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La historia de la semana: El viaje en el tiempo de la Fórmula 3 australiana

La Fórmula 3 ha sido desde su creación una de las categorías más populares para que jóvenes pilotos aprendan lo que es el mundo de las carreras. A lo largo de su historia, ha habido campeonatos desde Estados Unidos hasta Japón, pasando por los desaparecidos certámenes británico, francés o italiano entre otros. Uno de los campeonatos menores que aún sobrevive es el australiano, en el que podemos vivir un auténtico viaje en el tiempo.

A diferencia de la F3 Cup en Gran Bretaña -un campeonato amateur que permite la participación de coches de Fórmula 3 de prácticamente cualquier época-, la Fórmula 3 australiana pretende ser un campeonato algo mejor organizado, otorgando al campeón de cada año el título de campeón australiano de pilotos. El prestigio a nivel nominal del campeonato es por lo tanto indiscutible.

Aún así, es evidente que un campeonato australiano tiene una serie de limitaciones geográficas importantes. La mayoría de campeonatos de alto nivel no visitan Australia y por lo tanto un campeonato nacional allí es de poco uso para un piloto que quiera competir en Europa o en Estados Unidos. Además, el precio de competir con un coche de Fórmula 3 es demasiado elevado como para plantearse la posibilidad de competir solo como entrenamiento.

Por ello, el campeonato australiano de Fórmula 3 acaba viendo una gran mayoría de pilotos de corte amateur con alguna excepción a lo largo de los años. Adicionalmente, con la llegada del campeonato FIA Fórmula 4 Australia, la mayoría de pilotos que podrían querer entrar en un campeonato con garantías se olvidan de la Fórmula 3 para competir en un certamen con más credibilidad, con apoyo de la FIA y cuyo coste es menor.

En cuanto al encanto de la Fórmula 3 australiana, la posibilidad de ver a máquinas de otra época y de fabricantes que no sean Dallara competir en la actualidad es algo apasionante -aunque ArtLine ya lo ha hecho en el campeonato europeo de Fórmula 3 en 2015-. El mejor ejemplo lo encontramos con los Mygale M11, evoluciones del M10 de 2010. Este nombre que evoca épocas pasadas en la Fórmula 3 consiguió vencer en 2014 con Simon Hodge al volante.

Entre sus rivales encontramos a Chris Anthony con un Dallara F307 con motor Meredes y a Ricky Capo con el mismo modelo con motor Mugen Honda. Pero si revisamos la categoría llamda «Kumho Cup», nos encontramos con tres unidades del vetusto Dallara F304 con dos motores prácticamente olvidados; Spiess Opel y Renault Sodemo. Grandes nombres que brillaron en su época en Zandvoort y Macao.

Aunque los Dallara F307 con motores Mercedes ganó todos y cada uno de los títulos entre 2008 y 2013, los equipos más modestos son quienes han mantenido vivo el campeonato con sus participaciones sin importar los años que tienen las máquinas. Uno de los grandes ejemplos del campeonato es la presencia de varias unidades de los Dallara F301 en activo hasta la temporada 2010, nueve años después de su debut en competición.

En la actual temporada, los Dallara F311 de Ricky Capo -motor Mugen Honda- y Jon Collins -motor Mercedes- están dominando el certamen aunque Trent Shirvington con su Mygale M11 sorprende ocasionalmente. Algunas unidades del Dallara F307 siguen compitiendo en la categoría general -llamada «Gold Star»- mientras que la gran mayoría están en la clase Nacional junto con los supervivientes F304.

Una categoría que mezcla coches prácticamente actuales con otros de hace una década. Algo que parece imposible en los tiempos que corren pero que nos lo encontramos en las antípodas, donde forman a los pilotos de forma distinta. Aunque en Australia los V8 Supercars y sus teloneras mandan por encima de los monoplazas, es una buena forma de introducir a jóvenes talentos a los circuitos «aussies». Luego, el tiempo dirá si les valen los turismos o intentan competir fuera.

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