Aunque haya habido escándalos relacionados con un nivel de emisiones de NOx excesivas, y muchas ciudades estén replanteándose el acceso a sus centros de los diésel más antiguos, muchos fabricantes siguen teniendo al diésel en el centro de sus portfolios – aunque mientras tanto estén invirtiendo en híbridos enchufables y coches eléctricos. Hace apenas unos días se celebró la Junta General de Accionistas de Daimler, en la que se anunciaron dividendos históricos y un renovado compromiso con el diésel de 2.600 millones de euros.
En palabras de Dieter Zesche – CEO de Daimler – el diésel es el futuro inmediato de Mercedes. Es la única solución efectiva a corto plazo para reducir de forma significativa las emisiones medias de dióxido de carbono de la marca alemana. Mercedes es actualmente una de las marcas con mayores emisiones medias de CO2 en Europa, debido a que sus ventas de vehículos sedientos son significativas. Si no quieren enfrentarse a penalizaciones comunitarias, deben reducir su media, y la forma más efectiva es con motores diésel eficientes.
Una lógica intachable, que ya está combinada con el desarrollo de vehículos eléctricos e híbridos enchufables, en una ofensiva de producto sólo comparable a la de BMW. Al menos sabemos que Daimler tiene los recursos necesarios: 2015 fue el mejor año de su historia a nivel económico, repartiendo un generoso bonus a sus empleados y el dividendo más grande de su historia a sus accionistas. Zesche ha reafirmado en la junta que está de acuerdo con la inclusión de nuevos ciclos de homologación de consumos a nivel europeo.
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