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Porque un cuatro cilindros también puede sonar de maravilla (y más si es un BMW M3 E30 de carreras)

Nos encanta el borboteo ronco y pesado de un enorme V8 americano, o el grito rasposo de un buen seis en línea, sin olvidarnos de la exótica sinfonía mecánica de un doce cilindros. Y muchas veces nos olvidamos de los «mundanos» cuatro cilindros. Un cuatro cilindros «de los de antes» también puede sonar de maravilla, especialmente si es un afinadísimo S14 de 2,3 litros montado en un BMW M3 E30 dedicado a competiciones de ascenso. Es un M3 con especificaciones de Grupo A, y una potencia estimada en 300 CV – con un corte de inyección a más de 8.000 rpm – acompañada de un tren de rodaje de carreras. Sube el volumen y escucha la maravillosa sinfonía de este cuatro cilindros.

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