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Fiat Bravo GLP, a prueba (I): porque no todo es escoger diésel o gasolina

El GLP, Gas Licuado de Petróleo, es ese nuevo carburante disponible en ciertas gasolineras que, ¡OH! sorpresa, cuesta apenas 0,753 €/litro y he aquí amigos una de las primeras razones que nos ha motivado a escoger un Fiat Bravo 1.4 gasolina adaptado para funcionar con GLP de fábrica. El GLP está comenzando su andadura en España, muy lentamente pero añadiendo surtidores y automóviles compatibles poco a poco, sin embargo en Europa se trata de un muy viejo conocido con décadas de experiencia y millones de usuarios que defienden su uso, sin duda otra buena razón para mostrar interés.

Fiat es en la actualidad uno de los fabricantes que mayor oferta ofrece en GLP en nuestro país, desde el pequeño Fiat 500 hasta el Fiat Bravo, pasando por Fiat Punto y Fiat Panda. Su estrategia es apostar por este combustible en España para posicionarse como firma líder, y aunque la oferta en mecánicas es reducida por el momento para poder competir de manera abierta, la intención es crecer apoyándose en los motores 0.9 TwinAir de dos cilindros y 1.4 MultiAir.

¿Qué nos ofrece el uso de GLP en detrimento del diésel o la gasolina?

El primer aspecto que debemos tener claro es el porqué de optar por el GLP, siendo el factor económico el motivo que acapara mayor protagonismo. Puestos a cambiar de sistema de propulsión para mejorar emisiones y sobre todo reducir el coste por kilómetro, las opciones híbridas y eléctricas parecen ganar por goleada, pero si echamos números, es muy probable que el mirar hacia el GLP nos pueda salir a cuenta.

El Fiat Bravo GLP está disponible en España a partir de 14.222 €, 1.336 € más caro que el modelo gasolina del que deriva y 29 € más económico que el motor diésel que añade 15 CV más

Esto, claro está, necesita de echar su tiempo haciendo números, calculando kilómetros, verificando los puntos de repostaje, comprobando las tendencias alcistas de los combustibles, etc. Con todo ello abordaremos el plano económico, pero sin embargo existen factores añadidos como reducido mantenimiento, comportamiento del motor, suavidad, autonomía… una larga lista que cada comprador potencial deberá realizar a la hora de decidir comprar según qué alternativa.

A quienes pregunto por el uso de mecánicas movidas por GLP, siempre recurren a la comparación directa con motores gasolina y diésel, y en ambos casos el GLP resulta claro vencedor tras su prueba. Como apunte solo se ha matizado la clara falta de empuje asociada a la ausencia de sobrealimentación, algo que el downsizing obligará a solucionar a muy corto plazo, y por ende llevará a mejorar los resultados en valor de par motor.

Fiat Bravo 1.4 GLP: apostando por el bajo coste por kilómetro

Una vez conocido nuestro punto de partida como alternativa al uso de motores diésel o gasolina de idéntica potencia, 90 CV extraídos de un motor 1.4 de 16 válvulas, es el momento ideal para conocer algunos de los datos que nos promete este compacto en su uso diario. Hay que matizar que hablamos de un vehículo BiFuel, donde contamos con un depósito de gasolina de 57 litros y un depósito de GLP de 41 litros.

Su autonomía global agotando ambos depósitos es capaz de superar holgadamente los 1.100 kilómetros. En el uso de gasolina para su funcionamiento, el gasto de combustible homologado es de 8,6 l/100 km en el ciclo urbano, 5,5 l/100 km en el extraurbano y 6,7 l/100 km en el mixto. Mientras tanto, si seleccionamos el modo de funcionamiento con GLP, el gasto de combustible es de 10,6 l/100 km en el ciclo urbano, 7 l/100 km en el extraurbano y 8,3 l/100 km en el mixto. Empleando gasolina las emisiones son de 146 g/km de CO2 y en GLP se ven ligeramente reducidas hasta los 134 g/km de CO2.

No posee función Start/Stop y el arranque siempre se lleva a cabo empleando gasolina para conseguir una temperatura mínima de servicio que permita al circuito de GLP, pasar a estado gaseoso la mezlca de propano/butano contenida en un depósito toroidal ubicado en el hueco de la rueda de repuesto (obliga a llevar con nosotros un kit antipinchazos), este proceso de arranque apenas requiere 1 minuto de funcionamiento con gasolina a una temperatura ambiente de 17º.

El ordenador de a bordo no permite conocer consumo medio, consumo instantáneo o autonomía, un claro hándicap en estos tiempos

Mediante un botón ubicado en la consola, podremos escoger el funcionamiento entre gasolina o GLP indistintamente, encontrando indicador LED de funcionamiento en el panel de instrumentos y sendos medidores dedicados para la visualización del contenido de cada uno de los tanques.

Durante el transcurso de la prueba, un total de 586 kilómetros, el consumo medio de GLP se mantuvo en 9,7 l/100 Km, lo cual refleja un coste de 7,3041 €/100 Km (GLP a 0,753 €/l). Usando gasolina con un consumo medio de 8,2 l/100 Km el coste alcanza los 11,8162 €/100 Km (95 a 1,441 €/l), si lo comparamos con un diésel similar que ofrezca un consumo combinado de 4,5 l/100 Km en éste el coste es de 7,15 €/100 Km (Gasoil a 1,43 €/l).

Pese al mayor consumo empleando GLP, el coste por kilómetro se iguala al uso del gasóleo, mejorando sensiblemente el coste derivado de quemar gasolina

Queda claro entonces, que el mayor consumo que se extrae del uso del GLP se ve subsanado por su bajo precio, siendo este hecho, junto al notable abaratamiento del mantenimiento mecánico gracias a la mejor combustión del GLP y a la nula generación de residuos en la cámara de combustión, la principal razón económica que justifica el uso de este combustible en las mecánicas convencionales.

Una vez conocido qué nos promete la conducción con GLP, toca girar la llave y ponerse en marcha para descubrir aspectos muy interesantes sobre el día a día con el uso de este combustible, pero esto será en la segunda parte de la prueba…

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