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Roba un exclusivo Ferrari 288 GTO haciéndose pasar por un potencial comprador

Cuando compramos un coche de segunda mano, es prácticamente imprescindible hacer una prueba de conducción del coche. Da igual que el coche sea un Peugeot 206 de 800 euros o un Ferrari 288 GTO valorado en más de dos millones de euros. Aunque quizá en este último caso el vendedor debería tener ciertas precauciones. Un concesionario de coches clásicos en Düsseldorf (Alemania) ha sufrido hace apenas dos días el robo de uno de sus coches más preciados, un precioso Gran Turismo Omologato. El ladrón se hizo pasar por un posible comprador y «extendió» un poco más de la cuenta la prueba de conducción.

Según informa Associated Press, el potencial comprador – el ladrón – se hizo pasar por un adinerado cliente, interesado en comprar un exclusivo Ferrari 288 GTO del año 1985. El coche estaba en gestión de venta en un concesionario de coches clásicos y habría pertenecido en su día al piloto de Fórmula 1 Eddie Irvine. Como sabéis, los Ferrari 288 GTO nacieron con el propósito de homologar la participación de Ferrari en las competiciones reguladas por el Grupo B. Es un superdeportivo de motor central, equipado con un explosivo motor 2.9 V8 biturbo, capaz de desarrollar la friolera de 400 CV.

El Ferrari 288 GTO es uno de los grandes Ferrari de todos los tiempos. Sólo se fabricaron 272 unidades. Hoy en día cotizan en el entorno de los dos millones de euros.

Ferrari llegó tarde al Grupo B, pero no desperdició el desarrollo cuando fue cancelado en 1986 tras el fatal accidente de Toivonen. El 288 GTO evolucionaría en el mítico Ferrari F40, el último Ferrari desarrollado bajo los auspicios de Enzo Ferrari, posiblemente uno de los Ferrari analógicos más icónicos de la historia. Por tanto, entendemos que el ladrón quisiera tener en su garaje una joya como el 288 GTO. Al parecer, comenzó la prueba de conducción como pasajero, mientras el coche era conducido por un comercial. Ya en ruta, se intercambiaron las posiciones, y pasó a sentarse tras el volante.

Sin dar tiempo a que el comercial se sentara en el asiento del copiloto, aceleró a fondo y desapareció. Me puedo imaginar la cara del comercial en aquél momento. No se conocen muchos detalles, más allá de que el ladrón tenía un acento francés, y posiblemente una identidad falsa – dudo que dejen a alguien probar un coche tan valioso como un 288 GTO sin firmar unos cuantos papeles. ¿Cuál era la intención del ladrón? Puede que fuera un robo por encargo, o quizá quería vender el coche por piezas – algo que hubiera llamado mucho la atención tratándose de un coche de tirada tan escasa.

El coche pertenece a un millonario alemán, y estaba en gestión de venta en un concesionario de coches clásicos.

A la hora de escribir este artículo el coche ha sido recuperado, sin daños. El ladrón no ha podido ser aprehendido.

Fuente: Jalopnik

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