La segunda parte de la presentación y prueba del Alfa Romeo MiTo en el circuito italiano de Varano d’ Melegari es tan interesante como la completa primera parte relatada por mi compañero Óscar. Tras las primeras vueltas de la mañana para el conocimiento del circuito y reacciones del Alfa Romeo Mi.To 1.4 Turbo y concluir las pruebas de frenada de emergencia sobre superficie deslizante nos dispusimos a realizar una actividad dinámica más, divididos los bloggers allí presentes por grupos.
Se trataba de la GT Track, una prueba diseñada para exprimir a fondo el divertido chasis del Mi.To y comprobar en primera persona el funcionamiento del Alfa DNA. A nuestra disposición estaba una corta pista creada tras los boxes del circuito y con un trazado muy revirado delimitado por conos. La superficie del pequeño circuito de pruebas no estaba únicamente compuesta de asfalto seco, había zonas con asfalto mojado y unos metros de superficie deslizante para simular la presencia de hielo en el firme.
GT Track
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Las zonas inundadas eran la amplia horquilla situada en la parte derecha del circuito y los metros posteriores mientras que la zona deslizante sigue a la primera curva en ese posterior a la meta. El objetivo de la prueba era comprobar el comportamiento del coche sobre diferentes superficies y observar el funcionamiento del Alfa Romeo DNA. La conducción fue efectuada siempre en segunda marcha ya que el circuito no permitía velocidades superiores a los 60 km/h dada su naturaleza.
Bajo las órdenes por radio del instructor, la prueba comienza con el manetino del DNA colocado en la posición A (All weather). A la vez que el VDC (Control de estabilidad) se empleaba a fondo para mantener el coche en la trazada en las zonas mojadas, y ya que la conducción que debíamos practicar era totalmente deportiva, el sistema ABS en combinación con el EBD evitaba el bloqueo de las ruedas y facilitaba el guiado de la dirección bajo frenadas muy fuertes.
Para evitar pérdidas de control en la zona que simulaba hielo, era necesario frenar muy fuertemente antes de entrar, atravesarla a punta de gas y en cuanto las ruedas motrices alcanzaran asfalto, acelerar a fondo. En las zonas de bajo agarre el diferencial eléctrónico Q2 actuaba sobre los frenos de la rueda que más tracción perdía, simulando así la presencia de un diferencial autoblocante mecánico. Gracias al diferencial Q2 era posible efectuar salidas más rápidas y controladas de tales curvas.
Cuando ya nos empezábamos a hacer a la pista y a las conservadoras reacciones del DNA en la posición A, nuestro instructor Alex Fiori, ex campeón del mundo de rallye, nos comunica por radio que seleccionemos el modo N (Normal) en el DNA. Las reacciones de los sistemas electrónicos pasan a ser en este caso menos instruivas y dieron comienzo los subvirajes en la horquilla mojada y espectaculares sobrevirajes en las curvas que siguen al abandono de la zona mojada, causa de las fuertes transferencias de pesos y menor agarre del tren trasero.
Finalmente, en la cuarta vuelta de práctica en la GT Track, el instructor nos ordenaba colocar en DNA Selector en la posición D, Dynamic. El VDC se encuentra apaciguado y sólo actúa cuando realmente es necesario, dejando al conductor la mayor parte del trabajo de contravolanteo y control del vehículo. La respuesta del acelerador es más instantánea y la dirección se vuelve más precisa. El sistema MSR entra en funcionamiento a pleno pulmón, encargándose de indicar al conductor la dirección de contravolanteo girando levemente el volante en la dirección adecuada.
Una vez completadas las 4 vueltas de práctica comenzaba una pequeña competición a 5 vueltas entre los bloggers, que se saldó con unos tiempos comprendidos entre los 27 y los 30 segundos por vuelta. En Diariomotor no fuimos los ganadores pero me permití superar el tiempo de Óscar e hicimos un buen papel en la general. Un poco de espíritu competitivo jamás viene mal y qué mejor que competir con otros bloggers de forma segura con un coche divertido en un pequeño circuito.
La experiencia fue intensa y agotadora, y tras casi 10 vueltas en un circuito ratonero, con constantes cambios de dirección y contravolanteos, la sudada es considerable. Acto seguido, abordamos la furgoneta que nos desplazaba a las diferentes zonas del circuito para ir al restaurante a comer, no sin antes experimentar en el conocido trazado las virtudes dinámicas de una Fiat Ducato 2.8 JTD cargada con 9 personas, cortesía de un bromista probador de Alfa Romeo.
Nada más terminar a comida y sin apenas tiempo para la sobremesa, la gente de Alfa Romeo nos invitó a hacer unas vueltas más en el circuito principal, siendo el mayor aliciente que en una de las vueltas se tomarían nuestros datos telemétricos, gracias a un equipo de telemetría instalado en una de las unidades de pruebas. Previo a dicha vuelta, nuestros instructores nos explicaron de forma breve en que consiste la telemetría y qué datos se nos iban a tomar.
Telemetría
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Básicamente, el coche lleva unos sensores muy avanzados que toman los datos de velocidad, revoluciones por minuto del motor y ángulo de la dirección. Todos esos parámetros se representan posteriormente mediante curvas en una gráfica, siendo el eje de abscisas la distancia recorrida en circuito y las ordenadas las diferentes medidas. La línea azul de la imagen es la trazada óptima, llevada a cabo por los expertos probadores y la línea roja representa nuestra conducción.
Tras la pertinente vuelta con salida lanzada acudíamos uno por uno ante los ordenadores donde se descargaban los datos telemétricos para observar nuestra evolución. El programa de ordenador mostraba los parámetros antes descritos y también una animación de nuestra trazada comparada con la trazada óptima. En mi caso cometí dos errores, llegar pasado de velocidad a la primera curva y verme obligado a frenar mucho y un error de trayectoria ideal en la complicada doble curva anterior a la recta de meta.
Antes de terminar la jornada, Alfa Romeo tenía una sorpresa preparada para nosotros en la forma de dos clásicos en los que seríamos los copilotos. Un impresionante Alfa Romeo Giulia Sprint GT era el más atractivo, un coupé de los años 60 ataviado con indumentaria de carreras y a pesar de sus 40 años de edad, en un estado de conservación impecable. Óscar se subió al Giulia como acompañante y quedó francamente impresionado por el imponente sonido del pequeño motor y la sensación de velocidad.
Yo decidí que con los más de 30 grados de temperatura prefería pasar menos calor, por lo que me subí al Alfa Romeo Spider 1300. El hecho de ir prácticamente tumbado en el suelo y atado al asiento con un cinturón de cuatro puntos hace parecer al grácil cabrio un bólido de carreras. El pequeño motor de 1.3 litros y 104 CV de potencia tiene un sonido atronador, más aún cuando el piloto cambiaba de marcha a unas 8.000 rpm. La sensación de velocidad, a pesar de ser claramente más lento que los Mi.To, era increíble, y un acusado olor a gasolina impregnaba el habitáculo.
Espero que el vídeo de la pequeña sorpresa os haya gustado, pero eso significa que el evento se acerca a su fin. Unas últimas vueltas libres al circuito con el Mi.To completan la jornada, y como último contacto con el utilitario deportivo pudimos ser los acompañantes de un par de vueltas rápidas pilotadas por Alex Fiori, con velocidades de paso por curva que realmente no creíamos posibles. El evento finalizó con la entrega de premios a los más rápidos en la GT Track y los mejores en la prueba de frenado.
Abandoné el circuito enamorado del pequeño Mi.To y tengo constancia de que no era el único blogger encantado con el precioso utilitario. Desde Diariomotor no podemos dejar pasar la ocasión de agradecer a todo el equipo de instructores y al equipo de Alfa Romeo, encabezado por Laura Pezzotta, su trato amable y un evento impecablemente organizado.
Y antes de acabar, una pequeña galería de las dos joyas de nuestra sorpresa, el Alfa Romeo Giulia Sprint GT y el Alfa Romeo Spider 1300:
Alfa Romeo MiTo 
