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Nunca pensaste que desearías tener un Hyundai Grandeur del año 1986

Los años setenta y ochenta fueron una época oscura para los fabricantes de coches coreanos. Hyundai y Kia eran vistos como marcas de tercera, y sus productos eran objeto de burla y desprecio. En cierto modo, algo parecido a la forma en que vemos a día de hoy a muchos fabricantes chinos. Sin embargo, décadas después, son capaces de producir coches no solo deseables, si no absolutamente rompedores, además de referencias de mercado. Entonces, ¿por qué demonios iba a interesarnos una berlina de la era más oscura de Hyundai?

En los años ochenta, el Hyundai Grandeur era el buque insignia de la marca coreana. En verdad, era un Mitsubishi Debonair fabricado en Corea, cuyos motores, plataforma y tecnologías eran también de origen japonés. El Grandeur reemplazaba al Ford Granada MkII, fabricado bajo licencia por Hyundai en Corea del Sur. El Debonair, y por extensión el Grandeur, era un coche de aspecto poco inspirado. Fue diseñado en Corea como parte del acuerdo de colaboración entre Mitsubishi y Hyundai, y se vendió localmente entre los años 1986 y 1992.

El Hyundai Grandeur se convirtió en el coche grande más vendido de Corea del Sur a finales de los ochenta.

Hyundai Grandeur Heritage Series 1

No era el coche más atractivo de la época, pero permitía a Hyundai competir con garantías contra Daewoo Motors, su principal competidor. De hecho, se convirtió en el coche grande más vendido del país, gracias al espaldarazo que le dio su estatus de «coche oficial» de los Juegos Olímpicos de Seúl en 1988. Años después de que el primer Hyundai Grandeur fuera olvidado, la marca ha querido convertirlo en un coche eléctrico atractivo y aspiracional. Para ello, han partido de la base de un Grandeur clásico y le han practicado un profundo y atractivo restomod.

Su aspecto cuadriculado y rectilíneo ha sido aderezado con unas ópticas que siguen el lenguaje de diseño Parametric Pixels, molduras ligeramente rediseñadas en su perfil lateral y una zaga con el mismo esquema óptico que el frontal. Las llantas tipo «tapa de alcantarilla» me parecen lo más bonito que he visto en mucho tiempo. El coche parece salido de Blade Runner, pero si por fuera te ha llamado la atención, el festival cyberpunk empieza cuando abrimos sus puertas. Su interior combina asientos de terciopelo rojo con pantallas táctiles y materiales de vanguardia.

Hyundai Grandeur Heritage Series 8

Un compartimento extraíble en la consola central esconde un bonito reloj de pulsera (también de estilo retrofuturista).

Es vintage y ultrafuturista al mismo tiempo. La instrumentación y sistema de infotainment han sido reemplazados por una pantalla panorámica, el volante es de nuevo cuño (incluso tiene su propio display multifunción), y madera de tonos oscuros recubre todo el salpicadero. Los controles de las puertas son metálicos, y en la consola central, una palanca de aspecto aeronáutico nos permite engranar las marchas. O mejor dicho, la única marcha, ya que este coche es 100% eléctrico. La marca, eso sí, no ha facilitado detalles al respecto.

Todo apunta a que podría usar uno de los motores del Hyundai Ioniq 5, con una batería de capacidad modesta. En cualquier caso, dudo siquiera que sea un prototipo funcional. El Hyundai Grandeur Heritage Series no se fabricará en serie. Quedará como un precioso experimento, un one-off que pretende echar la vista atrás para rendir homenaje a su pasado – algo de lo que las marcas coreanas solían renegar hasta ahora – e infundirlo de modernidad con el objetivo de hacer más atractiva su nueva gama de coches eléctricos, de apellido Ioniq.

Hyundai Grandeur Heritage Series 14

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