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Primeros detalles del nuevo Chevrolet Volt: sorpresas y ¿decepciones?

General Motors nos muestra los primeros detalles de la plataforma Voltec de segunda generación, la misma que servirá para dar vida al Chevrolet Volt y al resto de modelos que compartan la idea de eléctrico de autonomía extendida como pueden ser el Cadillac ELR o el Opel Ampera. Son pocos los detalles comunicados hasta el momento, aún así se descubren importantes cambios en planta eléctrica y baterías en pos de una mayor eficiencia. En el lado negativo encontramos un extensor de autonomía mejorado, pero que se queda lejos de lo que apuntaban todos los rumores. El motor 1.4 deja paso un 1.5 de inyección directa, mejor aprovechado, pero que todavía sigue arrojando dudas de si es el mejor candidato para cumplir con esta función.

Evolución lógica en el Chevrolet Volt

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El 63% de los recorridos de los más de 69.000 Volt en circulación se realizan en modo eléctrico

Según estos primeros detalles hechos públicos, General Motors ha decidido centrarse en la mejora del sistema de propulsión eléctrica. Esta será la pieza clave que definirá la nueva generación del Chevrolet Volt, un movimiento lógico si atendemos a las estadísticas de uso que revelan los propietarios del modelo, pero que dejan a un lado las numerosas críticas cosechadas en tanto al rendimiento del propulsor térmico por potencia y consumo de carburante.

Dicho esto, la nueva unidad de propulsión cambia de esquema de forma radical haciendo uso de dos propulsores eléctricos que se encargarán de las funciones de impulsión, generación y regeneración combinando su funcionamiento y asociándose al motor térmico. Sin haber publicado prestaciones oficiales, el nuevo conjunto de propulsión eléctrica reduce su peso, mejora un 20% la aceleración y promete una mejora en eficiencia de hasta el 15%.

Las baterías, también fabricadas junto a LG, estrenan nueva composición química y nueva arquitectura interior. Su capacidad en función del volumen aumenta un 20%, lo cual permite hablar de mejoras, aunque no drásticas en tanto a almacenamiento energético. La eficiencia ha sido también el principal punto de mejora, reduciendo peso en 13 kilogramos, aumentando la densidad energética del pack y manteniendo el mismo diseño en T y esquema de refrigeración activo.

Como comentábamos al principio, y de ahí el sentimiento de decepción, el Chevrolet Volt de segunda generación seguirá confiando en un motor atmosférico. Aunque se han introducido mejoras para optimizar su funcionamiento y limitar sus pérdidas energéticas: inyección directa, alta relación de compresión, EGR con enfriador y bomba de aceite de caudal variable, la realidad es que la introducción de una mecánica como el tan rumoreado 1.0 SIDI de Opel habría sido la opción más aplaudida.

Dado el papel secundario de esta mecánica, optar por un motor de reducido consumo, peso y alto rendimiento se antoja como la opción más interesante, sin embargo, en General Motors han hecho números y se han percatado de que el 63% de los recorridos que realizan los usuarios del Chevrolet Volt actual no necesita ni un sola gota de combustible, lo cual parece haberles servido de respaldo para apostar por una evolución en la planta eléctrica.

Fuente: General Motors
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