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Un taller destroza los vehículos para estafar a la aseguradora

Picaresca, tiempos de crisis y aseguradoras. Una explosiva combinación cuando a algún desalmado se le ocurre la descabellada idea de estafar desde su humilde taller a un gigantesco conglomerado empresarial que factura miles de millones de euros al año. ¿Quién podría darse cuenta? ¿A quién podrían preocuparle unos cientos de euros extra en cada reparación?

Precisamente esto era lo que estaba sucediendo en un taller de Santa Coloma en el que su dueño destrozaba adrede y con el consentimiento de sus propietarios, para inflar considerablemente la factura emitida a las aseguradoras por reparaciones de chapa de poca monta. Se estima que el propietario del taller habría defraudado más de 30.000€, lo dicho, calderilla para una aseguradora y tal vez insuficiente para levantar sospechas.

Pero por desgracia para este taller el maquiavélico plan de su regente fue desvelado…

Tanto el dueño del taller como los propietarios de los vehículos podrían ser condenados por un delito de estafa contra las aseguradoras, castigado con fuertes multas económicas e incluso pena de prisión.

Y es que esta no sólo es una historia de fraude y picaresca, sino también la historia de una venganza y una traición. Ni corto ni perezoso un antiguo empleado decidió instalar cámaras en el taller y grabar la esclarecedora prueba del delito. Vehículos que se rozan entre ellos, contra las columnas y contra la maquinaria del establecimiento. En unos segundos un parachoques arañado y mal alineado por un pequeño roce se convertía en un capó magullado, una aleta retorcida, faros y calandra rota y una reparación de apenas unos cientos de euros se elevaba a más de mil en apenas un santiamén.

Parece ser que cuando el empleado fue despedido decidió que era el momento idóneo de que las imágenes vieran la luz y se las entregó a las autoridades quienes inmediatamente detuvieron al dueño del taller que supuestamente habría urdido el plan junto a su hija, siendo ambos mediadores de una aseguradora.

En lo que nos afecta más directamente a nosotros, como clientes de un taller, deberíamos tener en cuenta que los propietarios de los vehículos podrían ser imputados por un delito de estafa al haber indicios de su implicación en el fraude. Un delito de estafa puede ser castigado con fuertes sanciones económicas e incluso penas de prisión. Por extraño que resulte el fraude a las aseguradoras es algo relativamente habitual, tanto que estas estiman que los partes fraudulentos podrían suponer hasta un 2% del total.

Si el empleado de un taller te sugiere cometer un fraude, JAMÁS lo aceptes. ¿Qué beneficio podría reportarte? Ninguno.

Fuente: ADN.es
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