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El absurdo: pagan 1.200.000 euros en subasta por un Mercedes-Maybach G 650 Landaulet

El Mercedes-Maybach G650 Landaulet es posiblemente uno de los coches más absurdos jamás fabricados, junto al Mercedes G 63 AMG 6×6. Un coche en el que la máxima es el exceso, donde no importa en absoluto el consumo de combustible – declara unas emisiones medias de CO2 de 397 gramos por kilómetro – ni la facilidad de aparcamiento. En este todoterreno de 5,34 metros de largo y cuatro plazas sólo importa la comodidad de los pasajeros y el lujo más absoluto. Una de las 99 unidades fabricadas ha sido recientemente subastada, a un precio más de dos veces superior al precio de tarifa: 1,2 millones de euros.

Esta unidad fue ofrecida en subasta pública por Daimler, y todos los beneficios han ido destinados a la fundación Laureus Sport for Good, que apoya proyectos educativos en zonas deprimidas de países en vías de desarrollo. ¿Qué tiene de especial el Mercedes-Maybach G650 Landaulet para valer 1,2 millones de euros a ojos de un comprador? Dejando a un lado el atractivo de la edición limitada – y su potencial revalorización futura – lo cierto es que es un coche de superlujo. A todos los efectos, es una berlina de representación vestida con una carrocería especial de batalla larga y un tren de rodaje de alto nivel.

El Mercedes-Maybach G 650 Landaulet cuesta 630.000 euros antes de impuestos. Se ha vendido por casi el doble de su precio final. Una auténtica locura.

Su batalla supera los 3 metros, y los pasajeros de las plazas traseras pueden reclinarlas al completo, disfrutando del cielo gracias a su lona trasera descapotable. Además, pueden calentar o enfriar sus bebidas gracias a sus portabebidas climatizados, así como disfrutar del sistema de infotainment en sus pantallas dedicadas. No es un coche para disfrutar sólo en sus plazas traseras, también se puede disfrutar al volante. Comparte con el Mercedes-AMG G 65 un motor V12 Biturbo de 6,0 litros, capaz de desarrollar unos mareantes 630 CV, asociados a un monstruoso par máximo de nada menos que 1.000 Nm.

La potencia pasa a las cuatro ruedas mediante una caja de cambios automática de siete relaciones, asociada a un sistema de tracción total con tres bloqueos de diferencial. La diferencia con el tren de rodaje de un Mercedes-AMG G 63 o G 65 está en sus ejes tipo pórtico, con los que se consigue una espectacular altura libre al suelo. Para que los pasajeros accedan cómodamente a las alturas de este todoterreno se han instalado unas estriberas motorizadas – no sea que tengan que esforzarse. Estos ejes tipo pórtico son idénticos a los del Mercedes G 500 4×42 y se suelen usar en preparaciones todoterreno de alto nivel.

Lo dicho, toda una oda al exceso, que pronto veremos en países del Golfo Pérsico.

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