Casi 400.000 euros por uno de los cinco Ferrari California fabricados con cambio manual

Ferrari ya no ofrece vehículos con cajas de cambio manuales. La opción murió de forma oficial con el 599 GTB, que poquísimos clientes ordenaban con tres pedales. En los Ferrari California la opción a una caja manual era tan extraña, que apenas éramos conscientes de su existencia. En la época en la que los California aún se vendían con un motor atmosférico – un 4.3 V8 de 460 CV de potencia, derivado del F430 – sólo 5 unidades fueron vendidas con tres pedales, una de las cuales pertenece a Ferrari. Una ha sido subastada.

Los Ferrari de última hornada con caja de cambios manual son una excelente inversión por su gran escasez.

Y se han pagado la friolera de 393.000 euros por un Ferrari California con caja de cambios manual. Para que nos hagamos una idea de lo valioso que este California del año 2010 ha sido con respecto a otros, una simple búsqueda en Internet nos ayuda: un California de la época con un kilometraje similar ronda un importe de entre 100.000 euros y 130.000 euros, incluso en vehículos de menor kilometraje. Por el simple hecho de tener una caja de cambios manual, se ha pagado el triple de dinero por esta unidad en concreto.

El descapotable subastado se encontraba en París, aunque originalmente fue vendido por un concesionario Ferrari situado en Luxemburgo, paraíso fiscal europeo por excelencia. Tenía el libro de mantenimiento completamente sellado y apenas 33.100 kilómetros en su odómetro. Con pintura Rosso Corsa y frenos carbonocerámicos, tenía las opciones adecuadas en su haber. La caja de cambios manual de seis relaciones de este Ferrari California procede de un Ferrari 360 Módena, aunque montada de una manera muy diferente.

Estoy seguro de que su instalación no ha sido sencilla para Ferrari, y ha tenido que hacerse bajo encargo especial. Sólo 5 Ferrari California fueron fabricados con tres pedales, y sólo dos con volante a la izquierda, uno de los cuales está en manos de Ferrari. Las otras tres unidades están situadas presumiblemente en Gran Bretaña, donde aún son muy puristas con sus coches. Como no podía ser de otra manera, la palanca de cambios tiene una preciosa rejilla metálica en «H», con su característico sonido.