El Chevrolet Captiva es un todocamino veterano ya en el mercado europeo, un vehículo construido sobre la plataforma ligera GM Theta que comparte con el Opel Antara junto a mecánicas y otras piezas estructurales. La prueba que os ofrecemos coincide con la llegada de un profundo lavado de cara con el que adquiere la imagen de marca de Chevrolet, la gigantesca parrilla dividida en dos y con el característico emblema de la marca dorado en el centro.
Pese a contar con unas dimensiones relativamente compactas el Chevrolet Captiva se ofrece con una única carrocería y dos alternativas de cinco y siete plazas, o mejor dicho, 5+2 plazas adicionales. Sin duda alguna es una de las opciones más versátiles junto al Chevrolet Orlando del cual ya rendía cuentas mi compañero Sergio en su correspondiente prueba.
El nuevo Chevrolet Captiva 2011 de un vistazo
Basta echar una mirada al exterior para percatarse de que el Chevrolet Captiva ha ganado en empaque y personalidad. Ya no nos importa las similitudes que existen entre un Opel Antara y un Captiva, a fin de cuentas ese es el comportamiento natural del mercado y una de las razones de que cada vez existan productos más competitivos. Pero en definitiva el Captiva ha dejado de ser aquel Antara con el símbolo de Chevrolet en vez de el de Opel para conseguir su cara bonita y el diseño que hará que más de uno gire la cabeza al verlo pasar.
Sus casi seis años ya no pesan tanto, al menos en el aspecto puramente estético. Pero tampoco se ha refinado hasta tal punto de disuadirnos de una incursión campera para no dañar su preciada carrocería. Toda la línea inferior ha sido reforzada con un plástico negro que se extiende por los pasos de rueda y bajo las defensas. Su aspecto robusto nos invita a ciertas concesiones camperas, que por supuesto nos podremos permitir ya que pese a su condición de todocamino sigue conservando un ápice de aquel espíritu campero de que gozase el antiguo Opel Frontera.
El Chevrolet Captiva es un SUV compacto tirando a grande
El Chevrolet Captiva mide exactamente 4,67 metros y dispone de una batalla de 2,70 metros. Se trata de un vehículo espacioso, de los más espaciosos del segmento del todocamino compacto ya que también es uno de los más grandes. Tan espacioso como para alojar a dos pasajeros en sendas plazas adicionales en el espacio de carga. Estas se pueden plegar y desplegar de unos asientos convenientemente diseñados a tal efecto que se ocultan bajo el suelo plano del maletero.
Uno de los problemas de configurar un Captiva con 7 plazas está en el hecho de tener que renunciar a una rueda de repuesto (ni tan siquiera de galleta) y tener que conformarse con un kit de reparación de pinchazos. Sin duda alguna si vamos a tener que enfrentarnos a pistas complicadas o vamos a desear hacerlo con la tranquilidad que aporta el hecho de llevar una rueda de repuesto recomendaría la versión de 5 plazas.
En una conducción campestre no es demasiado difícil desllantar o abollar una llanta de forma que el kit de reparación de pinchazos no nos solucione la incidencia.
Espacio de carga y maletero
Más allá de este defecto del 7 plazas, el maletero es de los más espaciosos de su clase. Con los asientos en posición normal (para cinco pasajeros) tiene un espacio de carga de 447 litros que pueden aumentar hasta 942 litros abatiendo los asientos. Con las 7 plazas desplegadas apenas hay sitio para tres mochilas o maletas muy estrechas.
Acabados sencillos y duraderos para el Captiva LT
A bordo sin duda alguna destaca su sencillez al menos en una unidad de acabado intermedio, LT, como la que tuvimos ocasión de probar. Cómodos asientos de tapizado mixto de tela y piel, sin demasiada sujeción lateral y con ajustes manuales. Abunda el plástico duro, salvo en la parte superior del salpicadero que está ligeramente acolchada y el volante forrado de piel o una imitación a esta.
El puesto de conducción es bastante alto debido a las proporciones propias de este Chevrolet Captiva. El acceso al cambio de marchas es cómodo con una palanca ligeramente adelantada y elevada para facilitar los movimientos de la mano entre el volante y el cambio. A partir de la versión LT disponemos también de navegador integrado con una generosa pantalla situada en una posición privilegiada, en lo alto del salpicadero, y un práctico sistema de sensores de aparcamiento con cámara posterior.
Las plazas traseras y huecos portaobjetos en el Captiva
Las plazas traseras nos parecieron bastante amplias, probablemente las más amplias de su clase si lo comparamos con otros todocaminos compactos y normales o cortas, obviamente, si ya lo comparamos con grandes todocaminos de más de 4.85 metros. La altura al techo es bastante holgada y la plaza central sigue sufriendo un defecto habitual, la base está ligeramente más elevada y menos mullida como el respaldo por disponer de una bandeja con posavasos.
Pese a lo voluminoso de su habitáculo el Chevrolet Captiva nos resultó un poco escaso en el aprovechamiento del espacio, por ejemplo los huecos portaobjetos del bolsillo de las puertas es ridículamente estrecho. Si bien es cierto que en la consola central y bajo el reposabrazos ofrecía un espacio bastante amplio para dejar objetos de poco volumen y que incluye una toma auxiliar USB para conectar reproductores multimedia y pendrives al equipo de sonido.
Sobre el salpicadero encontramos otro pequeño cajón y en el techo un portagafas.
Si les ha gustado no se vayan muy lejos. Mañana publicaremos la segunda parte con las impresiones de conducción de este Chevrolet Captiva 2.2 VCDI 163 CV LT.
Más información: Chevrolet Captiva