Los dos tienen el mismo motor, la misma distribución interior y ofrecen la posibilidad de circular a cielo abierto: es lógico pensar que, en la alineación de Ferrari, solamente hay sitio para un titular. Y ese honor recaerá en el recién presentado Ferrari Roma Spider, que se ha cobrado su primera víctima para asumir el papel de descapotable de acceso en Maranello.
La semana pasada Ferrari dio respuesta a aquellos que, desde 2019, había criticado la falta de una versión descapotable para el Ferrari Roma. Lo hizo con la variante Spider que está equipada con un V8 biturbo 3.9 que envía 620 CV y 760 Nm a las ruedas traseras, tiene una configuración de asientos 2+2 (aunque los traseros son, más bien, testimoniales) y una capota de tela que recoge el testigo del Ferrari 365 GTS4 (1969). Coincide con el Ferrari Portofino M en todo… menos en el techo.
Sin sitio para los dos
Es lógico preguntarse si ambos tienen sitio en Maranello y la respuesta ha llegado por parte de la propia marca: ha confirmado a Road&Track que escribirá el punto final a la producción del Ferrari Portofino M y dejará de ser el descapotable (de techo rígido) de acceso. Ese papel será, a partir de ahora, para el Ferrari Roma Spider.
Los críticos del Ferrari Portofino M siempre señalaron que se quedaba lejos de la experiencia de conducción que ofrecían otros modelos de la casa, quizás por el enfoque que le dieron desde que nació. Algo que ocurrió en 2008, pero con un nombre diferente al actual: fue presentado como Ferrari California y estaba equipado con un V8 atmosférico de 4.3 litros que generaba 460 CV.
La ‘T’ llegó seis años después, en 2014, cuando Ferrari añadió a la ecuación un par de turbocompresores para aumentar la potencia hasta los 560 CV: una cifra que volvió a crecer (600 CV) en 2017, cuando el Ferrari California T se convirtió en el Ferrari Portofino. En 2020 adquirió el apellido ‘M’ y su fuerza alcanzó los 612 CV: ganó, de media, unos 10,7 CV por año.
El papel del Ferrari Roma Spider
El Ferrari Roma Spider toma el relevo, ahora, para intentar mejorar el papel del Ferrari Portofino M. De momento, las críticas están de su lado: al menos en lo que a diseño se refiere. En el apartado mecánico el punto de partida es el mismo, aunque en Maranello han introducido mejoras: una nueva bomba de aceite para mejorar el arranque en frío del motor, una programación renovada para la unidad de control y una transmisión que es un 20% más pequeña. A esto hay que sumar la tecnología Variable Boost Management de Ferrari, que varía el par dependiendo de la marcha para dar el empuje correcto pensando en el consumo.
Y si alguien cree que la capota de lona del Ferrari Roma Spider puede ser un arma de doble filo convirtiéndose en su talón de Aquiles, la marca tiene respuesta para ello: aseguran que el aislamiento acústico es comparable al de un ‘hard top’ y apunta que, a cielo abierto, el confort de conducción está garantizado gracias a un deflector de aire integrado en el respaldo de los asientos traseros.
Ferrari Portofino M 
