Durante el pasado mes de abril tuvimos la oportunidad de viajar con Porsche hasta Valencia, donde se iba a celebrar la primera cita española de lo que ahora es oficialmente el Mundial de Fórmula E. Iba a ser un fin de semana atípico debido a la experiencia de poder disfrutar de una competición in situ después de más de un año encallados en la pandemia, ajustándonos al exigente sistema de burbujas y test diseñado por la FIA y el propio campeonato de monoplazas eléctricos. Todo ello con la excusa de poder probar durante tres días el comportamiento del Porsche Taycan, la nueva joya del catálogo de de Porsche y simplemente la primera demostración por parte de la marca de cómo entienden ellos la deportividad eléctrica.
Quizás lo más desagradable fue la espera: el tiempo que debía pasar hasta que te entregaran el resultado negativo de los test PCR. Una vez superado el primero, la posibilidad de descubrir el confort que promete el primer eléctrico de Porsche en carretera. El tarado de suspensiones es lo suficientemente rígido y la dirección tan precisa que en ningún momento asimilas que estás conduciendo un vehículo de corte deportivo alimentado por baterías. Seguramente en el momento en el que más eres consciente es cuando pulsas el botón de encendido y con el movimiento de tu dedo no se acompaña una sinfonía de orquesta alemana con seis ‘cilindros de viento’ en la parte trasera.
Eficiencia más que demostrada en carretera:
Las sensaciones a la hora de pisar el acelerador son impactantes, especialmente en la capacidad que tiene de completar el 0 a 100 km/h incluso en el modelo de acceso y la sobrada facilidad con la que permite hacer el siguiente tramo hasta los 120-130 km/h. En cuanto a la autonomía, es precisamente a partir de los 150 km/h cuando se considera que el rango entre recargas se reduce a un mayor ritmo, sin embargo, en una conducción en autovía o autopista las cifras son adecuadas para afrontar viajes largos.
Para muestra un botón, ya que en el regreso desde el Circuito de Cheste hacia Madrid del domingo realizamos una pequeña prueba de consumo en la que nuestra unidad del Porsche Taycan consiguió completar el recorrido entre el Ricardo Tormo hasta Tarancón (algo más de 250 kilómetros) con un consumo de apenas 20,6 kW y una autonomía que nos permitía continuar otros 160 kilómetros extras sin necesidad de parar a recargar y realizando una conducción ajustándonos a los límites de velocidad que marcaba la vía. Si tenemos en cuenta que el consumo eléctrico combinado que anuncia el modelo es de entre 25,4 – 20,4 kWh/100 km, vemos que los números salen.
Hora de exprimir el Porsche Taycan en el circuito:
Ya en pista, el modo ‘Launch Control’, sumado a la tracción a las cuatro ruedas aporta esa patada inigualable. A pesar de que durante los años he podido sentarme en el baquet derecho de algún World Rally Car y de algún deportivo, tengo que reconocer que en ningún momento esperaba semejante patada inicial, por lo que irremediablemente el casco terminó golpeando contra el reposacabezas del asiento del copiloto y un servidor lucha para empujar con las piernas y recuperar en parte la compostura.
El Circuito Ricardo Tormo, seco en la jornada del sábado (antes de la lluvia que terminaría por desatar el caos en la primera carrera del ePrix de Valencia) y con algunas humedades ya en la mañana del domingo, no suponía prácticamente ningún problema para el Porsche Taycan, con el chasis del Taycan 4S asimilando a la perfección el maltrato al que le sometían Pau y Chezito Méndez, dos de los instructores de Porsche que se divirtieron de lo lindo en esos ‘entretiempos’ en los que los monoplazas de la Fórmula E no estaban compitiendo.
Incluso Bruno Correia, conductor oficial del Coche de Seguridad del Mundial de Fórmula E, se animó a dar algo de show con la versión de tracción trasera, demostrando la capacidad que tienen también estos vehículos eléctricos de aprovechar las inercias para insinuar la trasera. El propio Chezito nos daba unos pequeños consejos de cosas a tener en cuenta en la conducción de circuito de un vehículo alimentado por baterías, especialmente a la hora de enfrentarse a una frenada, donde deberemos tener en cuenta que si pisamos suavemente el pedal del freno, será el sistema de frenada regenerativa el que se encargue de reducir la velocidad, sin embargo, si lo haces con fuerza, se sumará también la mecánica (a través de los discos de freno), consiguiendo un poder de frenada mucho mayor.
No es un consejo baladí. Debemos tener en cuenta que las sensaciones al volante de un coche eléctrico de altas prestaciones como el Porsche Taycan son las de un vehículo ágil y ligero, en parte por la ayuda de ese torque instantáneo y su capacidad de aceleración, sin embargo, ese peso extra de las baterías debe ser tenido en cuenta a la hora de apurar las frenadas. La técnica empleada por parte de los instructores de Porsche aconsejaba precisamente eso, frenar fuerte al principio para adecuar la velocidad del coche a la de la entrada de curva y poco a poco ir levantando el pie del freno para que la frenada regenerativa se encargara suavemente de terminar de ayudarnos a redondear la curva sin afectar a la estabilidad.
Si la frenada es importante, igual o más también es cómo empleamos el pie derecho a la hora de gestionar el acelerador. Aunque el chasis del Taycan es muy deportivo y tiene una gran capacidad para trazar curvas de velocidad media como las del Circuito de Cheste sin subvirar, uno de los principales consejos es el de tener mucho tacto a la hora de acelerar, no hacerlo de forma súbita o repentina y optar más por un accionamiento progresivo. ¿Por qué? Con una entrega de torque prácticamente instantánea, el chasis, si aceleramos muy bruscamente se levanta de la parte delantera y baja en la trasera, haciéndonos que el eje delantero pierda capacidad de agarre y que por tanto tengamos más opciones de sufrir el temido subviraje, algo incluso más evidente cuando llevamos un vehículo de tracción total.
Galería de imágenes – Porsche Taycan en circuito:
Porsche Taycan 
