En el Olimpo de los coches japoneses hay nombres que no necesitan presentación. Y entre ellos está, cómo no, el Nissan Skyline o «Godzilla». El apodo tiene un origen curioso del que haremos una breve introducción, aunque ese no es el tema principal hoy. Nuestro protagonista es un Skyline GT-R NISMO 400R muy especial que ahora sale a la venta con pocos km y en un estado espectacular.
El apodo de Godzilla viene por el dominio absoluto del Skyline GT-R R32 en el Grupo A, un coche que aplastó a sus rivales con tal autoridad que obligó a modificar el reglamento para prohibir la tracción total y la turboalimentación en dicha categoría. En el Campeonato Japonés de Turismos (JTCC), el R32 ganó todas y cada una de las carreras que disputó: consiguió 29 victorias consecutivas y cuatro títulos de pilotos y constructores.
Nissan GT-R
Con el R33, Nissan quiso ir más allá. El objetivo pasó de conquistar circuitos nacionales a intentarlo en las 24 Horas de Le Mans. La aventura comenzó en 1995 y en su primer año quedó décimo en la general. El McLaren F1 GTR se hizo con la victoria. Un año después, la llegada del Porsche 911 GT1 relegó al Nissan GT-R LM hasta un discreto 15º puesto. Pero en Nissan no se conformaron con volver a casa de vacío.
Así que decidieron celebrar aquella incursión en las 24 Horas de Le Mans con algo especial. NISMO, la división deportiva de la marca, recibió carta blanca para crear un Skyline sin concesiones, tomando como base un GT-R privado del campeonato japonés de Gran Turismo (hoy Super GT). Así nació el NISMO 400R, el protagonista de estas líneas.
Pese al pacto no escrito de los fabricantes japoneses para no superar los 280 CV, NISMO se desmarcó con un coche que tenía 400 CV (de ahí su nombre). Aumentaron la cilindrada del motor RB26DETT hasta los 2.8 litros y lo renombraron como RB-X GT2. Seguía teniendo seis cilindros en línea, pero esta vez con dos turbos soplando a 1,1 bar para convertirlo en una auténtica bestia. La potencia se reparte entre las cuatro ruedas a través del sistema ATTESA y contaba también con el sistema de dirección a las cuatro ruedas Super-HICAS, convirtiéndolo en un arma de precisión milimétrica.
Levantar el capó y ver su motor es un deleite para la vista, pero no todo estaba en el motor. El alerón, el capó y árbol de transmisión del 400R están hechos de fibra de carbono. Lleva amortiguadores Bilstein, unas llantas LM GT1 de 18 pulgadas (heredadas directamente del coche de Le Mans) y la carrocería está rebajada 30 mm respecto a un R33 normal. Era muy parecido al coche de carreras, pero podía circular por la calle.
Estaba previsto fabricar 100 unidades, pero Japón vivía en plena «Década Perdida» (un período de estancamiento económico que abarcó aproximadamente desde 1991 hasta 2001) y el 400R costaba tres veces más que un GT-R estándar. No era el caldo de cultivo ideal para venderlo alegremente. Así que, al final, solamente fabricaron 44 unidades y a día de hoy sólo se tiene constancia de 40 de ellos.
Es un coche extremadamente raro y exclusivo y podría ser bastante desconocido si no fuese porque toda una generación (o dos) creció conduciéndolo en el Gran Turismo -me incluyo aquí-. Ahora alguien podrá conducir uno de verdad con este ejemplar que RM Sotheby’s sacará a subasta durante la Car Week de Monterey (California, Estados Unidos).
Este ejemplar fue matriculado por primera vez en Japón en septiembre de 1996, pasó por Hong Kong en 2012 y volvió a territorio nipón en 2021 antes de poner rumbo a Estados Unidos. Aunque ha pasado por varias manos, apenas marca 7.093 kilómetros en su odómetro, lo que lo convierte en una pieza de coleccionista prácticamente inmaculada. Según las estimaciones de RM Sotheby’s, se podría vender por alrededor de 1 millón de dólares (unos 854.230 euros al cambio actual).
Imágenes del Nissan Skyline GT-R Nismo 400R
