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La incorrecta presión de los neumáticos aumenta la contaminación y disminuye la seguridad

Un estudio llevado a cabo recientemente por la Fundación de la Federación Internacional de Automovilismo en cooperación con Bridgestone ha llegado a la conclusión de que los vehículos cuyos neumáticos cuentan con una presión de inflado incorrecta son los culpables de toda una debacle medioambiental, además de un peligro para la seguridad vial.

El conjunto de los vehículos cuyos neumáticos están incorrectamente inflados supone en conjunto un aumento de las emisiones de CO2 cifrado en 18,4 millones de toneladas respecto a los vehículos con una presión adecuada. Estas cifras equivalen al desperdicio de 8.000 millones de litros de combustible al año y a que todos los años deban desecharse 55 millones de neumáticos.

La incorrecta presión de los neumáticos provoca un aumento de las emisiones de CO2

La falta de presión en los neumáticos ocasiona que la resistencia al avance del vehículo sea mayor, dado que la superficie de contacto con el suelo es mayor de la deseada, provocando un incremento sustancial en el consumo de combustible y un desgaste desigual del neumático, desgastándose más los laterales y los flancos, pudiendo llegar a quedar inutilizados. Un nemático con una presión muy baja contribuye a arruinar la seguridad activa del vehículo aumentando la distancia de frenado y pudiendo dar lugar a pérdidas de control.

Pero un exceso de presión tampoco es bueno, el consumo disminuye al reducirse la superficie de contacto con el suelo, pero esta medida de ahorro es altamente peligrosa. Aunque los modernos neumáticos radiales no se deforman ante una sobrepresión de como mucho 0,5 bares, si excedemos ese límite el vehículo perderá adherencia y el neumático se desgastará más por el centro de la banda de rodadura, pudiendo provocar peligrosos reventones y pérdidas de control del vehículo. La vida útil de los neumáticos se ve muy afectada.

La incorrecta presión de los neumáticos provoca un aumento de las emisiones de CO2

Recordad que se deben respetar siempre los límites que el fabricante del vehículo impone a la hora de inflar los neumáticos, y variar la presión de los mismos si el vehículo va a circular a media o a plena carga. Se recomienda vigilar la presión de inflado de los neumáticos al menos una vez al mes. Esta práctica contribuye a mejorar la seguridad del vehículo y es beneficiosa tanto para tu bolsillo como para el medio ambiente. Combinando un correcto mantenimiento del vehículo y técnicas de conducción eficiente, el ahorro puede ser considerable.

Podéis ver una animación en flash muy ilustrativa y clara de los efectos de la presión incorrecta en este link.

Vía: Supermotor
Más información: Pneus-Online
En Diariomotor: Cómo se hacen las pruebas de neumáticos en el TÜV, Los neumáticos de baja resistencia de Michelin ahorran millones de toneladas de CO2, Válvula para neumático que muestra una alarma luminosa con baja presión

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