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Talbot Sunbeam Lotus by Tolman, el renacer de uno de los grandes iconos de los rallyes ochenteros

Amor a primera vista. Suele ser habitual que cuando te reencuentras con un amigo o con una persona a la que amaste en ti se despierten una serie de sentimiento irrefrenables. Un cosquilleo en el estómago al recordar las experiencias vividas, los buenos y los malos momentos, todo ese bagaje emocional que se (alma)cena en una persona. El concepto restomod a final de cuentas juega con estas sensaciones tan propias del ser humano, trayéndonos a nuestra memoria esos coches que fueron especiales para nosotros y mejorando su confort, seguridad y fabricación, aprovechando la evolución de la industria.

Es inevitable que en este punto nos acordemos de los New Stratos de M.A.T, el Volvo P1800 de Cyan Racing, el Porsche 914 de Fifteen Eleven Design o el fallido resurgir del Porsche 911 SC RS con el proyecto encabezado por Singer y el cual ya ha sido retirado de su web tras lo que al parecer ha sido un tirón de orejas de los de Stuttgart. Todos estos trabajos han intentado evocarnos de alguna forma el carácter de los originales. Sin embargo, pocos pueden compararse con el Talbot Sunbeam Lotus que ha desarrollado la gente de Tolman Engineering como una edición exclusiva del icónico compacto de tracción trasera que enamoró a inicios de la década de los ochenta.

Galería de imágenes – Talbot Sunbeam Lotus by Tolman:

La intención ha sido la de mantener la receta lo más cercana a la original (incluidas las llantas de 15 pulgadas que también empleaban los Ford Escort o los Vauxhall Chevette) en lugar de optar por refinar su imagen y adaptarla más al Siglo XXI. Esto hace que sin duda sea aún más especial, ya que el Sunbeam de Tolman muestra una imagen propia del clásico e incluso se han encargado de montar el motor de cuatro cilindros atmosférico de 2.2 litros y 16 válvulas que había desarrollado Lotus. ¿Cómo lo han conseguido? Los británicos han simplemente contactado con Phil Davison, el que fuera encargado de poner a punto los motores de competición de la marca y le encargaron que construyera uno nuevo para esta unidad cero.

En total son más de 260 CV de potencia y en torno a 310 Nm de par en el eje trasero, lo que anuncia precisamente que estamos de nuevo frente a uno de esos traseras de zaga insinuante a cada golpe de gas. Sí hay cambios importantes en la estructura del propio vehículo, adaptándole incluso una jaula de seguridad homologada por la FIA, la llegada de nuevos amortiguadores Nitron, una nueva tapa de metacrilato que protege a los tanques de aceites y el depósito de combustible, o los paneles de fibra de carbono de las puertas.

Pero será el encargado de ponerse al volante el que más diferencias pueda encontrar en él, ya que además del pedalier originario de la competición, concretamente de la categoría GT3, Tolman también ha dispuesto un moderno cuadro de mandos de competición, los baquets, un nuevo volante con levas y diversas funciones y finalmente una palanca secuencial que gestiona la nueva caja de cambios de seis velocidades. Obviamente esto ‘actualiza’ la experiencia de conducción, ya que hace todos los movimientos mucho más precisos y menos numerosos, pudiendo concentrarte en la trazada y en apurar cada frenada, sin baile de pies, sin punta tacón y sin necesidad de despegar las manos del volante. Movimientos ágiles, reactivos, propios de un coche de menos de una tonelada. Diversión, nostalgia.

El precio evidentemente no es nada barato, ya que se apunta a que al igual que otros restomod que puede encargarse a Tolman será de al menos 95.000 euros, nada comparable con las cifras que se suelen manejar en otros proyectos, pero significativamente más caro a los 40.000-50.000 euros por los que se puede encontrar algunas réplicas y restauraciones hoy en día del Talbot Sunbeam de finales de los setenta y principios de los ochenta.

¿Por qué el Talbot Sunbeam es un ícono de los rallyes?

A veces es muy complicado de saber la razón por la que cierto modelo puede llegar a convertirse en un automóvil muy especial para una generación, pero lo cierto es que el Sunbeam se lo ganó a pulso a pesar su paso fugaz. Su gestación se produjo a mitad de la década de los setenta, cuando la división europea de Chrysler solicitó una subvención al Gobierno Británico para construir un nuevo modelo y así evitar el cierre de la factoría que la compañía tenía en Linwood, Escocía.

Con estos antecedentes, obviamente se dio paso a un proyecto low-cost de poco desarrollo y costes de fabricación barato que aseguraran la supervivencia de la fábrica. Conocido como Project R424, el Sunbeam nació sobre la base del Avenger, con carrocería tres puertas y tracción trasera, características que lo diferenciaban significativamente del Talbot Horizon, el cual era delantera y lucía una configuración cinco puertas. Se sacó adelante en apenas año y medio, pero esto no impidió que Chrysler Europe cambiara de manos y pasase a integrar el Grupo Peugeot desde 1979, adoptando el nombre de Talbot para sus modelos.

Debido al habitual cariño por la competición del fabricante francés en aquella época, parecía destinado a competir en rallyes bajo la normativa Grupo 2 existente con el Talbot Sunbeam de motor Lotus y 250 CV de potencia. Previamente, fue el propio director de Chrysler Motorsport, Des O’Dell el que puso dinero de su bolsillo para comprar el primer propulsor e iniciar el proyecto después de que desde la dirección no vieran viable el mismo por el alto coste que suponía. Des, que había trabajado en Aston Martin, tiró de contactos y adquirió una mecánica 911 a los que fueran sus compañeros en el fabricante de Gaydon y que posteriormente ficharían por Lotus. Una vez construido el Chrysler Sunbeam en secreto, se lo presentó a las altas esferas que quedaron asombrados por las prestaciones del pequeño modelo.

Tras la marcha de Tony Pond, Guy Fréquelin (copilotado por Jean Todt) y Henri Toivonen fueron capaces desde el primer momento de plantar mucha batalla a los Ford Escort, Opel Ascona 400 o FIAT 131 Abarth, llegando incluso a vencer el finlandés en el RAC Rally de 1980, con la pareja francesa en tercer lugar. Toivonen se convertía en el piloto más joven en ganar un rally del WRC, récord que solo conseguiría batir casi tres décadas más tarde, Jari-Matti Latvala. Prácticamente de la nada había llegado un vehículo que plantaba cara al orden establecido.

Fue en 1981 el gran asalto del Sunbeam a los títulos mundiales, con Toivonen y Fréquelin logrando grandes resultados desde el inicio de la temporada. La regularidad, los podios y alguna victoria como la de Argentina lograda por el galo los elevaron hasta poder luchar por el campeonato de constructores que conseguirían después de que Stig Blomqvist subiera al tercer peldaño en el Rally británico y superasen a Datsun en la puntuación final. Guy y Todt no podrían alzarse con el título de pilotos y copilotos, después de sufrir un accidente que dejaba en bandeja el campeonato a Ari Vatanen. En 1982 el equipo Talbot se retira del Mundial de Rallyes, Linwood echa el cierre y Peugeot, se centra en su esfuerzo oficial de convertirse en campeones con el 205 T16 tras desechar el Peugeot 305 V6.

El año pasado nadie quiso saber, hablar o pilotar para Chrysler. Ahora el Mundo y su esposa están golpeando la puerta, llamando al teléfono, escribiendo… Todos quieren conducir un Sunbeam, y nuestro trabajo, después de haber demostrado que podemos producir un coche de fábrica ganador absoluto para Tony Pond, es ver que todos obtengan uno. ¡Literalmente quiero proporcionar un rayo de sol para todos los programas deportivos! – Director de Chrysler Motorsport, Des O’Dell

No me gustaría terminar sin agradecer la disposición del equipo Tolman y de su General Manager, Nick Boaz, permitiéndonos usar las imágenes del vehículo tomadas por Gary Parravani y haciéndonos llegar la información del proyecto.

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