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Peugeot 305 V6: de Grupo B que nunca llegó a competir a precursor del inolvidable 205 T16

En nuestro repaso a los Grupo B que marcaron la época ya apuntábamos que hubo muchas homologaciones durante aquellos años que no tuvieron tanta repercusión como la de los vehículos principales que compitieron por las victorias mundialistas o que estaban llamado a estar en esa terna de participantes de primer nivel. Entre vehículos reconvertidos provenientes de los Grupo 4 a otros que encontraron en la normativa Gr.B la opción para ser homologados para competir internacionalmente, aunque en ningún momento pudieran características que se asemejaran a los Audi Quattro S1 o el Lancia Delta S4. Lo cierto es que, en todo este cambio en el paradigma de la competición, surgieron también algunos prototipos que nunca llegaron a correr, pero que con el tiempo se dejaron ver para enriquecer parte de esa historia oculta de las marcas.

En el caso de Peugeot esto queda reflejado en esa gran transición que se vivió en apenas una década. La firma de Sochaux pasó de su sólido y fiable pero vetusto Peugeot 504 V6 a todo un contendiente con el Peugeot 205 T16 a esa superioridad mostrada por la tracción Quattro de los alemanes. No se puede negar que el 504 jugó a la perfección su papel. Sus capacidades y resistencia le permitieron ser uno de los vehículos que triunfaron en los rallyes más duros, motivo que llevó incluso a recibir el nombre de la “Reina de África” y, aunque recibió la homologación Grupo B con la llegada del nuevo reglamento, quedaba patente que el fabricante francés debía considerar una revolución a la altura.

Rallyes de la dureza del Safari o de Bandama tuvieron durante años al 504 como gran referencia, y obviamente la 504 pick-up que también sería homologada como Grupo B no era una opción si se buscaba dar un salto en cuanto a competitividad. De esta forma, se propusieron crear un tracción trasera capaz de estar en la lucha en las pruebas más rápidas, marcándose estar listos para la temporada 1983. Entre 1980 y 1981, Peugeot Talbot Sport comenzó con el proyecto Peugeot 305 V6 Grupo B, un coche que nunca llegaría a competir.

Peugeot, al asalto del Mundial con el 305 V6 Grupo B:

Pasó a ser historia de la marca como ya se apuntaba antes, dentro de ese apartado rico cuando hablamos de los del león en materia de competición. Peugeot quería desarrollar un Grupo B de tracción trasera, animado por su potente y confiable motor V6, muy ligero, siguiendo quizás el ejemplo mostrado por los Escort Mk.II y sin esperar la gran revolución que supuso la llegada de la tracción Quattro a los rallyes.

El 305 era más ligero y pequeño que el 504 Coupé V6 y además tenía permitido lucir un mayor ancho, incorporando nuevos pasos de rueda, frenos de disco en ambos ejes (heredados directamente del Peugeot 604) y suspensiones más evolucionadas e independientes. El propulsor de seis cilindros en V venía procedente del Peugeot 504 (V6 2.7L PRV), aunque en este caso limitando su desplazamiento para una capacidad de 2.488cc y una potencia de 250 CV, empleando inyección Kügelfisher, 24 válvulas y una caja manual de cinco velocidades.

En cuanto al cuerpo, estábamos frente a un chasis monocasco en el que se le había aligerado lo máximo posible para llegar a marcar en la báscula apenas 890 kilogramos, a través de la utilización de aluminio para el techo y puertas, mientras que el capó y el maletero estaban hechos de fibra de vidrio. El propulsor retrasó su posición lo máximo posible para encontrar un comportamiento lo más equilibrado posible, aunque obviamente requería de mucho trabajo si tenemos en cuenta que el 305 original en su versión comercial empleaba un pequeño motor de cuatro cilindros y 1.5 litros que estaba conectado a las ruedas delanteras.

El fracaso del 350 V6 se convirtió en el éxito del 205 T16:

Las razones que llevaron al fracaso del proyecto son teóricamente variadas. Debemos tener en cuenta que ya en 1983 el lanzamiento del Peugeot 205 había sido un gran éxito, mientras que el Peugeot 305 estaba ya agotando su vida comercial (en las calles desde 1977), por lo que tenía todavía menos sentido el apostar por este último a la hora de darle visibilidad en competición. Es cierto que se podía haber mantenido la misma estrategia, con Talbot centrándose en las pruebas más rápidas y Peugeot en los eventos más duros, sin embargo, en ese momento parecía adaptarse mejor a la estrategia comercial el centrarse en un solo modelo capaz de ser competitivo durante todo el calendario.

Por si fuera poco, la demostración de fuerza de Audi Sport les hizo comenzar a proyectar un vehículo de tracción total y motor central que fuera capaz de arrasar frente al vehículo germano, algo que también le ocurrió a Ford cuando decidió desechar la idea de crear el Ford RS 1700T para centrarse en un tracción total como el 4×4. En el caso de Peugeot la decisión fue óptima, ya que a pesar de que no llegaron con el 205 T16 hasta 1984, su rendimiento fue tal que ya consiguieron vencer en tres carreras de cinco participaciones, mientras que los títulos caerán de su lado las dos temporadas siguientes. Algo de ese Grupo B fallido en el que se había quedado el Peugeot 305 V6 iba en el 205 ganador ya que sirvió como mula de pruebas sobre la que se dieron los primeros pasos del programa de desarrollo. Valió la pena…

Quizás la mayor espina que queda clavada del proyecto fallido que encabezó inicialmente Gerarld Allegret hasta su enfermedad, es que había planes de construir una edición especial a través de Heuliez de este Peugeot 305 vitaminado para la calle, el mismo que serviría para lo homologación del Grupo B. Aunque Claude Charavay llegaría como reemplazo de Allegret, sería finalmente Jean Todt, el cual había cogido mucho peso dentro de Peugeot Talbot Sport, el que finalmente decidiría enfocar la actividad deportiva en el 205 T16.

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