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Carlos Sainz vive el día que todo piloto de Ferrari sueña con tener

No hay nada más bonito que triunfar siendo piloto de Ferrari en el Gran Premio de Monza delante de decenas de miles de tifosis rossos. Las gradas, a minutos de comenzar la clasificación ya desplegaban la pancarta del ‘cuore’, mientras que en la señal internacional se hacía casi imposible atender a las palabras de los especialistas a pie de pit-lane sin entremezclarlas con el “Ferrari, Ferrari” que, como un zumbido, se colaba en tus oídos.

Era el día para que la escudería del Cavallino dejara de penar, de sufrir lo que a todas luces no está siendo una buena campaña, unir el camino del SF-23 al del 499P LMH aprovechando que lucía su librea y darle una gran alegría a todos esos incondicionales que aguardaban con sus gargantas preparadas el momento en el que estallar todas juntas de júbilo como si fueran uno sólo.

Hoy el Templo de la Velocidad no tenía nada que envidiar a otro gran estadio deportivo. La Bombonera, San Siro, el Santiago Bernabéu o el Signal Iduna Park hubieran pagado por tener una sensación similar a la que se vivió este 2 de septiembre en sus rincones, todo ello entremezclado con la historia, con esos rincones del parque, del antiguo oval, de la torre de línea de meta. Ni un paso atrás, era el momento de dar el do de pecho.

Y así lo hizo Carlos Sainz Jr., sin ningún titubeo, sabiéndose capaz de batir a Max Verstappen a una vuelta y con su cabeza pidiéndole que no desfalleciera en un fin de semana tan importante para él en lo personal. No sólo era el cumpleaños, no sólo era estar delante de la marea roja. Tocaba reclamar también su puesto dentro de la Scuderia Ferrari, de hacerse fuerte y empezar a poner unas bases para la negociación que se pueda llevar a cabo a final de año, aprovechando que Charles no iba a ser capaz de darle caza y que, las sensaciones tras Zandvoort, es que ahora es el madrileño el que tiene la confianza en el monoplaza que no encuentra el monegasco.

«Dime que la tengo»… «la tienes»… «dime que la tengo»… «la tienes»…. «vamooooos». Carlos Sainz ya sabía que tenía la Pole antes de la respuesta de su ingeniero. En sus tapones a buen seguro que llegó la reacción del público cuando el Ferrari #55 estaba cruzando la meta y de repente, en la tabla de tiempos pasaba a ocupar el primer lugar. Sainz lograba su cuarta Pole Position, la más especial de todas y siendo consciente de que mañana lo tendrá muy complicado para contener a Max Verstappen, el cual se crece aún más cuando una buena parte del ‘respetable’ quiere que consiga la victoria un piloto en especial, ya sea por nacionalidad, circunstancias de la carrera o por tratarse del underdog.

Poco le importó a Sainz. Nadie consiguió borrarle la sonrisa que habían puesto en su boca todos los tifosis que le aclamaban desde el graderío. Su actuación en Q3 fue perfecta, como también lo fueron una FP2 y una FP3 en la que ya se veía que había velocidad suficiente como para pelear a una vuelta con el RB19 de Max Verstappen. Fue precisamente en el segundo sector, uno de los que más curvas de distinto tipo acumula, el que le dio finalmente ese mejor tiempo por apenas una centésima sobre el neerlandés.

Apenas encontraría palabras para responder a las preguntas de Davide Valsecchi, siempre con una vitalidad que contagia a los entrevistados: “Sinceramente, estas clasificaciones fueron muy intensas, especialmente durante la Q3.  Éramos tres yendo a por todas, todos al límite. Y esa última vuelta… sabía que tenía tiempo para ganar en Ascari y la Parabólica. Lo di todo y funcionó porque realmente me esforcé mucho en este último intento. Tan pronto como crucé la línea de meta, se me puso la piel de gallina durante toda la vuelta de desaceleración”.

Me gusta ser optimista y pensar que las cosas pueden seguir pasando aunque esté siendo un año duro para el equipo, siempre va a haber pistas que se adaptan mejor al coche y esta era una de ellas, y luego, sin hacer errores, poniendo el coche a punto desde los libres, encontrando el ritmo… y luego esa vuelta en Q3 ha habido que arriesgar porque los tres nos hemos tirado como locos – Carlos Sainz

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