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2040 podría ser demasiado tarde para acabar con los coches de combustión interna

Hay quien piensa que, a menudo, la razón en un debate está en algún punto intermedio entre dos posturas diametralmente opuestas. En los últimos días se está hablando, largo y tendido, acerca del fin de los coches de combustión interna, que el Gobierno habría planteado bajo la prohibición de la venta de los diésel y gasolina en 2040, y su circulación en 2050. Y durante estas semanas hemos intentado transmitiros en qué consiste ese plan, la postura de la industria y lo que dice la Unión Europea, y sus estados miembros, al respecto. Hoy os contaremos por qué 2040 podría ser demasiado tarde para acabar con los coches de combustión interna, con el diésel y la gasolina. E insistimos en que esto no ha de ser un ejercicio de equidistancias, sino un buen punto de partida para entender qué está sucediendo, y la postura de cada una de las partes implicadas. Y, como ya habrás podido imaginar, los argumentos que hoy planteamos son los esgrimidos por las asociaciones ecologistas.

En 2050 no debería haber ningún coche con motor de combustión interna en circulación

Transport & Environment (T&E) es una asociación que plantea promover un transporte sostenible y políticas que persigan ese objetivo, centrando su trabajo en la Unión Europea, pero también desde un enfoque global. En este caso, T&E ha aprovechado la controversia generada en España para analizar la validez de las medidas planteadas, de cesar las ventas de coches de combustión interna en 2040 y su circulación en 2050, de cara a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones marcados en los acuerdos de París y refrendados por la Unión Europea.

Recordemos que se acordaba reducir las emisiones de gases de efecto invernadero – como el CO2 – en al menos un 80% en 2050, con respecto a las cifras de 1990. Que esta reducción de emisiones afecta a todos los sectores, incluidos el energético, la industria y, por supuesto, el transporte. Y que el compromiso de muchos de los miembros de la Unión es incluso mayor, planteando que esa reducción llegue hasta el 95%. Este último escenario nos lleva, necesariamente, a que las emisiones generadas por el transporte en carretera sean prácticamente nulas, es decir, que el parque automovilístico al completo se componga de coches eléctricos, ya sea de baterías, o de pila de combustible.

Para cumplir con los objetivos propuestos por la Unión Europea y los acuerdos de las cumbres de París, en 2050 no debería estar en circulación ningún coche de combustión interna, y el último debería haberse vendido antes incluso de 2035

El complejo proceso de descarbonización de la industria del automóvil

Las conclusiones a las que ha llegado Transport & Environment son tan interesante como preocupantes.

La primera insiste en que, para que todos los coches sean eléctricos en 2050, las ventas de coches con motor de combustión interna deberían cesar mucho antes de 2040. Incluso cesando las ventas en 2035, sería complicado garantizar que en 2050 todo el parque automovilístico de la Unión Europea se componga de coches eléctricos. El último coche de combustión interna en la Unión Europea debería venderse antes de 2035. O eso, o habría que revisar la postura que tuvo la Unión Europea, y que se acordó en las cumbres de París.

Para conseguirlo, no solo hará falta que la industria invierta mucho en los próximos años para prepararse para el fin de los motores de combustión interna, sino también muchos incentivos, y mucha inversión pública, para facilitar a los clientes, a los conductores, esa transición. Y añade algo que resulta aún más preocupante, que también serán necesarias medidas muy drásticas, como revisar la fiscalidad para hacer que conducir un coche no eléctrico sea cada vez más difícil, prácticamente inviable, e incluso sería necesario asumir una gran reducción en el parque automovilístico, promocionando los coches compartidos.

Las barreras tecnológicas que encuentran industrias, por otro lado necesarias, como la aviación, o el transporte marítimo, harán que la reducción de emisiones del transporte sea responsabilidad casi exclusiva de la automoción

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El automóvil tendrá que asumir la descarbonización del transporte

Os recomendamos la lectura del estudio presentado por Transport & Environment. Una de las claves de su análisis pasa por reconocer algo muy importante, que la industria del automóvil tendrá que asumir el grueso de los esfuerzos del proceso de «descarbonización». Según datos de 2016, los automóviles serían responsables de un 43,9% de las emisiones derivadas del transporte en la Unión Europea. Los transportes terrestres, principalmente por carretera, incluyendo camiones, motocicletas, y vehículos comerciales ligeros, supondrían alrededor de tres cuartas partes de las emisiones del transporte. La navegación supondría un 13,7% y la aviación un 13,42%, pero los transportes por aire, y por mar, necesitarían grandes hitos tecnológicos que aún no se han alcanzado, y que en la industria del automóvil sí se están logrando.

Las posiciones sobre la prohibición a los coches de combustión interna

* El Gobierno español: prohibir la venta en 2040, y la circulación en 2050
* La Unión Europea y sus miembros plantean planes aún más ambiciosos, pero de momento no hay leyes que lo reflejen, e incluso en países muy avanzados en la transición hacia el coche eléctrico, como Noruega, solo hay palabras, y acuerdos puntuales, pero en ningún caso una ley como la que plantearía España
* La industria del automóvil ve inviables los objetivos propuestos por el Gobierno español
* Asociaciones como Transport & Environment consideran que los objetivos propuestos por el Gobierno español no son suficientes para cumplir con los acuerdos a los que se ha llegado en la Unión Europea y en las cumbres de París

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