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Prototipo clásico: Bugatti EB118 (1998) y su 18 cilindros en W

Exploramos los ancestros del Bugatti Veyron 16.4, los parientes más cercanos que aún como prototipos iban definiendo la línea definitiva que hasta la fecha ha seguido la nueva y renacida, cual ave fénix, hacedora de sueños de Moslheim. Ya habíamos explorado los orígenes del resurgimiento en los 90 de Bugatti de la mano de Romano Artioli, un idilio que apenas duró unos años, lo suficiente para dejar en su legado el Bugatti EB110 y algún ejercicio de diseño tan evocador como el Bugatti ID90.

Adquiridos los derechos de Bugatti Automobiles por parte de Volkswagen AG nos plantamos en 1998. En el estudio de ItalDesign llega un encargo muy especial, un sedán deportivo que rememorará el espíritu más clásico de Bugatti y reinterpretará al Type 50 de 1931. El resultado lo tienen ante vuestros ojos, el Bugatti EB118 iría perfilando algunos de los detalles que aún hoy conserva el Veyron y que más tarde radicalizaría Harmutt Warkuss. No sólo eso, aquel prototipo también se anticiparía al famoso sedán de altos vuelos de Bugatti que aún hoy día siguen esperando muchos clientes fieles al lujo más inaccesible y exclusivo de todos.

Lo más sorprendente del Bugatti EB118 era un motor de 18 cilindros, dispuestos de seis en seis en tres filas. Este super-sedán alcanzaba los 320 km/h de velocidad punta.

La nueva Bugatti sorprendía a propios y extraños, ya no sólo con un diseño que firmó el propio Giorgetto Giugiaro, sino también por lo innovador de un motor en W de 18 cilindros con una disposición de tres filas de seis cilindros y cuatro válvulas por cilindro. En total desplazaba 6.250 cm3 y, aún lejos de las cifras que se manejan actualmente, desarrollaba 555 CV de potencia a 4.800 rpm y un par máximo de 650 Nm a 4.000 rpm. El gigantesco capó se diseñó de tal forma para acoger la mecánica y una efectiva transmisión a las cuatro ruedas.

Lo dicho. Aún muy lejos de los registros actuales de Bugatti, pero este prototipo EB118 ya se las prometía felices como un super-sedán alcanzando los 320 km/h de velocidad punta con sus más de 5 metros de longitud.

El EB118 sembraría una semilla que más tarde se diversificaría con un nuevo prototipo del que ya os hablaremos en otro momento, el EB218. El fin de la historia ya lo conocen, el Bugatti Veyron 16.4 tras la desconfianza inicial se ganaría el respeto de la crítica, pero sobretodo el reconocimiento objetivo de ser el vehículo de serie más rápido sobre la faz de la Tierra.

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