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Ferrari y Renault; los gigantes dormidos despertarán en 2017

En lo personal, sostengo que tanto Ferrari como Renault estarán librando la gran batalla por el campeonato de constructores 2017 por el simple razonamiento de que ambas escuderías han venido trabajando en proyectos paralelos mucho antes que las demás, apuntalados por Rory Byrne y por Bob Bell respectivamente, y también porque la libertad para desarrollar motores les permitirá alcanzar a Mercedes, considerando que el conjunto alemán llegará a un punto donde les resultará complicado mejorar algo que luce inmejorable. Por otra parte, la supuesta salida de Paddy Lowe de Brackley propiciaría sin duda un desequilibrio de poderes en la Fórmula 1 que inclinará la balanza hacia otros predios.

No hay que ser un adivino o un genio para advertir que el nuevo concepto de Ferrari, denominado proyecto 668, será un producto de la mente de Rory Byrne porque Mattia Binotto, actual director técnico de Ferrari, nunca ha diseñado un coche. Su nombramiento fue provisional y se hizo con el fin de conceder cierta estabilidad al grupo que permaneció en pista tras la salida de James Allison. Así que Ferrari estuvo la mayor parte de 2016 sin un auténtico director técnico y aún así no se desplomó de forma escandalosa, indicio de que tras bastidores se movieron los hilos con sentido común.

Si se analiza el nuevo reglamento técnico que entrará en vigencia este 2017, parece orientado a «zorros muy curtidos» porque las nuevas medidas de los monoplazas, incluso los neumáticos anchos, son propios de la vieja escuela. Las referencias no son nada novedosas para quienes han estado en la Fórmula 1 desde hace tres décadas atrás y como indiqué, si Paddy Lowe opta por salir de la escena, con su permiso de jardinería bajo el brazo, estará en Adrian Newey, Rory Byrne y Bob Bell presentar las propuestas más interesantes, considerando las trayectorias de estos tres brillantes diseñadores. De allí que me resulte cuanto menos descabelladas las opiniones acerca de que en Maranello y en Enstone están sin brújula por lo visto en 2016.

Pero tanto Adrian Newey como Dan Fallows, responsables técnicos de Red Bull, permanecieron involucrados en el desarrollo del RB12 durante buena parte de la temporada 2016, en tanto Byrne y Bell se centraron en exclusiva en sus respectivos proyectos husmeando en el nuevo reglamento sin preocuparse por el campeonato que acaba de finalizar, ya que los coches de Ferrari y de Renault no fueron concebidos por ellos. El SF16-H quedó huérfano el pasado mes de julio, cuando James Allison se marchó de la escudería italiana, en tanto el RS16 es el mismo Lotus E24 diseñado por Nick Chester que simplemente fue pintado de amarillo. Esa es una razón por la que creo que Ferrari y Renault serán los equipos que presentarán los conceptos más adelantados de la próxima temporada, además de disfrutar de la ventaja que significa diseñar, construir y desarrollar a partir de sus propias unidades de potencia.

Y cuando digo que tanto Rory Byrne como Bob Bell son «viejos zorros» me refiero a que ambos ya han demostrado con éxito que pueden desplazarse hasta el límite de la frontera que bordea cualquier interpretación del reglamento, así que sería insensato pensar que sus propuestas serán inocentes y conservadoras ya que anteriormente evidenciaron iniciativa e ingenio cuando de enfoques agresivos se trata.

Que los pronósticos y expectativas de 2017 se vuelquen hacia Mercedes y Red Bull parece lo más inteligente y seguro, pero ambos equipos vienen de respectivos ciclos de dominio y los cambios en las reglas siempre originan una variante en las jerarquías. Sin Paddy Lowe, Mercedes perderá efectividad y en cuanto a Red Bull, su piedra angular es el talento de Adrian Newey, pero es casi seguro que ahora Renault se reservará tecnología para privilegiar su propio proyecto. En el pasado campeonato, el propulsor francés avanzó considerablemente con respecto a 2015 y en tal sentido, Cyril Abiteboul, director de Renault Sport F1, manifestó días atrás que la nueva versión del motor será muy avanzada, de allí lo relevante que será observar tal unidad de potencia instalada en el chasis diseñado por Bob Bell. Acá seguramente Renault experimentará un conflicto de intereses con sus clientes porque de ahora en adelante deberá rendir cuentas ante sus propios patrocinadores y sus nuevos socios técnicos y comerciales.

Otro factor a tener en cuenta es la estabilidad interna de Ferrari y de Renault, las reestructuraciones en ambas escuderías no han dejado mayores traumas para 2017, salvo la salida de James Allison, pero tal suceso ocurrió a mediados del año pasado y en nada afectó el trabajo paralelo que se ha venido gestando. Si a nivel de jefaturas no se presentaron modificaciones es síntoma de que la planificación sigue por el camino estipulado. Desafiar a Mercedes y a Red Bull con las nuevas reglas es el objetivo de Byrne y de Bell, junto a sus respectivos grupos de trabajo, así que todo lo sucedido en la temporada 2016, con Binotto y Chester en el box, debe ser descartado a la hora de analizar lo que podría pasar en el próximo campeonato.

Ciertamente, Ferrari tiene más presión para alcanzar la cima por todo lo que representa para la Fórmula 1, por ello su propuesta deberá ser la más novedosa y desafiante de todas en el apartado técnico, situación que no se presenta desde hace varios años ya que han preferido apostar por la potencia del motor como base. Sin embargo, el que Maurizio Arrivabene, jefe de la escudería, admita que Byrne está involucrado en el proyecto 2017 lleva a pensar que ahora Ferrari sí arriesgará. Los coches diseñados por el surafricano acumulan noventa y nueve victorias en la Fórmula 1; y justamente cuando decidió apartarse de las pistas fue cuando volvió a asumir el protagonismo técnico Adrian Newey con sus extraordinarias visiones aplicadas en Red Bull Racing. En este punto se destaca que Adrian Newey, Colin Chapman y Rory Byrne son los mejores diseñadores en la historia de la Fórmula 1 y la cantidad de triunfos de sus varios diseños así lo indican. Es de suponer entonces que Byrne tiene las respuestas a muchas interrogantes.

En cuanto a Bell, hay que indicar que el diseñador irlandés vuelve a encargarse de la dirección técnica de Renault, escudería con la cual alcanzó los campeonatos de 2005 y 2006, y lo hace cuando los franceses han organizado un equipo que luce sin fisuras para aspirar a lo grande. En 2017 no debería quedar rastros de Lotus y Bell se encargará de confirmarlo ya que está acostumbrado a asumir grandes desafíos, el F1 W04, monoplaza con el que Mercedes alcanzó el subcampeonato de constructores en 2013, fue diseñado por Bell y representó el primer aviso de los alemanes, de lo que estaría por venir en los siguientes tres años.

En lo referente a la plantilla de pilotos en ambas escuderías, solo destaca la novedad de Nico Hülkenberg en Renault, el equipo francés apuesta por un piloto consolidado cuya suerte ha sido un tanto adversa ya que ostenta el registro de más participaciones sin alcanzar un podio, pero el alemán jamás se ha mostrado desequilibrado por ello. Su paciencia y profesionalismo han sido recompensadas al asumir el rol de líder de un equipo con infraestructura, presupuesto y potencial suficiente para que exteriorice todo ese talento que todavía no se traduce en números. Por otra parte, la renovación de Jolyon Palmer hace recordar la filosofía Renault, incluso cuando era Benetton, cuando apostaban a ganador, en el sentido de que se establecieron jerarquías y el segundo piloto por lo regular era el encargado de rodar con novedades y modificaciones, mismas que posteriormente, una vez confirmadas las mejoras, pasaban al primer piloto.

Mi apuesta personal se inclina hacia estas alternativas, Ferrari y Renault, porque estoy convencido del avance que han realizado a puertas cerradas, con un reglamento que plantea situaciones ideales para concederles el protagonismo. También los movimientos y presiones políticas que se han manifestado, desde diversos ámbitos, hacia los encargados de organizar la Fórmula 1 deberían producir cambios, en el sentido de no condicionar de forma tan estricta los campeonatos. Ferrari, Renault y Honda se han comprometido a asistir a una costosa fiesta en honor a Mercedes y no han podido bailar una canción, ni beberse un trago, ni comerse un bocadillo. Y aunque Mercedes puede argumentar que en la época Red Bull padeció el mismo trato, el automovilismo como deporte necesita variedad para que resulte entretenido y rentable para todos los involucrados.

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