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Este mini "Land Rover" no se rompe porque es japonés, trae 4x4, gasta 4,7L y cuesta menos que un Dacia Sandero

Una compañía japonesa decidió que era buena idea coger un 4×4 de menos de 4m, con motor turbo y hacerle un kit de carrocería que le diese la imagen de un Land Rover. Es curioso y digno de ver en las fotos de la galería pero, ¿por qué no tener un coche así en España? Uno que es más barato que un Dacia Sandero, consume menos de 5l a los 100km y tiene un interior muy bien optimizado a pesar de ser igual de grande que un llavero.

DAMD Taft Little D, un kei car 4×4 con aspiraciones inglesas

El coche para el que la empresa DAMD crea este kit de carrocería es el Daihatsu Taft, uno de esos coches pequeñitos que se venden solo en Japón. La versión más cara con tracción a las 4 ruedas cuesta 1.886.500 yenes con impuestos incluidos, que son unos 11.300€ al cambio.

Toda la conversión a Little D (estilo Range Rover / Defender), suponen 4.000€ más incluyendo todo, hasta el interior (aunque sin pintar). Todo esto mola mucho y puedes verlo en detalles, comparado con el coche original en las fotos de la galería. PERO (atención a las mayúsculas): ¿Sería tan descabellado que esta filosofía de vehículo pequeño, versátil, barato, fiable y de bajo consumo lo pudiéramos tener también en nuestras carreteras?

Por unos 16.000€ puedes tener el coche base y el kit DAMD que lo «convierte en Land Rover», aunque para ello tendrías que vivir en Japón

Daihatsu Taft, características técnicas de un 4×4 pequeño, barato y que gasta poco

Para lograr dar respuesta a esa pregunta lanzada al aire en el anterior apartado, es necesario que sepamos algo más de las especificaciones de este cochecito. Tenemos un chasis monocasco que mide 3.395mm de largo, 1.475mm da ancho y 1.630mm de alto. Como puedes ver, es una cajita de zapatos que lleva iluminación LED y tiene una altura libre al suelo de 190mm.

El kit DAMD no incrementa esa altura, pero apuesto a que hay más de uno que le habrá incorporado un kit de altura, sin contar con los milímetros o extra que pueden dar las ruedas de tacos. Dentro está bien equipado, con pantalla, techo solar, asientos que se hacen cama y un maletero de 250 litros de capacidad, que debe incrementarse hasta unos 700 litros con las plazas traseras abatidas.

Con todo, el Taft 4×4 pesa solo 890kg, que son movidos por un enorme bloque de 3 cilindros y 660cc gasolina con turbo, que genera unos gloriosos 64cv a 6.400rpm y 100Nm a 3.600rpm. Nótese la ironía con lo de «enorme», pero no está nada mal teniendo en cuenta que es un kei car y que, por legislación, es la potencia máxima que pueden tener.

Tiene un motor de 3 cilindros turbo que desarrolla 64cv y 100Nm, quedando acoplado a un cambio automático CVT que funciona con un sistema AWD para mover los 890kg del conjunto

¿Por qué no es tan descabellado?

No es lo más potente que hayas visto, pero sí un aparato bien ejecutado, que es altamente funcional y fiable con su mecánica Daihatsu. Tiene 4×4 y una altura al suelo que encaja genial con los 2.460mm de distancia entre ejes.

Todo es pequeño y eso significa menos materiales y más economía. Tiene pantalla y tecnología de apoyo a la conducción, pero incluso así, logra eficiencia en los costes de fabricación en otros componentes que no son tan importantes para lograr un precio que democratiza el tener un coche nuevo.

Aquí tenemos microcar como los Ligier, que se pueden coger sin carnet y usan motores diésel o eléctricos, pero no pueden pasar de 45km/h, ni viajar más de dos personas. No hablemos del equipaje. Todo eso con precios de partida desde 14.990€. No me malinterpretes, no quiero demonizar esos cochecitos, solo digo que si una cosa existe, la otra también podría y, encima, abarcando un mercado más amplio. La eterna pregunta es: ¿Se dispararían injustificadamente los precios si los traemos aquí?

Ver cómo se hacen las cosas en otros mercados puede servir de ejemplo, la cosa está en si, al tratar de imitarlos, se dispararían los precios en el nuestro

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¡Muy bueno!

Martín Jemes

Amante del mundo del motor y cinéfilo, nada le gusta más que contar una gran historia. Seguir leyendo...