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El amarillo y la Fórmula 1; una mezcla con resultados de todo tipo

El retorno del amarillo a la Fórmula 1 ha causado revuelo. Primero, por ser el color icónico de Renault en la categoría reina. Pero además, es un color muy resultón que a menudo ha traído grandes decoraciones. Pero es que además, el amarillo ha vivido todo tipo de situaciones en la Fórmula 1. Aunque en varias ocasiones el amarillo ha formado parte de la decoración de un coche, son aquellos que tienen prácticamente toda la carrocería en ese color, los que más impresionan.

Ferrari 156 Écurie Francorchamps – El mito Ferrari

Toda historia del mundo del automovilismo que se precie debe contar en algún momento con el nombre «Ferrari». En el caso del amarillo en la competición de coches más seguida del mundo, la asociación con el mítico equipo italiano llegó a través de la Écurie Francorchamps, un equipo belga que tuvo actuaciones destacadas con un Ferrari amarillo. La última ocasión que esto sucedió fue en el Gran Premio de Bélgica de 1961, con Olivier Gendebien cuarto tras los tres otros coches oficiales. Esa misma unidad del 156 fue cedida a otro equipo y ganó el Gran Premio de Francia… ya de rojo.

Fittipaldi F5 – ¿Azucar? ¡Copersucar!

La presencia de Emerson Fittipaldi en cualquier equipo ya llama la atención. Cuando además este lleva su apellido -en realidad era por su hermano, fundador de la escuadra-, el asunto toma ya otro cariz. La asociación de Fittipaldi con Copersucar -la mayor empresa de azucar y etanol del mundo; menuda mezcla- fue tan estrecha que a menudo a los Fittipaldi se les llamaba «Copersucar». El F5 no fue particularmente competitivo pero su imagen ha quedado en la retina de quienes le vieron competir. Espectacular, exótico… guste o no, la verdad es que tenía un aire especial.

Renault RS01 – La tetera amarilla

Ninguna historia del amarillo en la Fórmula 1 estaría completa sin el primer Renault turbo que compitió en la temporada de 1977. Tras generar risitas burlonas en Silverstone en su debut, fue apodado «la tetera amarilla» por ser un coche lento y poco fiable. Poco a poco, los franceses fueron mejorando el producto hasta llegar a tener un coche ganador. Aún así, este no sería el RS01, que se inscribió para 25 grandes premios y solo puntuó una vez con un cuarto puesto, aunque obtuvo una sorprendente pole position poco antes de dejar paso a su sucesor.

Renault RS10 – Haciendo historia

Dicho sucesor tiene un lugar de honor entre los coches amarillos, aunque es quizás el menos amarillo de la lista de históricos con este color. En el Gran Premio de Francia de 1979, el Renault RS10 de Jean-Pierre Jabouille saboreó las mieles del triunfo. Lo hizo en Dijon, en casa. Chasis y motor franceses, piloto francés, neumáticos franceses, y lubricantes franceses para la victoria. El otro coche en tercera posición. Y el segundo clasificado -Gilles Villeneuve-, ¡francófono! No se podría pedir un fin de semana mejor para toda una nación que quería ver a los suyos darle la vuelta a la Fórmula 1. El motor turbo había llegado para quedarse.

Merzario A4 – ¿Clasificarse? ¡Para qué!

En el otro lado de la balanza tenemos al Merzario A4, un coche de aspecto alienígena que tampoco llegó a innovar tanto como podría parecer en primera instancia. Fue el coche con más amarillo de Arturo Merzario, aunque no llegó a clasificarse jamás y solo en una ocasión consiguió marcar un tiempo más rápido que el de otro piloto. Algunos hacen historia por ser especialmente rápidos. Otros no tienen tanta suerte. Aún así, se trata de otra de las desventuras del amarillo en la Fórmula 1.

Lotus 99T – Ayrton

Independientemente de si au no le gusta o no Ayrton Senna, es indudable que el brasileño es una absoluta leyenda dentro del deporte. A Lotus le bastó un año, el de 1987, para que su decoración de Camel fuera recordada para siempre por su asociación con Senna. Da igual que Nelson Piquet la usara en 1988 y 1989 o que los motores Lamborghini enamoraran a cualquiera que viera el coche de 1990. El vetusto 99T de 1987 es el protagonista. El Lotus amarillo con el que Senna plantó cara dentro de lo humanamente posible a los todopoderosos Williams FW11B.

Benetton B193 – Michael

Para ser un color poco utilizado, el amarillo puede presumir de haber acompañado a verdaderas estrellas de la Fórmula 1. Si en su día estuvo con Emerson Fittipaldi y luego con Ayrton Senna, desde 1991 hasta 1993 hizo lo propio con Michael Schumacher. Aunque en esa época el coche lucía también otros colores, Camel dominaba la decoración. Con el B193, Schumacher demostró que estaba listo para luchar con los mejores e incluso para ganarles, si se le daba el coche adecuado. Solo hubo que esperar un año para que el piloto alemán se hiciera con su primera corona de campeón.

Forti FG01 – El último apasionado

¿Cuantas veces se ha intentado en la Fórmula 1 hacer algo con más ganas que dinero? Muchas, desde luego. Aunque no tantas en los años 90. Forti fue el último intento de un verdadero privado en la categoría reina, puesto que intentos futuros han llegado siempre con el apoyo de grandes marcas comerciales de forma más implicada que siendo un mero patrocinador. El Forti FG01 fue un coche terrible, el más lento del campeonato con diferencia. Pero eso no quita que tuviera un cierto encanto. Los colores tomados de Sid Mosca para que fueran exactamente los mismos del casco de Ayrton Senna ayudan.

Minardi M02 – Telefónica

¿Se puede contar el Minardi M02 como un coche amarillo? Bueno, según la luz, el momento del año y la dirección del viento, quizás… La realidad es que aunque no es un amarillo al uso, el color era técnicamente un tipo de amarillo. Tampoco acabó importando en exceso puesto que la llamativa decoración de ese coche solo se usó un año y sin éxitos en la Fórmula 1. Aún así, el 2000 fue algo especial para los españoles. Marc Gené en la Fórmula 1, Fernando Alonso en la Fórmula 3000 e Oriol Servià en la CART lucieron los mismos colores. Telefónica hizo en esa época algo especial…

Jordan EJ13 – Carrera loca, victoria loca

El último equipo en lucir el amarillo de forma completa en la Fórmula 1 antes de Renault fue Jordan, que lo hizo ente 1997 y 2005. La última victoria del equipo se produjo en condiciones imposibles en el Gran Premio de Brasil de 2003. Allí, el EJ13 fue inicialmente reconocido como el segundo clasificado con Giancarlo Fisichella al volante. Tras corregir la FIA el resultado, se celebró una entrega de premios espontánea en Imola, sede de la siguiente carrera de la temporada. Una carrera loca debía tener un ganador acorde a ese estatus. Y no hablamos necesariamente de Eddie Jordan.

Siendo justos, Renault ya usó el amarillo en su pasada época en la Fórmula 1 entre 2002 y 2010 -sobre todo este último año-. Pero la decoración de 2016 es algo distinto. No van a combinar, por ahora, el amarillo con otros colores. Aceptan que esa es su seña de identidad y la lucen con orgullo. El amarillo vuelve a tomar la Fórmula 1 por sorpresa y aunque no se espera de él que tenga grandes resultados en 2016, quien sabe si en el futuro las cosas podrían cambiar.

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