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¿Qué ocurrió con el coche en el que fue asesinado J.F. Kennedy? Esta es la historia del Lincoln SS-100-X

El 22 de noviembre de 1963, un viernes como este, quedó marcado a fuego en la conciencia colectiva estadounidense. Un acontecimiento que conmovió a todos, de aquellos que logran que la gente recuerde lo que estaba haciendo cuando se enteraron de uno de los sucesos más trágicos de la historia de los Estados Unidos. Hoy se cumplen 50 años desde que el entonces presidente de Estados Unidos – John Fitzgerald Kennedy – fuese asesinado por Harvey Lee Oswald, actuando en solitario. El asesinato del presidente se produjo en Dallas, Texas. Cuando el coche en el que viajaban JFK y su esposa circulaba por Dealey Plaza entre las multitudes que lo aclamaban, Oswald disparó al menos tres veces desde una de las ventanas de la Texas School Book Depository.

Kennedy murió de las heridas, y el resto como se suele decir, es historia. No obstante, os vamos a hablar de uno de los elementos clave de este hecho histórico, el coche en el que viajaba el presidente. Un Lincoln Continental Convertible, producido en 1961 por Ford Motor Company. Un vehículo descapotable que fue adaptado para ser el centro de atención de los desfiles del presidente, y al que el servicio secreto estadounidense clasificó como SS-100-X. Esta es su historia, en la que pondremos de relieve su importancia.

Un coste de 200.000 dólares en 1961 con una evolución constante

Lincoln SS-100-X

Aunque aparentemente pareciera un Lincoln normal, el coste de la preparación presidencial elevó su coste 27 veces por encima del precio de un Lincoln Continental Convertible de la época, pero no se blindaron los cristales ni la carrocería.

Cuando la Casa Blanca encargó la compra de este Continental Convertible de cuatro puertas, el Advanced Vehicles Group de Ford se puso manos a la obra, bajo la denominación en clave SS-100-X. El coche fue dotado con un motor especial construido a mano, un Ford MEL V8 de 7.0 litros y 350 caballos de potencia. El coche recibió pocos cambios con respecto a la versión de producción, en apariencia. Pero sólo en apariencia. El precio base de apenas 7.347 dólares aumentó hasta cerca de 200.000 dólares tras la conversión.

El maquillaje estético apenas afectó a la calandra – de un modelo 1962 – y los tapacubos. El coche creció casi 10 centímetros en longitud. En el interior se equiparon nuevos asientos con tapizado presidencial y un asiento elevable hidráulicamente para el presidente. Un sistema de aire acondicionado y calefacción reforzado se instaló, además de peldaños adicionales para los guardaespaldas, luces estroboscópicas y un sistema avanzado de comunicaciones. Ni los cristales ni la carrocería eran blindados.

Lincoln SS-100-X

Tras la muerte de Kennedy se invirtieron más de 500.000 dólares en reformar la limusina presidencial, con especial atención al blindaje y la seguridad.

Su peso de serie era de 2,4 toneladas, y aumentó hasta las 3,3 toneladas tras las primeras modificaciones. Tras el asesinato presidencial en 1963 el Lincoln limusina emprendió una serie de modificaciones enfocadas a mejorar la seguridad de cara a futuros presidentes. Se cubrió con un techo rígido fijo, se reforzó la protección del habitáculo y se instalaron neumáticos run flat, capaces de seguir rodando tras un pinchazo.

Comenzaba el Project D-2, que blindaría el coche, en general, y añadiría un cristal antibalas de gran calibre en la parte trasera del coche. El motor fue reemplazado por otra unidad con un 17% más de potencia y se mejoraron detalles relacionados con las comunicaciones.

El Project R-2 se acometió en 1967, con más mejoras en seguridad aún. La inversión fue de más de 500.000 dólares para este proyecto, en los que el coche ganó 1,1 toneladas de peso y fue empleado por presidentes estadounidenses como Johnson, Nixon y Ford. El coche permaneció en servicio hasta principios de 1977, cuando fue retirado de circulación. Ahora descansa en el museo Henry Ford de Dearborn (Michigan, EE.UU.) donde cualquiera puede apreciar su majestuosidad y sucesivas modificaciones.

El asesinato de Kennedy cambió la forma de exhibirse para los líderes políticos

Lincoln SS-100-X

Del descapotable a la limusina acorazada. El asesinato de JFK cambió la dinámica de los desfiles presidenciales de todo el mundo y abrió las puertas a una nueva industria.

Antes del asesinato de Kennedy los líderes políticos solían darse sus baños de multitudes en descapotables y limusinas con carrocería de tipo Laundalet (con el área trasera descubierta para los desfiles), carrozas modernas desde donde las masas les podían vitorear. La muerte de Kennedy demostró que era una posición muy vulnerable, y el intento de asesinato al Papa Juan Pablo II a principios de los 80 no hizo más que confirmar esta afirmación. Desde entonces incluso el papamóvil es un vehículo blindado con cristales antibalas, y la actual limusina de Obama es prácticamente un tanque.

La industria de modificación de vehículos para políticos y personas sensibles de sufrir atentados mueve millones y millones de euros anualmente, y puede que el asesinato de Kennedy fuese uno de los principales detonantes de su auge.

Documental sobre la limusina presidencial de JFK

Fuente: The Henry Ford Museum
Fotografías: The Henry Ford Museum | John F. Kennedy Presidential Library And Museum
Vídeo: Behind The Headlights – JFK Assassination, The Presidential limousine SS-100-X
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