Si los coches, como máquinas que son, fallan, nosotros, como seres humanos, fallamos todavía más…y en ocasiones no nos queda más remedio que ayudarnos de la química para mejorar nuestro estado. Desgraciadamente, algunos medicamentos no son compatibles con la conducción, y asegurarse de ello es más importante de lo que parece. Afortunadamente, este símbolo nos lo deja muy claro de un vistazo.
Todos los medicamentos que se venden en España están sujetos a una evaluación por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, aunque es responsabilidad de cada uno el analizar e informarse de los efectos secundarios que puede acarrear ingerir un medicamento si tenemos la intención de conducir o manejar maquinaria pesada.
El símbolo que ves en este artículo es una alerta clara y estandarizada de que el medicamento en cuestión puede producir efectos secundarios, por lo que no es aconsejable su uso. Este símbolo ya es obligatorio en nuestro país desde 2011, calculándose que, en el conjunto de la Unión Europea, el 10% de los conductores circulan bajo la influencia de medicamentos.
Un símbolo que alerta de múltiples efectos adversos
Conducir bajo los efectos de un medicamento que interfiere en la conducción puede ser, incluso, más grave que hacerlo bajo los efectos del alcohol, aunque principalmente su efecto se divide en dos subgrupos: los que provocan un efecto adverso en la capacidad de conducir y los que su efecto terapéutico está contraindicado para la conducción.
Los medicamentos que más afectan en la conducción son, por norma general, los antihistamínicos y los relajantes musculares, así como aquellos que actúan sobre sistema nervioso central. Entre los efectos más destacados que producen aquellos medicamentos que cuentan con esta alerta en su paquete, se pueden encontrar:
· Somnolencia
· Alteración de los reflejos y de la percepción de la realidad
· Estados de confusión
· Hiperactividad
