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Así puede ayudar la misión de Audi a la Luna a crear coches eléctricos más fiables

¿Por qué esa obcecación de Audi por llegar a la Luna? Este verano os hablábamos del proyecto Audi Mission to the Moon (ver Audi quiere llegar a la Luna con este artilugio llamado Audi lunar quattro), una iniciativa de exploración espacial que en el marco del proyecto Google Lunar XPRIZE pretende enviar un vehículo de exploración espacial no tripulado al lugar en el que aterrizó la última misión tripulada a la Luna, el Apollo 17. ¿Por qué están dispuestos en Audi ha invertir en un proyecto como este? ¿Es solo publicidad? Además del buen reclamo publicitario que supondría para la marca anunciar que su prototipo ha llegado a la Luna, es más que evidente que detrás de este proyecto existe también un interés tecnológico. ¿Y cómo puede este prototipo lunar no tripulado ayudar a Audi a crear coches eléctricos más eficaces?

El mejor ejemplo de cómo la tecnología aplicada en este prototipo podrá transferirse a productos de calle, lo tenemos en la ingeniería de sus baterías, como veremos a continuación en un vídeo recientemente publicado por Audi. El vehículo no tripulado de Audi se moverá gracias a la energía generada por sus paneles solares, que a su vez ha de almacenarse en unas baterías.

Recordemos que uno de los grandes problemas de las baterías de los coches eléctricos está precisamente en su aislamiento térmico. Las baterías – también las utilizadas por nuestros gadgets, portátiles, teléfonos móviles, etcétera – sufren mucho y ven muy limitada su capacidad a temperaturas extremas, ya sean muy bajas, o muy altas.

En la Luna este prototipo ha de enfrentarse a 13 días terrestres seguidos con temperaturas de hasta 105ºC y otros 13 días terrestres (de noche lunar) con temperaturas de hasta -160ºC.

En la Luna se dan naturalmente unas condiciones mucho más extremas de las que un coche eléctrico afrontará alguna vez en su uso cotidiano. La Luna tarda aproximadamente 28 días terrestres en rotar sobre sí misma. De manera que un vehículo no tripulado en su superficie ha de enfrentarse a un mínimo de 13 días terrestres con temperaturas de hasta 105ºC y otros tantos de noche lunar con temperaturas de hasta -160ºC.

Para emular estas condiciones tan extremas, Audi ha utilizado su cámara de simulación de temperaturas extremas para someter a su prototipo a temperaturas de hasta 120ºC y -20ºC, temperaturas muy superiores a las que someten habitualmente a sus vehículos, para estudiar la posición idónea y el aislamiento de las baterías. Los ingenieros se percataron, por ejemplo, que dado que las ruedas del vehículo no transmiten la temperatura y podían aislar la base del vehículo en la conexión entre las ruedas y la carrocería de su prototipo, la posición idónea para las baterías era justamente en esa base.

Curioso, ¿no crees?

Fuente: Audi
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