Marcus Ericsson es un piloto sueco de Fórmula 1 que defendió los intereses de Sauber Alfa Romeo en el Gran Circo. Procedente de Kumla, localidad del condado de Örebro de donde era la gran leyenda sueca de la F1 Ronnie Peterson, Ericsson ha seguido una trayectoria algo diferente a la de muchos de sus compañeros de parrilla. Empezó relativamente tarde a competir e incluso pasó un año en Japón como parte de su etapa de formación. Tras un breve paso por el Gran Circo, Ericsson se quedaría sin asiento, lo que le llevó a emprender un cambio de aires para competir en las IndyCar Series.
INICIOS EN COMPETICIÓN
No fue hasta los nueve años cuando Marcus Ericsson pilotó por primera un kart. Y fue uno de alquiler. El chaval sueco destrozó el récord de una pista propiedad de un piloto de turismos, Fredrik Ekblom, que se apresuró en aconsejar a su padre que comprara un kart de competición y no tardó tampoco a la hora de descolgar el teléfono y llamar a quien pudiera estar interesado en un chico con aparente talento para las carreras.
La gran mayoría de pilotos nórdicos de circuitos terminan haciendo carrera en algún momento de sus vidas en Reino Unido, por lo que no es extraño que al ver cómo un joven Marcus Ericsson despuntaba en la escena local del karting acumulando títulos suecos y escandinavos, otros pilotos del país con mayor pedigrí como el ya mencionado Ekblom, Eje Elgh (expiloto de Fórmula 1 y resistencia) o Kenny Bräck (ganador de las 500 Millas de Indianápolis) se movieran para asegurarle un buen futuro en monoplazas pese a las limitaciones económicas de su familia. Tras algunas temporadas de karting en Italia recaló en Fortec Motorsport para disputar la Fórmula BMW Británica en 2007.
Con el apoyo de uno de los patrocinadores tradicionales del automovilismo sueco, Olsbergs, aquella primera temporada de monoplazas no pudo ir mejor, pues con 16 años Ericsson pudo celebrar su primer título al conquistar el campeonato con siete victorias a lo largo de la campaña. El siguiente paso debía ser la Fórmula 3 y aunque probó con diferentes equipos, Ericsson optó por seguir con Fortec pese a no tratarse de una de las estructuras más potentes de un certamen por aquel entonces dominado por Carlin, Hitech o Double R Racing.
En ese contexto, el quinto puesto y los cinco podios que Marcus Ericsson alcanzó en aquel Británico de Fórmula 3 2008 no son tan discretos. Y menos si se recuerdan algunos de los pilotos que lo disputaron y acabaron por delante de él: Jaime Alguersuari, Oliver Turvey, Brendon Hartley y Sergio Pérez (que corría con un motor Honda a priori peor que el Mercedes empleado por el resto), más Oliver Turvey, Nick Tandy o Esteban Guerrieri. Tuvo la ocasión de probar lo que es correr con Carlin en Macao, pero tras ser octavo en la carrera de clasificación se accidentó a las primeras de cambio en la prueba principal.
Fue en este punto cuando el sueco tomó la decisión más inusual de su carrera deportiva. En lugar de repetir campaña en el Británico de Fórmula 3 o pasar a la Fórmula 3 Euroseries, decidió marcharse a Japón. TOM'S venía de ganar el GP de Macao con Keisuke Kunimoto y una temporada de F3 en el país del sol naciente parecía una opción atractiva de cara a llegar en las mejores condiciones a la cita estrella de la Fórmula 3. Yendo de menos a más se llevó el título y además despejó dudas sobre su progresión al regresar de forma puntual al Británico de F3 con Double R y ganar un par de carreras, pero al llegar a Macao tan sólo pudo ser cuarto pese a marcar la pole position. Además en aquel 2009 tuvo la oportunidad de pilotar el coche campeón del mundo al ponerse al volante del Brawn GP BGP 001 en el test de jóvenes pilotos que tuvo lugar a final de temporada en Jerez.
Sin el premio gordo del GP de Macao pero con dos años de Fórmula 3 en su curriculum, un par de títulos en monoplazas y una primera experiencia al volante de un Fórmula 1, tocaba buscar nuevas metas y Ericsson decidió probar en GP2 Asia con vistas a debutar en la categoría telonera del Mundial de Fórmula 1. Tras correr un par de citas con ART y Super Nova terminó encontrando acomodo en esta última estructura. Allí coincidió con un viejo rival de Fórmula BMW Británico, Josef Král, y aunque la temporada fue bastante mediocre logró tres resultados destacados: un sexto puesto en Hockenheim y sobre todo un fin de semana redondo en Valencia, al ser séptimo el sábado y lograr la victoria en la carrera al sprint. Terminó 17º.
Tratándose de una categoría en la que resulta complicado brillar en tu primer año, especialmente si no eres una superestrella, no es de extrañar que Marcus Ericsson perseverara en el intento y en 2011 decidió afrontar una nueva campaña de GP2, esta vez con otro equipo británico, iSport. Superó a su compañero Sam Bird en la brevísima temporada de GP2 Asia, pero una vez llegado el campeonato principal una mayor regularidad que en 2010 no fue suficiente para batirlo. Esta vez terminó décimo y pese a no subir a lo más alto del podio sí lo llegó a pisar en un par de ocasiones (Montmeló y Silverstone) y puntuó en otras cuatro carreras. Además acabó segundo en el evento especial no puntuable celebrado en Yas Marina.
Tal resultado final justificaba repetir proyecto en 2012 de la mano de iSport. Pero la mejora siguió siendo insuficiente para verle luchar por el título en su tercera temporada de GP2 Series. Victoria en la carrera principal de Spa y podios en Mónaco, Valencia, Monza y Marina Bay que le valieron terminar octavo tras un arranque de temporada muy mejorable. Al menos superó a Jolyon Palmer, su compañero aquel año.
Y llegó la hora de cambiar de aires de nuevo. Para la temporada 2013 de GP2 Series, que a la postre sería su última en la categoría, fichó por DAMS, el equipo campeón. Pero nuevamente un inicio de temporada desastroso (no acabó en zona de puntos hasta la décima carrera, pese a marcar la pole en Montmeló) sentenció una vez más sus opciones de cara al título. Aún así obtuvo su mejor resultado final, sexto. Ello le valió para ser candidato a un asiento en Caterham, que necesitaba desesperadamente dinero para seguir en Fórmula 1.
DEBUT EN FÓRMULA 1
Pese a que Caterham fue desde el primer momento el equipo cliente de Renault que menos apuros pasó a nivel de fiabilidad, el coche no estuvo a la altura. Y aunque Marcus Ericsson cazó el mejor resultado del año al acabar 11º en Mónaco, el noveno puesto de Jules Bianchi y su Marussia en aquella misma carrera dejó al equipo en una precaria situación. Ni siquiera la llegada de Colin Kolles evitó que el equipo quedara desahuciado. En cuanto Caterham pasó a estar en liquidación Ericsson y sus patrocinadores personales se movieron para asegurarle un asiento más competitivo para 2015. Y firmaron con Sauber antes incluso de acabar la temporada 2014.
Lo cierto es que cambió un equipo en problemas por otro, pero al menos el material era bastante más competitivo. La temporada empezó con el asunto Van der Garde, al denunciar el piloto neerlandés al equipo por incumplimiento de contrato. Y ello perjudicó gravemente los preparativos del GP de Australia, donde contra todo pronóstico los dos Sauber puntuaron y Ericsson logró así su mejor resultado en Fórmula 1 hasta ese momento, un octavo puesto. El sueco permaneció a la sombra de su compañero Felipe Nasr a lo largo de la temporada, pero mostró cierta regularidad. Fue décimo también en China e hilvanó tres carreras seguidas en los puntos: Hungría, Bélgica e Italia. Todo para acabar con nueve puntos en su casillero, 18º.
La campaña 2016, sin cambios de pilotos en Sauber, fue mucho más terrible. El equipo helvético vivió con el agua al cuello al lograr Pascal Wehrlein un punto con Manor en Austria. Ericsson no lo hizo del todo mal, superando habitualmente a Nasr y llegando a rozar los puntos en México, pero dentro de la mediocridad reinante en aquella temporada apenas destacó. Y al final fue Nasr quien salvó al equipo con un noveno puesto en Brasil. Entre tanto hubo cambio de propietario del equipo y se hizo con el control del mismo Longbow Finance, una sociedad suiza cuyo capital se rumorea que es en realidad sueco y vinculado a algunos de los patrocinadores de Marcus Ericsson, asegurando así su continuidad a medio plazo en la parrilla del Mundial de Fórmula 1.
Pese a los servicios prestados, Nasr acabó dejando su puesto a Pascal Wehrlein, que de todos modos vivió un inicio de temporada 2017 atribulado a raíz de un accidente en la Carrera de Campeones. Ello no le impidió superar a Marcus Ericsson a lo largo de la campaña, donde el mejor resultado para el sueco fueron dos undécimas posiciones en España y Azerbaiyán. Sólo queda esperar que el sueco se aproveche de la buena ola que parece haber cogido Sauber de cara a 2018 con la entrada de Alfa Romeo como patrocinador.
No lo tuvo fácil para batir a un debutante prometedor como Charles Leclerc, pero conseguiría en 2018 alcanzar su mejor temporada en Fórmula 1. El piloto sueco comunicó a finales de octubre que estaría con el equipo Schmidt Peterson Motorsport en la temporada 2019 de las IndyCar Series. Terminó el año 17º con 9 puntos, 30 menos que un Leclerc al que tuvo contra las cuerdas en algún punto del año, especialmente en clasificación. Tras una campaña en la categoría de monoplazas estadounidense, recibió la oferta de Chip Ganassi Racing para unirse a sus filas donde competiría en las temporadas 2020 y 2021.