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¿Eres curioso? Estas son las 5 grandes tendencias en movilidad que marcarán el futuro de la industria del automóvil

El mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso en lo que a tecnología se refiere. Lo que ayer era novedad, hoy está normalizado y mañana será algo desfasado. El sector automotriz europeo no vive ajeno a esta realidad, con el añadido de estar obligado a cumplir con una serie de duras regulaciones en materia de emisiones que le aleja, por el momento, de las necesidades reales de los consumidores.

En un escenario donde, a veces incomprensiblemente, la incertidumbre se cierne sobre una de las industrias más grandes del planeta (y en particular del Viejo Continente y de nuestro país), creo oportuno arrojar algo de luz a los curiosos sobre las que, según una gran variedad de expertos, son las 5 principales tendencias en movilidad que marcarán el futuro de la automoción.

Geoestrategia de inversiones por parte de los grandes fabricantes de vehículos

El sector de la movilidad vivirá la mayor transformación de su historia motivada por las nuevas fuentes de energía y por la normativa de la Unión Europea. Esta pretende crear una región «cero emisiones» para el año 2050, al tiempo que la hace independiente de los algunos recursos que, hasta ahora, obtenía de otras partes del mundo (aunque esto aumente la presión sobre los fabricantes y sus proveedores).

Tal situación crea una oportunidad geopolítica y geoestratégica para que los gobiernos de los Estados miembros atraigan inversiones de relevancia en plantas de producción de baterías, de transformación del hidrógeno como nuevo combustible, y además en fábricas de coches eléctricos. Esto también implica la compra de minas extranjeras para la obtención de materias primas tales como los minerales que usan las pilas de los BEV.

Vehículos CASE y digitalización acelerada de ciudades mediante IA

Por CASE se entienden todos los vehículos de nueva generación que están conectados (Connected), son autónomos (Autonomous), se pueden compartir (Shared) y cuentan con un sistema de propulsión eléctrico (Electric). Se trata de cuatro características que remodelarán la industria hacia lo que se anuncia desde hace años como una revolución en materia de sostenibilidad, eficiencia y, claro, seguridad.

En paralelo, el empleo masivo de las inteligencias artificiales, los datos a gran escala y las simulaciones digitales significarán un antes y un después en la descarbonización de las urbes superpobladas. Este conjunto de tecnologías son fundamentales para lograr minimizar las emisiones de CO2, reducir el ruido del ambiente en determinadas zonas y optimizar así la movilidad.

Volkswagen Id Buzz Autonomo Munich

I+D en baterías: más autonomía y más velocidad

Aunque los rangos de alcance reales de los acumuladores energéticos que se instalan en los coches eléctricos son cada vez más atractivos (aquí puedes leer una prueba de larga distancia con un Polestar 2), los tiempos de recarga continúan siendo el tendón de Aquiles para que la electromovilidad avance. En España se suma una infraestructura bastante algo deficiente.

Prácticamente la totalidad de las empresas de la industria trabaja ya en una tecnología capaz de transformar el litio a estado sólido, lo que permitirá aumentar la duración de las baterías y la rapidez con la que recuperan electrones en sus celdas, reduciendo una de las mayores barreras a la adopción de BEV. Para acelerar este proceso, que podría culminar entre 2026 y 2028, se está invirtiendo una cantidad de dinero multimillonaria.

Hidrógeno y combustibles sintéticos como alternativas a la descarbonización

En la actualidad, los proyectos en desarrollo más importantes del mundo relacionados con la obtención de hidrógeno verde están en Europa y concretamente España. Crear un combustible con el que dejar de depender de terceros es crucial para la proteger la economía sin renunciar a un futuro más ecológico en materia de movilidad. Con esta fuente de energía se puede descarbonizar y reindustrializar.

Por otro lado, aunque guardando mucha relación, los «e-fuel» o carburantes sintéticos en los que trabajan diversas compañías (y que la UE empieza a valorar positivamente) pueden ser otro sustituto a la gasolina y el gasóleo de hoy. Se trata de combustibles que absorben CO2 durante su producción, neutralizando de esta manera sus efectos nocivos sobre el medio ambiente una vez son quemados.

Cambios de paradigma: servicio en vez de producto, intermodalidad y CCAM

La movilidad que viene para por nuevos modelos de negocio y por una ruptura, casi radical, con antiguos conceptos. El coche pasará de ser un producto a un servicio, es decir, se pagará por su uso y no por su adquisición. Además, se aportará por reunir distintas modalidades de transporte en plataformas únicas donde el cliente elija entre gran variedad de opciones.

La micromovilidad mediante VMP como patinetes y bicicletas cobrará aún más fuerza en las ciudades, al tiempo que se potencia la logística de última milla para mercancías con base en IA y automatismos robóticos cuyo objetivo será evitar un buen número de desplazamientos particulares. Por su parte, las tecnologías de tipo CCAM (Cooperative, Connected and Automated Mobitity) aumentarán la eficiencia y eficacia del tráfico.

Una sexta tendencia es la paridad de precios entre automóviles eléctricos y térmicos. A medida que se generan economías de escala y se reducen costes, los BEV son más competitivos.
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