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La DGT comienza a enviar etiquetas negras a los coches más contaminantes, que deberán ser achatarrados en dos años

El Gobierno va un paso más allá en su estrategia de reducir las emisiones contaminantes del envejecido parque móvil español. Ante las inminentes multas europeas por superar de forma reiterada los límites de emisiones de óxidos de nitrógeno en grandes ciudades como Madrid o Barcelona, la DGT ha decidido atajar el problema de raíz. A partir del 28 de diciembre de 2018 los coches diésel y gasolina más contaminantes recibirán una fulminante etiqueta negra, que obliga a su achatarramiento en dos años.

¿Recibiré una etiqueta negra? ¿Qué pasará con mi coche clásico?

La DGT ha comenzado hoy a enviar las primeras etiquetas negras a propietarios de vehículos contaminantes. Por el momento, estas etiquetas solo serán obligatorias en los coches que hayan suspendido su última prueba de gases en la ITV, y que por su fecha de matriculación, no han recibido ninguna de las etiquetas existentes (ECO, B, C o CERO). Desde la agencia estatal consideran que estos coches son bombas de relojería, propensos a incumplir de forma reiterada las normativas medioambientales.

Ante la efectividad de la medida, la DGT enviará etiquetas negras a todos los vehículos anteriores al año 1997 a partir del 28 de diciembre de 2019.

El verdadero giro argumental es que la DGT nos obligará a achatarrar estos vehículos en un plazo máximo de dos años. Nos guste o no, es una forma forzoso y coercitiva de obligar a una importante parte de la población a renovar su vehículo. La compra de un nuevo vehículo estará incentivada con 500 euros adicionales y un bonobus gratuito, válido por seis meses. Estas medidas han sido ya denunciadas por varias asociaciones de automovilistas.

Inocencio Fernández, propietario de un Fiat Stilo 1.9 JTD – cuya opacidad de gases ha sido de 5,4 sobre un máximo de 3,0 – afirma que «esta medida es draconiana, más propia de un gobierno totalitario». Todo vehículo portador de una etiqueta negra tiene prohibido el acceso al centro de Madrid o Barcelona, y como medida de apremio para su reemplazo, el importe anual de su viñeta – el Impuesto a los Vehículos de Tracción Mecánica – es multiplicado por dos hasta que sea obligatoriamente achatarrado.

Varias ciudades españolas han decidido triplicar la tarifa de sus servicios de estacionamiento regulado a sus coches «pata negra».

Esta repetina jugada de la DGT ha provocado que las ventas de líquidos de limpieza de inyectores y tratamiento pre-ITV hayan aumentado un 850% desde que la etiqueta negra fuera anunciada. En las puertas de entrada a las ITV se escuchan sin parar acelerones en vacío de motores diésel entrados en años, hecho denunciado por los inspectores de línea. Mientras tanto, se extiende la leyenda urbana de que un chorrito de Fairy en el depósito de combustible limpiará a conciencia el escape del vehículo.

Si nuestro coche está entrado en años, la única posibilidad de escapar a la etiqueta negra a partir del 28 de diciembre de 2019 – cuando todo coche anterior al año 1997 la recibirá – será matricularlo como vehículo histórico, con las restricciones de kilometraje anual que ello comporta.

Feliz Día de los Santos Inocentes.

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