Tenemos que rendirnos ante la evidencia, y es que los sistemas de infoentretenimiento y las pantallas que los acompañan se han convertido en un argumento de mucho peso a la hora de comprar coche. Pero ello no quita para que esta tecnología tenga grandes carencias, motivo por el cual cada marca de coches intenta dar con la solución perfecta para acabar con la obsolescencia y al mismo tiempo reducir al máximo los costes. Y así, en mitad de una batalla encarnizada por encontrar la mejor respuesta, ha llegado Citroën con una solución salomónica que será muy criticada, pero que a la postre tiene todo el sentido del mundo.
Con el lanzamiento del nuevo Citroën C3, la firma francesa ha hecho todo un alarde de sencillez a la hora de plantear un vehículo eléctrico de nueva generación. El objetivo prioritario de esta nueva evolución del C3 ha sido poner en las calles un coche eléctrico capaz de costar 23.800 euros antes de ayudas en España, lo cual podemos decir que es una tarifa que rompe por completo la tendencia del mercado actual y que planta cara por fin al aluvión de coches chinos que estamos viendo llegar.
Esta reducción de costes en busca de ofrecer un eléctrico con la mejor relación calidad/precio, es posible gracias al uso de una plataforma sencilla, denominada como CMP Smart Car, que proviene de productos diseñados para mercados como India o América del Sur, pero que ha sido revisada para poder adaptarse a las exigencias y regulaciones europeas en materia de seguridad.
Sin embargo ello no ha impedido el que Citroën mantenga parte de la filosofía sobre la que fue planteada esta plataforma, que no es otra que reducir al máximo los elementos superfluos, consiguiendo así ajustar al máximo el precio de compra final. Y así es como llegamos a una de las decisiones más polémicas que hemos encontrado en este nuevo Citroën C3, que no es otra que la eliminación total del sistema multimedia central en los acabados más básicos. Esta interfaz, cada vez más importante en los coches, será reemplazada por un simple artilugio donde colocaremos nuestro smartphone.
Así es, en los Citroën C3 2024 más baratos el sistema multimedia será nuestro teléfono móvil, ni más ni menos, una solución por la que en su día ya apostó Dacia para la nueva generación del Sandero en pos de conseguir el mismo doble objetivo: reducir costes y eliminar la obsolescencia de los sistemas multimedia más básicos.
Esta idea que a priori muchos podrían tildar como «cutre», en realidad esconde una realidad en la que pocas veces reparamos, y es que no existe sistema de infoentretenimiento mejor el que puede ofrecer un teléfono móvil. El problema detrás de esta idea es que hasta la llegada de Apple CarPlay y Android Auto, la integración de los smartphones en los automóviles era lamentable, e incluso con este avance en conectividad ya disponible en infinidad de coches, la experiencia final sigue sin ser tan cómoda y práctica como la que regala el propio teléfono.
El C3 podrá tener pantalla pero ¿la prefieres a tu móvil?
No nos equivoquemos, en el nuevo C3 será posible contar con una pantalla de 10″ en los acabados más altos, gozando además de lo último en servicios y conectividad. Pero ello no quita para que nuestro teléfono siga siendo la mejor solución para contar con el software más actualizado posible, con el mejor rendimiento a nivel de interfaz y con la mayor variedad de aplicaciones a nivel de navegación, reproducción de medios, etc.
Quizá en la decisión salomónica de Citroën echemos en falta el punto intermedio en el que sí pensó Dacia, que no es otro que la posibilidad de instalar una pantalla cuyo único fin es replicar lo que sucede en nuestro teléfono móvil, nada más. De este modo, el fabricante sólo tiene que invertir dinero en hardware y en la integración de Apple CarPlay Android Auto, olvidándose por completo del desarrollo de aplicaciones y un sistema operativo que rara vez no han quedado obsoleto antes siquiera de salir de fábrica.
Citroën C3 y ë-C3 
