venido a la cabeza la nueva fachada del i30 en la que se aprecian los rasgos que Hyundai denomina Fluidic Sculpture: formas más suavizadas, una calandra con un diseño más completo y un formato estándar sobre el que ubicar las luces antiniebla. Los faros también crecen de tamaño y eso se nota.
En el caso del i30 los faros posteriores permanecían prácticamente como estaban originalmente pero en el Hyundai i10 no es así. Los cuartos traseros se acercan más a los del i20. Posiblemente por los extremadamente sencillos que eran, Hyundai ha optado por introducir un nuevo diseño que los acerca al estilo de los que iluminan la parte posterior del compacto. En conjunto el i10 aparenta ser un poco más coche.
Sobre motores parece que habrá una novedad importante y se conservará el resto. El 1.1 gasolina de 65 CV será sustituido por un 1.0 VTVT de potencia desconocida – puede que exactamente la misma – que tendrá dos importantes ventajas respecto al sucedido: cumple con la normativa Euro5 y emite menos de 100 gr/Km de CO2 (frente a los actuales 119 gr/Km).
Actualmente en España no se vende el i10 con el motor 1.1 diésel de 75 CV, que sin duda sería un punto importante para que las ventas se incrementaran. Posiblemente Hyundai retome esta posibilidad dado el éxito que tienen los motores a gasóleo en las filas de los más populares de la marca coreana.
La fotografía que muestra el interior, de nuevo supuesto, del i10 muestra más bien poquitos cambios. Ni siquiera el volante, que tradicionalmente es un elemento que se retoca a mitad de ciclo de cada coche, tiene un nuevo diseño. Posiblemente las mejoras se aprecien en la calidad de los materiales o el estilo del panel de instrumentos del conductor.
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Los rivales en el mercado europeo continúan siendo los mismos y están representados esencialmente por el Opel Agila o el Suzuki Splash, ambos basados en la misma plataforma, así como el Peugeot 1007 o incluso el Renault Modus. En París nos enteraremos de más detalles con seguridad.
Vía: Steeringnews
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