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Google reconoce 272 fallos graves en las pruebas de su coche autónomo (pero extrae una conclusión positiva de ellos)

Ayer mismo Barack Obama se dirigía a sus ciudadanos para ofrecer su discurso del Estado de la Unión, un discurso en el que hablaría de los retos a los que se enfrenta el mundo Occidental, desde la seguridad y el terrorismo, hasta el cambio climático, pasando por la importancia de la ciencia y del desarrollo de la tecnología. Aunque de momento pasó de puntillas acerca de este tema, Obama conminó a los estadounidenses a trabajar en «el transporte del siglo XXI». El presidente número 44 de los Estados Unidos se refería, entre otras cosas, a una tecnología que estos días está en boca de todos, el coche autónomo. De hecho se espera que esta misma semana Estados Unidos aumente, ya sea con leyes, o subvenciones, su apoyo institucional al desarrollo de la tecnología. Mientras tanto, Google reconocía 272 errores graves en su coche autónomo. Errores que exigieron que el técnico al cargo tomase los mandos inmediatamente. Errores que para Google no son un jarro de agua fría para el coche autónomo, sino una valiosa experiencia para garantizar que en unos años el coche autónomo llegue a los concesionarios, y sea seguro.

Los coches autónomos que están siendo probados en California están registrando todos los fallos sufridos por la tecnología, y todos sus accidentes, para ofrecer un informe periódico a las autoridades.

¿En qué consistieron esos errores? El fallo de un coche autónomo llega en el momento en que le vehículo sufre una desconexión no planificada del modo autónomo. Es decir, el momento en que el coche autónomo obliga al «conductor» a tomar los mandos al haber detectado un fallo en la tecnología, o cuando la situación exige que el propio «conductor» tome los mandos del coche para evitar una situación de peligro, o incluso un accidente.

Recordemos que las normativas de los diferentes estados exigen que tras estos coches autónomos experimentales, que están circulando ya en carreteras abiertas, se encuentre un técnico supervisando en todo momento la marcha. El Department of Motor Vehicles (DMV) de California también exige que cada fabricante, como Google, envíe un informe con los accidentes y errores sufridos por sus coches autónomos.

Estos errores exigieron que el técnico que supervisa la circulación del coche autónomo tomase los mandos inmediatamente. Los técnicos de Google, que han sido entrenados especialmente para ello, gozaron de un tiempo de reacción medio de 0,84 segundos.

Gracias a esos informes, sabemos que desde 2009 los coches de Google han recorrido cerca de 4 millones de kilómetros, más de la mitad de los cuales han transcurrido en modo autónomo. En todos estos años, y kilómetros, los coches autónomos de Google han sufrido 17 accidentes menores, en ninguno de los cuales fue culpable el coche autónomo.

¿Por qué es tan importante para Google que se produzcan estos errores?

En estos momentos lo más importante no es convencer al resto de conductores de que los coches autónomos son seguros, sino conseguir que de verdad sean seguros, que su fiabilidad sea próxima al 100%, y que puedan circular por nuestras calles sin necesidad de que un técnico, o un conductor, supervise su marcha para tomar los mandos inmediatamente en caso de sufrir un problema. Para Google, por lo tanto, no es un problema que su coche autónomo sufra una desconexión automática o forzada y sus técnicos tengan que tomar los mandos del coche. Sus técnicos han sido entrenados específicamente para mantener la concentración y ser capaces de tomar los mandos de inmediato cuando suceden estas incidencias. Según Google, el tiempo de reacción medio de sus técnicos en las 272 incidencias registradas habría sido de 0,84 segundos. Muchas de las incidencias no hubieran supuesto una colisión en el caso de que el conductor no hubiera tomado los mandos y en ningún caso se habría producido un accidente por culpa de estos errores.

Para Google cada incidencia es una oportunidad de conocer los aspectos que han de mejorarse en su coche autónomo para garantizar esa fiabilidad cercana al 100%.

Google cuenta con sofisticados sistemas informáticos de simulación en los que pueden replicar las condiciones que llevaron a uno de sus coches a sufrir un problema que exigiera la intervención del conductor.

Cuando se produce uno de estos fallos, además de que un conductor tome los mandos del coche inmediatamente, se inicia un protocolo de análisis para determinar qué ha sucedido, y cómo puede resolverse. El coche de Google registra miles de parámetros, y sus técnicos cuentan con avanzados sistemas informáticos que son capaces de crear simulaciones en las que se puede recrear, con todo lujo de detalles, cómo se produjo el incidente. Estas simulaciones no solo son capaces de recrear el entorno, conseguir que el coche autónomo de Google se encuentre en la misma situación que llevó al error, y situar al resto de intervinientes en la escena (otros coches, peatones…), sino también la de conseguir que la reacción del coche autónomo en la simulación sea exactamente la misma que tuvo en el fallo real.

Google menciona una tendencia interesante, que un error, y el siguiente, están cada vez más separados en el tiempo, o mejor dicho, en la distancia recorrida por sus coches autónomos. En 2014, por ejemplo, se experimentaba un error de este tipo cada 4.000 kilómetros o menos. En 2015, los coches autónomos de Google experimentaron una media de un error cada 8.000 kilómetros (primer y cuarto trimestre del año), o incluso un error cada más de 13.000 kilómetros (en el segundo trimestre del año).

En cualquier caso, Google sigue creyendo que lo importante no está en que esos errores estén cada vez más alejados en el tiempo, sino en que esos errores sigan produciéndose, y sean tratados siguiendo su protocolo, para diseñar un coche autónomo más avanzado y fiable.

¿Por qué se producen estos errores, estas desconexiones del coche autónomo?

La mayoría de los errores se han producido por una discrepancia en la percepción del vehículo. Es decir, un coche autónomo detecta mensajes contradictorios en la señalización y, ante la duda, obliga al conductor a tomar los mandos. En ocasiones, esas discrepancia generan un error en el software, o el hardware. Muchos de los errores se han producido en el momento en que el técnico ha tomado los mandos al percatarse de que el coche autónomo estaba realizando una maniobra que no era la adecuada.

Por último, tampoco hemos de olvidarnos de que la mayoría de los errores se están produciendo en tramos urbanos, y no en carreteras interestatales o autopistas, en las que la fiabilidad del coche autónomo de Google es muy alta. En cualquier caso, también es cierto que Google reconoce que sus coches autónomos están realizando un número significativamente mayor de millas en entornos urbanos, que en carretera, en tanto las ciudades, que gozan de mayor tráfico, intersecciones, cambios de carril, etcétera, representan un reto mayor para el desarrollo de la conducción autónoma.

Apasionante, ¿no crees?

Fuente: Google
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