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Europa prohibirá a toda costa diésel, gasolina, e híbridos, te digan lo que te digan estos días

Surtidor de gasolina con bandera europea al fondo, marcando un regreso a la gasolina en Europa.
Surtidor de gasolina con bandera europea al fondo, marcando un regreso a la gasolina en Europa.

¿Qué demonios está sucediendo en Europa estos días? La noticia se confirmaba estos días desde Bruselas, la Unión Europea daba marcha atrás – porque así ha sido – en su plan de prohibir la combustión interna, lo que incluye gasolina, diésel y todo tipo de híbridos, en coches nuevos más allá de 2035. En un movimiento que no acaba por completo – porque así es – con la combustión interna y es que una reducción del 90% del CO2 para 2035 aún permitiría un último hálito para la combustión interna y definitivamente algo más que el 100% previsto anteriormente.

Europa prohibirá a toda costa diésel, gasolina e híbridos

La sensación general ha cambiado por completo. Cuando todos habíamos asumido que el diésel, la gasolina, y los híbridos, tenían fecha de caducidad, y sus ventas serían prohibidas en un plazo que puede parecer lejano, pero estaría a la vuelta de la esquina, nos encontramos con un mensaje que está calando en la sociedad.

  • Prácticamente una certificación de que el coche eléctrico ha fracasado: definitivamente ni su penetración en el mercado, ni su desarrollo industrial en Europa, ha avanzado como se esperaba
  • Un paso atrás en los planes establecidos que demuestra que la Unión Europea ha fracasado:
  • El de una intolerable inseguridad jurídica: la Unión Europea cambiando las reglas del juego, moviendo la portería, en mitad del partido
  • Y efectivamente que nada va a cambiar, que seguiremos comprando coches que necesitarán todo tipo de combustibles para funcionar, como hasta ahora, Pero, ¿es eso realmente lo que va a suceder?

No todo vale, no todo está definido

Hablaba anteriormente de la intolerable inseguridad jurídica, muy probablemente forzada por la definición inicial de unos objetivos y una normativa tan drástica, que se había propuesto acabar con todo coche que no fuera eléctrico en un plazo inferior a tres lustros, transformar por completo una industria a golpe de normativa. Industria que se puso las pilas, y nunca mejor dicho, para dedicar una ingente inversión a alcanzar un objetivo que ha demostrado que la realidad es mucho más tozuda, y que ni la reducción del 100% del CO2 propuesta entonces, ni la del 90% que se ha propuesto ahora, están a nuestro alcance si no se consideran todos los factores, internos y externos, que confluyen en una industria crítica en Europa y sostenida por cadenas logísticas complejas.

No todo está definido. Y la Comisión Europea, de momento, ha dejado abiertas muchas puertas, pero también mostrado su intención de que ese 10% que sí podrá contaminar esta industria más allá de 2035, es decir, ese 10% de emisiones de CO2 que aún emitirán los coches nuevos comercializados para entonces, tendrá que compensarse de alguna forma. Se compensará, por ejemplo, mediante el empleo de metales producidos en Europa y con una huella de carbono baja, o empleando combustibles sostenibles y neutrales.

Y eso solo puede significar que ese 10% de emisiones, que ese resquicio para la combustión interna, tendrá un coste. Un coste previsiblemente elevado. Un coste para los fabricantes que aún sigan comercializando coches con motores de combustión interna y, por ende, para sus clientes que los adquieran.

Una industria del automóvil irreconocible

Como decíamos, la sensación general que se está afianzando estos días es que la industria del automóvil que nos encontraremos en un plazo de diez años no será muy diferente de la actual. Sí, habrá muchos más eléctricos, pero podremos seguir escogiendo si queremos que nuestro próximo coche sea eléctrico o híbrido enchufable, o por contra seguir empleando principalmente combustibles, ya sea en diésel, gasolina, o híbridos, para movernos. Y eso choca por completo con la realidad de los números.

Una reducción del 90% en las emisiones – con respecto a los niveles del año 2021 en el que se estableció el listón para esta consideración – significaría que cada venta de gasolina, diésel, o híbrido, requeriría una cantidad enorme de ventas de eléctricos para compensarse.

Hace tan solo unos días os proporcionaba un dato que evidentemente ahora mismo no tiene ningún sentido, pero a la vez resulta sumamente ilustrativo:

  • El Dacia Sandero es el coche más vendido en Europa (más de 200.000 coches entre enero y octubre). Vamos a considerar que todo Dacia Sandero que se venda lo hace con su motor de menores emisiones (107 g/km) y no el de mayores emisiones (145 g/km), cuya diferencia es enorme
  • El eléctrico más vendido por el Grupo Renault, en el que se incluye a Dacia, es el Renault 5. Se han vendido 3,5 coches Dacia Sandero por cada Renault 5
  • En un panorama de reducción de emisiones del 90%, como el que se ha dibujado para 2035, para compensar las emisiones del Dacia Sandero nos encontraríamos con que Renault, aún bajo estos cálculos muy conservadores, debería vender 11 eléctricos como el Renault 5. Lo que con las cifras actuales del Dacia Sandero eso supondría haber vendido muchos más de 2 millones de coches eléctricos, únicamente para compensar las emisiones del Sandero

Comprar un coche que no sea eléctrico no será posible, ni tendrá sentido

Definitivamente lo que uno encontrará cuando acuda a un concesionario en 2035 no tendrá nada que ver ni con lo que tenemos ahora, ni con la imagen que se está dibujando con el paso atrás que ha dado la Unión Europea en sus objetivos para 2035. Para cumplir con estos objetivos, un concesionario de 2035 estará lleno de coches eléctricos, de todos los tamaños, de todos los tipos, de todos los precios. No habrá coches de gasolina, ni tampoco diésel. Probablemente no habrá ningún tipo de coche que no disponga de baterías que puedan recargarse conectándose a un enchufe.

Ese pequeño resquicio que nos deja que la Unión Europea haya planteado una reducción del 90%, y no del 100%, como mucho abriría una puerta a que ese porcentaje de emisiones lo ocupen híbridos enchufables, y otro tipo de automóviles que aún no tiene mucha presencia en Europa, pero que podría tenerla en los próximos años, el de los eléctricos de autonomía extendida. Un tipo de vehículos que primero de todo son eléctricos, y esa será la energía que utilicen para impulsarse la mayor parte del tiempo y después, y solo después, podrían emplear un motor de combustión interna alimentado por gasolina, o mejor dicho por este nuevo tipo de combustibles sostenibles y neutrales, para recargar la batería y gozar de una autonomía mayor, por ejemplo para viajar.

Con el objetivo del 90% no habrá ningún incentivo, sino todo lo contrario, muchos costes, para que los fabricantes sigan fabricando y vendiendo – y no solo eso – y también desarrollando e invirtiendo en coches que no sean primero de todo eléctricos. Aún menos para nosotros, los conductores, para comprarlos.

Volkswagen Id. 2all Concept Car

La Unión Europea ha dejado de ser fiable

Y ahora volvamos otra vez a un tema crítico, el de la inseguridad jurídica. Desde el titular, hasta el contenido de este artículo, mi mensaje es que con un 100% de reducción o un 90% de reducción la realidad está en que Europa está prohibiendo – y a toda costa – el diésel, la gasolina y los híbridos. Insistimos en que tanto los objetivos marcados para 2035 hasta hace tan solo unos días, como los que se han presentado esta misma semana, su ponen la prohibición de la combustión interna, al menos tal y como la entendemos hasta ahora.

Volkswagen Id. Buzz

Ahora bien, ¿quién nos dice que la Unión Europea no vaya a recular, una vez más, para revisar de nuevo sus objetivos? ¿Quién puede confiar en que Europa mantendrá sus objetivos actuales a lo largo de los próximos años, sabiendo que ya ha alterado su hoja de ruta actual una vez? Una hoja de ruta que, no lo olvidemos, ha supuesto inversiones para los fabricantes en el orden de decenas de miles de millones de euros.

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David Villarreal

En 2007 comenzaba su andadura en los medios en internet y en el mundo del motor. Dos años después David se unía a uno de los proyectos incipientes de la prensa del motor, el de Diariomotor. Seguir leyendo...

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