Tal vez no lo parezca a simple vista desde el punto de vista del producto o del respeto al origen de los coches que acaban llegando a nuestras calles, pero la entrada en juego de los fabricantes chinos en España está suponiendo todo un impulso para nuestro país. Esto, más allá de que está reindustrializando zonas que habían quedado completamente paralizadas, desde el punto de vista de las posibilidades en cuanto a producto, resulta sin duda apasionante (al menos así lo veo yo desde mi perspectiva periodística).
Lo afirmamos con dos casos muy concretos en mente: el de EBRO y el de Santana. Con la primera ya tomando ritmo de crucero en su actividad comercial, la segunda acaba de dar a conocer el que será el primer modelo de su nueva etapa: el Santana 400.
Se trata de un todoterreno de tipo pick-up basado, en realidad, en el Dongfeng Z9, que también sirve como punto de partida para el último 4×4 presentado por Nissan: la Frontier Pro. Este modelo, aunque dentro de nuestras fronteras no evoque recuerdos, no deja de ser, en esencia, una pick-up que se producía aquí, en España: la Nissan Navara, que en otros mercados se comercializaba precisamente bajo el nombre de Nissan Frontier.
Profundicemos un poco más en la idea que queremos plantear y sobre la que en los próximos días trataremos de extraer conclusiones hablando con los impulsores del proyecto en España. Si antaño la Nissan Frontier no era más que una Navara adaptada al mercado norteamericano, y ahora da comienzo una nueva versión con tecnología de origen chino, ¿no sería posible que Santana Motors, junto a Coronet y ZZ Nissan, acabara produciendo en Linares la Frontier Pro para el mercado europeo? En otras palabras, ¿podríamos estar ante una no tan descabellada vuelta de la Nissan Navara, ahora con motor híbrido enchufable?
Quien escribe estas líneas ha mantenido conversaciones con ingenieros de Nissan sobre esta posibilidad, ante lo cual han preferido no hacer declaraciones. A ojos de un servidor, eso solo puede indicar que algo se está moviendo tras el telón, porque si realmente no hubiera nada, lo normal sería negarlo o al menos admitir que no hay conocimiento alguno al respecto. No obstante, sí que nos han declarado que Nissan está trabajando definitivamente en la vuelta al segmento europeo del todoterreno, aunque no que esto tenga relación con la Santana 400, necesariamente.
Conviene recordar que semanas atrás, desde China, se difundió la noticia de que la Frontier Pro sería un producto de corte global, producido en China para ser exportado al resto del mundo. Sin embargo, el mercado europeo tiene particularidades propias, especialmente tras la imposición de aranceles específicos a los coches procedentes de fabricantes chinos. En ese contexto, fabricar aquí permitiría esquivar esos gravámenes de forma totalmente lícita.
Con todo lo anterior sobre la mesa, ¿soy el único al que le parece más que viable que Nissan vuelva a tener una Navara… y que además se produzca en España? Es curioso, además, que el principal impulso del proyecto de la nueva Santana haya sido Edu Blanco, CEO de la firma andaluza, quien ha estado tras la nueva EBRO y la puesta en marcha de su fábrica en la Zona Franca de Barcelona, exactamente el mismo sitio donde antaño se fabricaba la Nissan Navara. Una mera coincidencia que, tal vez, pueda tener un trasfondo histórico que destacar más adelante.
Sea como fuere, lo cierto es que hasta ahora sólo tenemos la certeza de que vamos a ver rodar por nuestras carreteras la Santana 400, que llega con dos versiones bien diferenciadas: una híbrida enchufable de 429 CV, con batería de 32 kWh y hasta 120 kilómetros de autonomía eléctrica, y otra diésel de 2,3 litros con 190 CV y 500 Nm de par motor, disponible con cambio manual o automático y tracción total con diferenciales bloqueables. Su producción está prevista para comenzar en 2026 en Linares, con el objetivo de superar las 3.000 matriculaciones anuales y abrir las puertas a una futura expansión por Europa y África.






