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Citroën DS3 Racing en Ginebra, luces y sombras

El Citroën DS3 Racing es sin duda una de las apuestas más directas por la deportividad en el segmento pequeño, utilitarios y compactos, por la que Citroën no había pasado hasta ahora. Es un punto nuevo y Citroën quiere probar, con una serie limitada de este “mini torpedo”, si es capaz de defenderse frente a otros hot hatch.

Pongámonos en situación: el DS3 Racing cuenta con un equipamiento especial compuesto por llantas y techo en color naranja sobre carrocería de color bronce, detalles en símil de carbono y un interior plagado de ambos, acompañados por asientos e instrumentación deportiva. Debajo el capó luce un 1.6 turbo gasolina de 200 CV construido gracias a una colaboración entre el grupo PSA y BMW. A simple vista comienza bien.

Citroën DS3 Racing en Ginebra

En primera persona el DS3 Racing destaca por encima de casi todo, es atrevido en el aspecto visual con tanto contraste y no deja de expresar que es un deportivo. Está claro que está hecho para entrar por los ojos con tales aditamentos deportivos. Incluso sorprende ver discos de freno perforados y saber que debajo hay una combinación de suspensiones y amortiguaciones de muy alta calidad. Entrando al interior las impresiones son algo diferentes.

Es sorprendente cómo se puede lucir el naranja en el interior de un coche, pero desde las sensaciones exteriores no lo es tanto. Al cerrar la puerta se nota como si fallara algo, el sonido no es tan agradable como uno quisiera. Al sentarse en cualquiera de los asientos delanteros, deportivos en apariencia, se nota que al tacto de los mismos les falta algo. Lo más importante, que las bandas laterales que deben sujetar sean excesivamente blandas.

Citroën DS3 Racing en Ginebra

Puestos en situación, sin arrancar el coche, ya nos sentimos ligeramente incómodos. Alzando la vista hacia la consola encontramos símil de fibra de carbono, con tacto de plástico, y las bandas pulidas también en plástico que lucen por los paneles. Llama la atención y pega con un coche “picante”, hasta ahí todo bien. Un toque rápido a la palanca de cambios sugiere que la holgura es exagerada.

Eso quizás es un detalles sin importancia, pero hay que tener en cuenta que es una pieza a la que acudimos muy asuidamente. Y un tacto bueno cambia mucho las cosas. Algo así se puede decir del volante, que está muy conseguido en cuanto a diseño pero ni el cuero ofrece una sensación agradable ni los plásticos que acompañan a la rueda tampoco. En la consola del conductor el velocímetro y el tacómetro llevan el notable, pero el resto de indicaciones junto con el display del panel de instrumentos central parece que hayan salido de los años 90.

Citroën DS3 Racing en Ginebra

Con la guantera pasa un poco como con los asientos. Es bonita por fuera pero el plástico “crujiente” es demasiado evidente, no es un detalle que se espere de un coche así. Si bien mi mayor crítica viene en general para el DS3 en el tema de acabados y de acceso a la parte trasera. Lo primero porque se nota que los encajes entre tapizados y piezas móviles de plástico no es el adecuado, como el caso del tirador para abatir el asiento delantero y acceder a la parte trasera.

El acceso a la segunda es incómodo, de nuevo otra crítica al DS3 genérico. En primer lugar porque mover el asiento delantero semiabatido es duro e incómodo, y en segundo lugar por el espacio que hay. Una vez que te encuentras en la parte trasera el espacio para las piernas es corto si el asiento delantero está en una posición normal. Y no parece que vaya a ser mejor para el resto de ocupantes traseros, que como mucho deberían ser dos. ¿Cinco plazas? Difícilmente o más bien incómodamente.

Citroën DS3 Racing en Ginebra

Un punto del que no hay queja, salvo la del sonido del portón si nos ponemos muy estrictos, es en el caso del maletero. Es amplio para un coche de su tamaño y es hondo como para llevar las maletas para dos y algo más La boca podría estar más alta, siempre es un detalle a valorar, pero posiblemente no es lo que más premie el que busque un coche como éste.

No olvidemos tampoco que el Citroën DS3 forma parte de una línea diferente de la marca francesa especializada en la calidad y en la personalización o al menos esa es la idea. Por lo visto hasta ahora en directo parece que aún les queda un pequeño trecho para alcanzar el primer punto.

Citroën DS3 Racing en Ginebra

Pero con todo esto no quiero decir que no se un coche, digamos, “molón”. Creo que, según el precio final que tenga cuando se lance a partir del verano, llegará a muchos jovencitos con ganas de tener algo diferente y potente. ¿Rival para Clio RS o Corsa OPC? No lo creo, el Citroën DS3 Racing va de un tema más atrevido y personal.

En Diariomotor: Citroën DS3 RacingCitroën DS3 Racing, ahora en vídeo

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El DS 3 es un SUV del tamaño de un Kia Stonic o un SEAT Arona, pero por diseño, calidades, equipamiento y exclusividad compite con rivales de un segmento superior. Sus grandes bazas son, además de esa exclusividad y carácter premium, las infinitas posibilidades de personalización que ofrece hasta configurar un coche prácticamente único para cada cliente.

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