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Anuncios con historia: ¿cómo subió el Audi 100 quattro la pista de salto de esquí en 1986?

Kaipola, Finlandia. Año 1986. – 20ºC. Harald Demuth asciende a una plataforma de 61 metros de altura sobre el suelo, mira a su alrededor, y se encuentra con un inmenso bosque cubierto de nieve y hielo, y una plataforma con una inclinación de 37,5º, una pendiente del 80%. Según reconocería en una entrevista años más tarde (ver entrevista en alemán) era imposible contener los nervios. Tras este vistazo preliminar, Harald tendría que enfrentarse a escalar este trampolín de salto de esquí en un Audi 100 CS quattro rojo con 136 CV de potencia. Aquella hazaña quedaría registrada en vídeo y protagonizaría uno de los anuncios de coches más famosos de la historia. Una acrobacia no exenta de riesgos, ni complejidades técnicas, y es que aquello suponía un reto incluso para el mejor todoterreno del momento. ¿Hubo truco? ¿Cómo se prepararon para aquella hazaña?

La complejidad del reto era mayor de la que te puedes imaginar. Harald no solo tenía que subir aquella plataforma una vez. En total tendría que repetir la maniobra en hasta 13 ocasiones. Aquellas imágenes tenían que quedar perfectamente retratadas, se utilizarían cámaras en el coche, una cámara instalada en la cima, en la base, y también se realizarían algunas tomas desde un helicóptero. El coche, antes de realizar la prueba, tuvo que elevarse con una grúa hasta la plataforma en la que se produce el salto de los esquiadores.

Harald contó con un mecánico de su antiguo equipo de rallys, que después de proponer un montón de ideas diseñó tres sistemas de seguridad diferentes. Por un lado, el Audi 100 estaba conectado a una línea de seguridad, para evitar que se descolgase si la situación se ponía fea, y para bajar el vehículo y repetir cada escena. También contaba con un sistema, similar a un inmenso tenedor, que se clavaría sobre la nieve y el hielo al accionar el freno de mano. Por último, existía un sistema para lanzar el coche y que este ganase velocidad para afrontar la pista de salto. Pero este último no fue necesario. Y el Audi 100 conseguiría subir la pista por sus propios medios.

El equipo de grabación tuvo que enfrentarse durante cuatro días a temperaturas de hasta -20ºC, y a un máximo de entre tres y cuatro horas de luz. La prueba tuvo que planificarse cuidadosamente y, el Audi 100 CS quattro rojo empleado, obviamente, contaría con neumáticos de clavos para adherirse a la superficie helada. Y es que, más allá de la inmensa pendiente que habrían de salvar, aquella pista de Pitkavuori seguía siendo una pista de hielo.

Finalmente, aquel anuncio se convertiría en uno de los más conocidos, no solo de Audi, sino de toda la historia del automóvil. Incluso llegaría a recibir un premio en Cannes.

En 2005, 19 años después de aquel legendario anuncio, y con motivo de los 25 años del nacimiento del Audi Ur-Quattro, y el famoso sistema de tracción que alcanzaría la leyenda en competición y calle, Audi se propuso repetir la hazaña. En aquel caso, se había escogido un Audi A6 4.2 quattro en color Atlas Grey.

Harald reconocería que en aquel momento era uno de los pilotos propuestos para el reto, pero por desgracia una fractura de muñeca en un pequeño accidente a la salida del hotel en Finlandia haría que fuera descartado en el último momento. Finalmente, Uwe Bleck consiguió subir de nuevo en un Audi A6, sobre una pista de Pitkavuori que tuvo que ser remozada para la ocasión, tras 11 años de inactividad. En esa ocasión, Audi dispuso de un equipo de 40 personas, y los trabajos de preparación tuvieron que iniciarse tres semanas antes. Un tiempo que no parece exagerado si tenemos en cuenta que incluso algunos de los paneles de la rampa tuvieron que ser sustituidos por su mal estado.

Aquel Audi A6, con cambio tiptronic y completamente de serie, también contó con diferentes sistemas de seguridad, incluida una suerte de ancla de 65 kilogramos que se desplegaría bajo el coche si este perdía el control. Finalmente, el Audi A6 logró escalar de nuevo la pista del Pitkavuori, en primera, a 4.200 rpm, y a unos 60 km/h, hasta llegar a los 47 metros de altura en los que se había situado su particular meta. Uwe tuvo que completar el proceso un total de once veces.

Aquella hazaña sigue en el recuerdo de Audi, hasta el punto en que sigue siendo un motivo recurrente en anuncios modernos, como este de 2013.

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