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Carrera de cuadrigas en Britannia. Crónica del GP de Gran Bretaña 2019

Ganó Lewis Hamilton en casa. Y fue casi lo de menos. Teniendo prácticamente todos asumido que las coronas del Mundial de Fórmula 1 2019 tienen dueño, lo más importante es que al menos cada carrera tenga algo interesante y por lo menos algunas de las últimas están cumpliendo con ese cometido. Silverstone, la igualdad entre compañeros de equipo y los duelos entre Red Bull y Ferrari o McLaren y Renault nos brindaron así una prueba tremendamente entretenida.

Una buena arrancada de Lewis Hamilton amenazó a Valtteri Bottas en la salida, pero el finlandés logró contener a su compañero. Más atrás Lando Norris superaba en la primera curva a Daniel Ricciardo pero se enzarzaba posteriormente con Pierre Gasly, regresando a su posición original. Por fortuna la pelea no se quedó ahí y vimos a Hamilton acosar a su compañero Valtteri Bottas, lo cual nos llevó hacia un intercambio de posiciones (horrorosamente gestionado por la realización televisiva) en el que Bottas no dio su brazo a torcer. Así, tras cuatro vueltas a tope Hamilton optó por levantar el pie y esperar su oportunidad.

Esta llegó al entrar Bottas en boxes y optar Hamilton por mantenerse en pista, una estrategia en principio fallida ante el ritmo del finlandés. Bottas se animó al ver cómo el grupo de detrás, formado por los Ferrari y Red Bull, se animaba a pasar por boxes. Con Vettel situado tercero, Leclerc y Verstappen se las tuvieron tiesas y el monegasco claramente elevó el nivel de agresividad tras lo sucedido en Austria. Y Red Bull jugó la carta estratégica al mandar a boxes a Pierre Gasly, esta vez sí pegado al grupo, a costa de devolver al francés a pista en tráfico.

En el siguiente giro entraron Leclerc y Verstappen, con el de Red Bull ganándole la partida al monegasco en el pitlane para posteriormente irse largo al ser incapaz de meter en temperatura sus neumáticos. Pero su duelo se vio interrumpido por la salida de pista de Antonio Giovinazzi. Empanzado en la grava, Dirección de Carrera optó por el Safety Car para reagrupar al pelotón, pues con o sin virtualidad del coche de seguridad el golpe estratégico estaba dado: Lewis Hamilton y Sebastian Vettel lograban hacer sus paradas gratis. Red Bull, que debía montar aún el compuesto duro en el coche de Verstappen, lo llamó de nuevo, pero de forma incomprensible Ferrari no hizo lo propio con Leclerc hasta una vuelta más tarde, dejándolo sexto a cola del grupo de cabeza. El Safety Car también sonreía a Carlos Sainz, que pasaba a liderar ‘la otra carrera’.

Con Charles Leclerc enfadado por lo que consideraba un error de su equipo vimos las tornas cambiar y éste debió atacar a Max Verstappen, abriéndose hueco a codazos en la zona más revirada del circuito y optando el neerlandés por mantener la pugna aún por la escapatoria de asfalto, manteniendo el puesto de forma exitosa. Una consecuencia directa de la barra libre que se viene admitiendo últimamente. Ni debería estar permitido tocar a alguien para abrirse paso, ni se debería aceptar una defensa de posición por fuera de la pista. ¿Pero con qué autoridad podrían intervenir los comisarios tras «laissez faire» de Austria?

Ahí se acabó la pelea entre ambos, que no sus luchas pues ambos debían progresar desde el quinto y sexto puestos. Max Verstappen superó a su compañero Pierre Gasly y se lanzó a por Sebastian Vettel, a quien adelantó a quince vueltas del final… para verse embestido metros más tarde por el alemán en un grotesco error de cálculo. Por supuesto siempre habrá dudas sobre los recurrentes y ligeros movimientos de Verstappen en frenada, pero con o sin ellos el germano perdió la referencia y mandó al de Red Bull a la grava además de arruinar su propia carrera. La posterior sanción fue sólo sal en la herida.

Al frente Lewis Hamilton se resistió a hacer una segunda parada contra el consejo de su propio equipo, que adelantó la parada de Valtteri Bottas para evitar que el británico pensara en cosas raras… Pero respondió con vuelta rápida en el último giro de la carrera, a modo de broche de oro a su triunfo en casa, el sexto. Completó el podio Charles Leclerc, seguido de Pierre Gasly y Max Verstappen, que se aproximó al galo en los compases finales. Carlos Sainz debió defenderse de Daniel Ricciardo y lo logró con éxito para alcanzar un meritorio sexto puesto, que además permite a McLaren ampliar ligerísimamente su ventaja frente a Renault en el Mundial.

Completaron la zona de puntos Kimi Räikkönen, Daniil Kvyat y Nico Hülkenberg, que se repuso de un toque de Sergio Pérez en el que el mexicano perdió el alerón delantero. Lando Norris se quedó a las puertas de los puntos, tras ver primero cómo estratégicamente Daniel Ricciardo le ganaba la partida y luego le engullían en la resalida tras Safety Car, perdiendo sus opciones en casa.

Haas sin duda merece capítulo aparte tras su demencial semana. Después de que su patrocinador Rich Energy diera el cante con sus idas y venidas y conflictos de accionistas, después de que Romain Grosjean protagonizara en libres un trompo en boxes y después de que Kevin Magnussen fallara en clasificación propiciando que Grosjean con el coche de Melbourne acabara por delante aún nos quedaba una última sorpresa: un toque entre ambos en la salida y doble abandono. Al menos figuran en medios más que la media.

Foto | Daimler

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