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Verstappen habla sobre las penalizaciones: "no creo que sea lo que los fans quieren ver"

A lo largo de toda la temporada 2015 de F1 hemos visto situaciones rocambolescas en relación a las decisiones de los comisarios. Ante lances de carrera evidentes para cualquiera, por muy profano que sea (situaciones que se zanjan con un «cosas que pasan»), han llovido sanciones a todas luces injustas. Me viene a la mente la sanción que le cayó a Alonso en Abu Dhabi en la que no se tuvo en cuenta que son cosas que pasan en una salida de Gran Premio de F1. Otras situaciones como el vuelo de Verstappen en Mónaco se sancionaron, sí, pero en esa misma carrera hubo diferencia de criterios en, por ejemplo, el toque entre Hülkenberg y Alonso (sanción de por medio) y el toque entre Daniel Ricciardo y Kimi Räikkönen (sin sanción). Y eso no solo es inaceptable, sino que es ridículo.

Levantar el pie cuando voy a adelantar a alguien por miedo a tocar a alguien

El resumen de lo que ha dicho Verstappen lo tenéis sobre estas líneas: no tiene sentido tener que levantar el pie por miedo a un posible toque. Siempre hablamos de algo controlado, como es lógico, y asumimos que los pilotos tienen la madurez y visión necesarias para saber dónde sí y dónde no. La primera maniobra mediática de Max fue en Mónaco, y salió mal. Si llega a salir bien sería una genialidad del calibre de lo que hizo en Spa. El punto de vista lo cambia todo, pero sobre todo, nos da la intuición de lo cerca que está la genialidad del accidente.

A Max le quedan pocos puntos en su carnet, algo que peligra sobre su cabeza hasta pasada la quinta carrera de la temporada 2016. Si se queda sin sus doce puntos, será suspendido una carrera por algo que pasó hace meses.

Es una pena, no nos deben suspender carreras. No puedo cambiar lo que hice, pero definitivamente tengo que ser un poco más cuidadoso en el futuro. No creo que eso sea lo que los fans quieren ver, que tenga que levantar cuando quiero adelantar porque tengo miedo de tocar a alguien. Tal vez tendríamos que revisar el sistema, pero es algo que no depende de mí. Tal vez deberían hacerlo de una manera diferente en lugar de puntos de penalización para, llegado al caso, aplicar la suspensión de una carrera. Debería ser una multa, o lo que sea. Eso también es doloroso, pero es diferente a la prohibición de correr, porque es realmente malo para tu carrera deportiva si te suspenden por un GP.

Sanciones que amansan a los pilotos

No tiene mucho sentido intimidar a los pilotos de manera que no tomen riesgos. Hay una clara diferencia entre un riesgo asumido, pero bien calculado, y un riesgo asumido pero cerrando muy fuerte los ojos. Max Verstappen nos impactó este año con su agresividad, y pensábamos que era un irresponsable simplemente porque llevamos unos años viviendo situaciones de sanción por un toque que, en otras épocas, sería catalogado como algo ridículo y de parvulario, por no decir otra palabra malsonante.

Las sanciones por «provocar una colisión» son de lo peor que le pasa a la F1 actual. Digamos que yo veo diferencia entre la colisión provocada por Grosjean en Spa, 2012, y la colisión que se formó en Abu Dhabi, por ser la más reciente. La diferencia es coches volando y riesgo alto para la integridad de las personas, y un toque con daños materiales bastante más leves que en aquél Spa. En aquél entonces tuvo una carrera de suspensión y 50.000 euros de multa (llevaba siete colisiones en salidas ese año).

Hoy, cualquier intento por salirse de lo normal se castiga. Lo normal para la F1 es que los pilotos adelanten cuando ellos dicen que toca: con el DRS. Si adelantan en otro lugar, que tengan mucho cuidado con rozar al otro piloto, que se quejará como un colegial malcriado tanto si hay toque (por leve que sea) como si tiene que salirse un poco del asfalto para evitar males mayores. No puedo evitar pensar que los arrestos de antaño son solo una anécdota que podemos repasar en vídeo, una y otra vez.

Cuando vemos este tipo de escenas clásicas, no podemos evitar pensar en qué se ha perdido, realmente, en la F1. Se ha perdido algo tan fundamental como dejar que los pilotos sean agresivos, siempre dentro de un orden. Recordemos que en esa época el riesgo era mortal con una probabilidad muy alta, mientras que hoy en día el 98% de las situaciones en carrera conllevan otro tipo de riesgos, pero no mortales. Incluso un accidente tan fuerte como el de Romain Grosjean en Sochi (su asiento se partió en dos por el impacto, aquí la crónica) se saldó con el piloto saliendo por su propio pie, aunque mareado.

A día de hoy, Gilles Villeneuve sería un piloto conflictivo, irresponsable, suicida y 100% peligroso para el resto de la parrilla. Pero sin embargo, Villeneuve sigue muy vivo en la retina de los aficionados, tanto si vivieron la época, como si lo conocieron a través de las grabaciones que pudieron encontrar. Y eso es por algo: justo lo que le falta hoy a la F1.

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