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Así fue el reencuentro 38 años después de Walter Röhrl con el Audi Quattro S1 E2 en Monte-Carlo

Además de un reconocido piloto de rallyes, Walter Röhrl también es un amante de las mascotas e incluso se le ha fotografiado en más de una ocasión con su gato Maxl y, además, uno de los dvd’s en su honor precisamente con ese nombre en alemán, haciendo referencia a los amigos felinos del gigante teutón: ‘Röhrls Katze’. ¿De dónde viene realmente la historia? Pues curiosamente viene de una experiencia personal, ya que una gata llamada Lisa se mudó a casa de Walter y de su esposa Monika, y el cariño que destilaban por ella, hasta el punto de cambiar por completo el ritmo de vida de la pareja con el objetivo de no dejarla sola en el hogar mucho tiempo.

Esto no ha sido impedimento nunca para que Röhrl siga disfrutando de su gran pasión: conducir. No sólo se le ha visto probando los últimos Porsche, sino que siempre que tiene la oportunidad también se ha dado el gustazo de ponerse a los mandos de vehículos de competición. Nada mal para alguien que empezó como simple chofer del obispo de Ratisbona. Son numerosas las ocasiones en que hemos visto a Walter enfundarse el casco y el mono y salir a disfrutar, sin embargo, lo vivido hace unas semanas en Monte-Carlo fue incluso más especial.

Desde Audi Tradition decidieron dejarle a Röhrl una de las pocas unidades originales del Audi Quattro S1 E2 que se mantienen en perfecto estado de conservación/restauración. 38 años después el piloto germano regresaba a las carreteras de Monte-Carlo, de nuevo al volante de aquella potente bestia de 1986 y desde luego no estaba dispuesto a dejar pasar la oportunidad de exprimir la potencia del bloque de cinco cilindros sin importar las condiciones meteorológicas ni siquiera que no estaban en una competición de velocidad.

Se trataba del AvD-Histo-Monte 2024, el cual se disputó en febrero, empleando buena parte de los archiconocidos tramos del Rallye de Monte-Carlo. Allí Röhrl disfrutó de este reencuentro con la que fue su antigua máquina, reconociendo que había sentido un importante sentimiento familiar desde que entró en el coche: “Ni siquiera tuve que pensar en dónde estaban los interruptores, lo cual es una sensación extraña después de tantos años. Entras e inmediatamente lo sabes todo otra vez.»

Las puertas no sellan a la perfección, el cielo encapotado lo cual hace que incluso parezca de noche bien pasadas las ocho de la mañana y un parabrisas que se empaña por el contraste térmico…. Sin embargo, ahí está Röhrl, exprimiendo el caballaje del Audi Quattro S1 E2, concretamente la de la unidad ‘de emergencia’ que tenía el equipo oficial para la temporada 1986, botando a cada bache, superando las balsas de agua en lo que parecía una lancha motora en el mar. Su pilotaje siendo hipnótico a los 77 años de edad, así como la pasión de sus incondicionales aficionados que no dudaron en volar hasta la zona para recibirle en medio del temporal con el mítico ‘Servus Walter’.

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