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Nos despedimos para siempre de Renault Sport a los mandos del Mégane RS Ultime (+vídeo)

Esta es la prueba que en verdad, no quería hacer. Este coche no solo marca el punto y final de Renault Sport, es el punto y final de los compactos deportivos de combustión interna en Renault y es el final del segmento para Francia, uno de los países con más tradición y pasión en lo que a deportivos de bolsillo se refiere. Es un día triste, pero en vez de hundirnos en la miseria y rasgarnos las vestiduras por el futuro que nos espera a los petrolhead… disfrutemos juntos del Renault Mégane RS Ultime. La fiesta está a punto de terminar, así que vamos a bailar la última.

El Renault Mégane RS Ultime marca el punto y final del Renault Mégane RS de cuarta generación, de cuyo nacimiento se cumplieron 20 años en este 2023. Es una edición especial de despedida limitada a 1976 unidades. ¿Y por qué 1976? No es una cifra aleatoria: 1976 fue el año en el que Renault Sport se fundó. Esta división de la marca francesa supuso una suerte de fusión entre las actividades de Alpine y Gordini, entonces encargadas del desarrollo de motores, chasis y coches de competición para Renault.

Hasta 1976, la actividad deportiva de Renault estaba separada entre Alpine y Gordini

Con sede en Dieppe, en Bretaña, la nueva Renault Sport se encargó no solo de fabricar coches de competición, si no también gestionar la participación de Renault en categorías como la Fórmula 1, turismos, resistencia o rallyes. Renault Sport también intervino de forma directa en la puesta a punto y desarrollo de los Renault más deportivos desde finales de los años setenta. En su haber hay vehículos tan míticos como los Renault 5 Turbo, los Renault Spider o los Renault Clio V6. Coches absolutamente icónicos, con un dinamismo fuera de toda cuestión.

La denominación RS, de Renault Sport, nació como apellido de los Mégane y Clio más potentes a mediados de la primera década del siglo, y se mantuvo hasta la propia disolución de Renault Sport en 2023. ¿Disolución? No exactamente: su actividad en competición y el desarrollo de coches deportivos ha pasado de nuevo a las manos de Alpine, con un futuro prometedor como marca y gran proyección de futuro. Desgraciadamente, el futuro de Alpine es 100% eléctrico: petrolheads, no volverá a haber un Renault deportivo a la vieja usanza.

Fotos del Renault Mégane RS Ultime

Renault Mégane RS Ultime, así se despide Renault de los compactos deportivos

El Ultime celebra los 47 años de historia de Renault Sport, ¿pero en qué se diferencia del resto de Mégane RS? En primer lugar, tenéis que saber que se basa en el Mégane RS Trophy. Y claro, esto suscita preguntas: ¿es realmente un coche tan diferente a un Trophy? Las diferencias son escasas a la hora de la verdad. En su carrocería tenemos una serie de vinilos exteriores decorativos con motivos romboidales, además de la palabra «Ultime» en una moldura del paragolpes delantero. Los logotipos, retrovisores, tiradores de puertas y antena son de color negro.

La producción de las 1.976 unidades ya ha finalizado. En la web de Renault España ya no hay referencias a este coche

En su interior, el número de la unidad en el salpicadero, en una placa firmada por el piloto responsable de la puesta a punto de los RS, Laurent Hurgon. De serie montan gomas Bridgestone Potenza S007, unos semi-slicks desarrollados en su momento para el Mégane Trophy-R. A mayores, Renault entrega el coche con una funda a medida, específica para el Ultime. Esas son todas las diferencias, ni mas, ni menos. A mayores, todos los Mégane RS Ultime tienen unas preciosas llantas forjadas en 19″, de aleación ultraligera – opcionales en los Trophy – y se pueden encargar en con su carrocería pintada en colores Negro Brillante, Blanco Nacarado, Amarillo Racing y Naranja Tonic.

¿Esperabas un coche más diferente? Nosotros también, pero lo cierto es que los elementos comunes que sí comparte con el RS Trophy ya lo convertían en uno de los compactos deportivos más emocionantes. En su motor no hay cambios: sigue siendo un 1.8 TCe de cuatro cilindros y 300 CV de potencia. Hace el 0 a 100 km/h en 5,7 segundos, puede alcanzar los 255 km/h, empuja con muchísima fuerza y tiene un comportamiento explosivo, que nos recuerda en parte a los motores turbo de la vieja escuela. Suena francamente bien, pese a tener parte de su sonido canalizado a través de los altavoces.

No es un motor especialmente eficiente, pero no es una tragadera: si circulamos tranquilamente, puede lograr medias de consumo en el entorno de los 8 l/100 km

Todos los Renault Mégane RS Ultime emplean una caja de cambios EDC de doble embrague y seis relaciones. No es tan moderna como la caja de siete relaciones de un Alpine A110 y es similar a la que usaba el último Renault Clio RS. El motivo es que esta caja sí soporta los 420 Nm de par motor del Mégane, mientras que la caja del Alpine A110 no soporta mas de 300 Nm. Este cambio no es tan preciso como un DSG y acusa el paso de los años, pero cumple sobradamente para una conducción deportiva, siempre que lo llevemos en control manual con levas.

Aun así, un detalle purista que nos ha gustado es que en modo Sport o Race no cambiará de marcha aunque lleguemos al corte. Hace tiempo que los Renault Mégane RS Trophy ya solo se pueden encargar con cambio automático, pero con todo, pienso que en una edición especial de despedida con detalles tan puristas… bien podría haber merecido que se hubieran rescatado los tres pedales que sí teníamos en un Mégane RS Trophy-R. Ahora bien, ¿qué me decís de estos espectaculares semi-baquets fabricados por Recaro?

Son opcionales en el Trophy – costaban más de 2.000 euros – y son de serie en el Ultime. Reducen en 20 mm la altura de la posición de conducción y sujetan el cuerpo a las mil maravillas. Creo que son un detalle imprescindible en cualquier compacto deportivo que se precie.

Los baquets del Ultime son cómodos en trayectos largos, pese a tener una gran sujeción

Fotos del Renault Mégane RS Ultime

Otro ingrediente clave de este compacto deportivo son los semi-slicks Bridgestone Potenza S007 de los que anteriormente os hablábamos. Son equipamiento de serie en el Mégane RS Ultime. Tienen 245 mm de sección, solo 35 de perfil y fueron desarrollados para el Mégane RS Trophy-R. Son ideales para un uso en circuito, pero en mi opinión, no son el neumático ideal si lo que buscas es polivalencia y disfrutar el coche las cuatro estaciones. Esto es especialmente importante si vas a circular habitualmente en zonas donde llueve o la temperatura es baja.

Eso sí, una vez están calientes, y con un firme seco, tienen un agarre prácticamente infinito. El sistema 4Control de cuatro ruedas directrices es equipamiento de serie en este coche, al igual que lo era en los RS Trophy. Lo mismo ocurre con el diferencial autoblocante Torsen en el eje delantero, del que carecíamos en las versiones de acceso del Mégane RS.

El tacto del coche puede resultar un poco extraño a causa de este sistema. Es como si llevásemos un coche mucho más corto que rota ligeramente en curva. No hace falta meter tanto volante, y esto nos provoca una cierta extrañeza, al menos hasta que nos acostumbramos. Cuando nos hemos hecho al sistema, debemos tener en cuenta el tacto algo brusco del diferencial autoblocante mecánico, con una clara intervención en la dirección al acelerar en curva. El coche nos obliga a ser muy precisos con nuestros inputs, pero nos recompensa con una efectividad impresionante.

El Mégane Trophy R, curiosamente, prescindía del sistema 4Control, en aras de la ligereza – y fue el que hizo el récord en Nürburgring. En todo caso, el Ultime tiene un comportamiento dinámico prácticamente idéntico al de un Renault Mégane RS Trophy. Y eso es una gran noticia, siempre que estemos acostumbrados a las reacciones vivas del coche, y entendamos que el sistema de cuatro ruedas directrices hace que el coche parezca más nervioso – énfasis en «parezca».

Al contrario que la mayor parte de compactos deportivos, no tiene suspensión adaptativa

Un detalle que separa al Mégane RS de otros compactos deportivos, hacia el lado del purismo, es que su suspensión no es adaptativa. Es pasiva pero tiene topes hidráulicos progresivos, y como todos los Trophy tienen chasis Cup, los muelles, amortiguadores y barras estabilizadoras son más rígidos, en busca de una mejor paso por curva. No te vamos a engañar: es un coche que va duro, y en el día a día, esto nos va a pasar factura en zonas bacheadas. El lado positivo es que el coche vira absolutamente plano en conducción deportiva y muy deportiva.

El equipo de frenado está a la altura de las circunstancias, con discos delanteros de 355 mm y pinzas de cuatro pistones. En una conducción deportiva en carretera he sido incapaz de llevarlos al límite de fatiga, con un coche que en orden de marcha está casi exactamente en 1.500 kilos. La aplicación RS Monitor nos permite registrar tiempos de vuelta, así como cronometrar aceleraciones o monitorizar de cerca parámetros como la potencia instantánea o presión de aceite. Ideal si vamos a entrar en circuito, e ideal para que nuestros amigos vean que vamos en un coche de carreras.

En todo caso, aun siendo un coche duro para el día a día y que ha perdido parte de su carácter práctico, podemos certificar que es emocionante, nos habla mucho – la dirección en una absoluta delicia en cuanto a precisión y respuesta – y es realmente divertido en un tramo de curvas como los que hemos podido disfrutar a su volante. Tiene ese intangible que nos envenena y nos hace ir cada vez más rápido. Y es ese intangible, es esa diversión la que hace que un compacto deportivo tenga sentido. Si fuese un coche soso, ¿para que te lo compras?

Un pedacito de historia… por más de 55.000 euros

Las 1.976 unidades del RS Ultime se agotarán rápidamente, si no lo han hecho ya. En nuestro país Renault fijó su precio de tarifa en 55.280 euros. Es un sobreprecio de unos 5.000 euros con respecto a un RS Trophy con cambio automático. Está en tus manos decidir si merece la pena pagar esa cantidad de dinero. Por una parte, es una edición limitada de un coche histórico, en el sentido de que es el último de una era. Pero por otro lado, es un coche en el que echamos de menos más diferenciación.

Esa diferenciación sí la teníamos en el Renault Mégane RS Trophy-R, que quizá haya sido el RS más especial de esta generación, junto a los R26.R y Trophy-R 275 pretéritos. ¿Hay mejores compactos deportivos que el RS Ultime? Sin ir más lejos, de forma personal prefiero un Hyundai i30 N o un Honda Civic Type R. Pero esto no va de comparar al francés con sus rivales, esto va de que el Ultime es el punto y final de los compactos deportivos a la francesa, desarrollados con ese intangible tan apasionante, divertido y visceral.

La dura realidad es que nunca volveremos a ver un coche como este por parte de Renault. Alpine recoge el testigo de Renault Sport y promete apasionantes deportivos eléctricos en un futuro a medio plazo. No dudo del buen hacer de Alpine, y les doy el beneficio de la duda, pero los más petrolhead nunca podrán olvidar los deportivos anacrónicos y analógicos propulsados por zumo de dinosaurio que hemos disfrutado hasta hoy.

Es un día triste, pero este es un excelente punto y aparte para Renault. Parafraseando a Neil Young, «it’s better to burn out, than to fade away». Es mejor irse a lo grande… que languidecer en el olvido.

Fotos del Renault Mégane RS Ultime

Vídeo destacado del Renault Mégane

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El Renault Mégane IV es un compacto de elegante diseño con carrocería de cinco puertas y un buen maletero. Destaca por tener mucho equipamiento tanto de serie como en opción.

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