Durante los años noventa, Volkswagen lanzó al mercado coches de lo más peculiar. Dos de los más icónicos han sido los Volkswagen Polo Harlequin y Volkswagen Golf Harlequin, hoy en día, altamente coleccionables. Fueron ediciones de producción muy limitada – 3.806 unidades de los Polo y 265 unidades de los Golf – de los compactos y utilitarios de la marca, que se caracterizaban por tener cada panel de la carrocería pintado de un color diferente. La noticia del día es que Volkswagen ha vuelto a fabricar un Polo Harlequin. ¿Por qué motivo?
Volkswagen Polo
Antes de entrar en harina, una breve lección de historia. Los orígenes de los Harlequin se remontan a la era del Escarabajo, y a un anuncio de los años 60 de Volkswagen. En este anuncio aparecía un Beetle con el mismo esquema de colores, y se pretendía resaltar lo sencillo que era montar piezas de «añadas» diferentes del Beetle, facilitando reparaciones y mantenimiento. En los años 90, la idea tras el Polo Harlequin era similar: resaltar el sistema de construcción modular del entonces nuevo Volkswagen Polo 6N.
Su sistema de construcción modular se dividía en cuatro secciones: motor, equipamiento, color y elementos opcionales. Era posible especificar un Volkswagen Polo con una configuración casi completamente personalizada, y el Polo Harlequin fue construido como la representación gráfica de esta construcción modular. El entusiasmo del público fue tal que las 20 unidades construidas con fines promocionales se convirtieron en una edición limitada a 1.000 unidades, y en una producción efectiva de 3.806 coches ante la demanda.
Aunque Volkswagen llega tarde al 25 aniversario del Polo Harlequin, el lanzamiento de un nuevo Polo Harlequin tiene una razón de ser. Se trata de un one-off, una unidad única – valga la redundancia – creada para alegrarnos el «Blue Monday». El «Blue Monday» fue el pasado lunes, y es considerado como el día más triste del año en la cultura popular. Sea como fuere, el importador neerlandés de Volkswagen es quien ha creado esta unidad tan curiosa. Su esquema de colores es casi idéntico al del Polo, pero nos «chirrían» algunos detalles.
Por ejemplo, el color de los pilares A es rojo en el Polo moderno y amarillo en el clásico. Esto se debe al estampado de la puerta del Polo 6N, que cubría el montante. No es un error per se, son diferencias en la construcción de ambos coches. Todo está en su lugar, a excepción del volante azul – no presente en el Polo actual – y el logotipo de la versión especial. Aunque no podemos confirmar que este moderno Harlequin sea un simple vinilado, echamos de menos que las marcas hagan coches similares en estos tiempos tan estandarizados y obsesionados con la rentabilidad.
Volkswagen debería volver a fabricar el Polo Harlequin.