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La electrónica ha sido el gran problema del BMW M Hybrid V8

Cuando el BMW M Hybrid V8 llegó a Daytona las expectativas no eran tan altas debido al poco ritmo que exhibió en pretemporada. Sin embargo, en tres fechas transcurridas del Campeonato IMSA WeatherTech SportsCar, en las dos últimas, Sebring y Long Beach, la unidad asignada a Connor De Phillippi y a Nick Yelloly ha llegado en segundo lugar. Si bien tal ubicación ha sido más por suerte que por rendimiento, el mismo De Phillippi declaró que los ingenieros descubrieron que el software de control electrónico era el responsable de los principales problemas del prototipo, de allí que el programa fue reescrito nuevamente en la base de BMW en Múnich.

Explicó el piloto norteamericano que a partir de la instalación del nuevo software el comportamiento del coche ha sido distinto y es que los ingenieros de BMW no tenían experiencia en lo que respecta al funcionamiento de un LMDh, así que el primer código fue un tanto experimental, por tal razón no se lograba el máximo nivel de funcionamiento de los sistemas y componentes electrónicos. Y es que desde Dallara, socios de BMW en la construcción del prototipo, únicamente se enfocan en el chasis, la ubicación del motor y sus accesorios, así que no pueden contribuir en lo que respecta a la electrónica. Añadió De Phillippi que otro error en este proceso fue confiar ciegamente en los resultados del simulador puesto que la electrónica aplicada allí no resultó efectiva cuando se trasladó a la pista real.

Por tal razón, el software diseñado por BMW presentó deficiencias al gestionar sistemas como el control de tracción, el frenado electrónico, y la entrega de potencia del conjunto híbrido, entre otros. Una vez que el fabricante se enfocó en el problema, la capacidad para pilotar el prototipo ha mejorado porque las configuraciones para los distintos circuitos han sido más efectivas. La desventaja inicial de BMW a ese nivel era muy grande al inicio de temporada porque si bien Porsche también iniciaba desde cero, su socio Penske tuvo mucho que ver en el desarrollo del DPi Acura y esa experiencia se transfirió al prototipo LMDh que ahora operan juntos.

En palabras de Connor De Phillippi:

Fue duro el trabajo realizado en Múnich y es increíble. El software era un problema, había que rehacer el programa en la menor cantidad de tiempo y las personas involucradas lo hicieron y lo probaron. Hemos mejorado la capacidad de pilotar el coche en cada prueba y ahora el ritmo es el adecuado.

Vía Motorsport Total

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